¡Menudo despliegue de comentaristas, analistas, columnistas y tertulianos en El País y la SER para participar en la victoria socialista en Francia! Hoy habrá codazos en los micrófonos de la radio de PRISA para pronunciar alguna ingeniosidad. Son como niños.
Como habrán supuesto, Iñaki Gabilondo está dando botes de entusiasmo. «Francia pierde un emperador y recupera un presidente de la república» se titula su comentario grabado la noche del 6 de mayo. Y sostiene que François Hollande será «un presidente de la república al estilo más tradicional».
¿Este Gabilondo es tonto? La presidencia de la república es una institución casi imperial, forjada para Charles de Gaulle y agradada por sus sucesores. El socialista Mitterrand llegó a montar un servicio secreto para espiar a quien le daba la gana y proteger a su hija bastarda. Todo esto lo publicó su periódico. Ni el presidente de Estados Unidos tiene poderes semejantes.
Miguel Mora, el corresponsal de El País en París, concluye así su perfil sobre Hollande:
«La vulgaridad de la era Sarkozy, la crisis económica y su discreto pero eficaz encanto de burgués tranquilo han convertido al antihéroe de goma en la gran esperanza de los socialistas (y de muchos europeos) para cambiar la historia.»
También en El País, Berna González Harbour es más poética:
«Hoy, como nunca recordamos, todos los europeos miramos a las urnas de Francia, Grecia y un ‘land’ alemán donde la CDU de Merkel puede perder su primacía. Y sabemos que pase lo que pase, Europa ha empezado a cambiar.»
Andrés Ortega, otro ‘paisito’, le escribe una carta a Hollande en la que le da consejos sobre qué y cómo negociar con Merkel:
«Las siguientes recomendaciones están basadas en las entrevistas que, como sabe, hemos mantenido con colaboradores de la Cancillería y con miembros de la sociedad civil alemana.»
Y éstos son los que se quejan de que los mercados no electos dan órdenes a los gobernantes democráticos.
Aunque no agotamos las memeces de los progres, dejémoslas por un rato para reproducir algunas de los columnistas de derechas.
El monárquico Ramón Pérez-Maura en ABC dice, primero, que el Frente Nacional de Le Pen roba votos a la derecha y en la siguiente frase que sus votantes de izquierda han dado la victoria a un socialista. Contradicción se llama la figura:
«El FN robaría algunos votos de ultraizquierda al socialismo, pero robaría más votos a la derecha. Llegadas las elecciones presidenciales de ayer, parte del 18 por ciento sumado por Marine Le Pen hace dos semanas ha regresado a la izquierda de donde procede.»
Junto a Pérez-Maura ponemos a Emilio Campmany, quien en Libertad Digital avizora un IV Reich alemán para dentro de cuatro o cinco años:
«Si Hollande cumple la mitad de lo que ha prometido, conducirá a Francia al Sedán económico, dejando a Alemania como dueña y señora de Europa. Más nos valdría a todos, incluidos los franceses, ir ensayando el paso de la oca por el pasillo.»
Algo de sensatez la hallamos también en LD, cuando Jesús García Domínguez define a Hollande:
«Apparatchik por todo oficio y paradigma de la izquierda caviar, Hollande encarna la muy retórica nada que sucedió al programa rupturista del primer Mitterrand. Desde aquel espejismo, y tras el fracaso clamoroso de la tentación ‘gauchista’, el PSF es tan ‘establishment’ como el más vulgar partido de centro-derecha al uso. Al respecto, lo más revolucionario que ha hecho Hollande en toda su vida ha sido pasear en bici por las Tullerías.»
Y Fernando Sánchez Dragó emplea unas metáforas rechinantes para describir la desaparición de la UE, que reconoce desear:
«Lo de Francia, en cambio, puede ser el golpe en la nuca del conejo europeo.»
Dragó es otro de los que recuerdan a Zapatero y le adjudica a Hollande el epíteto de «zapaterito». Sarkozy, por el contrario, «es un líder», capaz de retrasar «el entierro de Europa». Pues Fernando, pon a cocer la olla, que ya tenemos conejo.
La Vanguardia, hoy aburridísima, trae cuatro columnas de cuatro columnistas dedicadas al pleito España-Cataluña. ¡Qué originales! Sólo el vicedirector, Alfredo Abián, escribe sobre Francia, y no pasa de tópicos históricos: la guerra del 14, la del 40…