Ha sido un verano caliente en la redacción de El Mundo. Que se lo pregunten a su director, Casimiro García Abadillo, que tiene al enemigo en casa: se llama Pedrojota Ramírez y es un pain in the ass, más molesto que una migraña y dispuesto a dar más batalla que nunca siete meses después de haber sido destituido de la dirección de El Mundo por los capos de RCS, la matriz italiana dueña de Unidad Editorial.
La gota que colmó el vaso fue un tuit en el que el exdirector de El Mundo confirmaba la información de El Plural.com acerca de un supuesto veto de García Abadillo a informar sobre la presentación del libro de Pedrojota ‘La desventura de la libertad’ en Chiclana de la Frontera. ¿El motivo? Ana Romero, una «protegida» de Pedrojota fulminada por Abadillo.–Casimiro García-Abadillo a Ana Romero tras negarse a eliminar una referencia a la relación Corinna-Rey Juan Carlos: «O la quitas o ahí tienes la puerta»—
La chiclanera, despedida tras una fuerte discusión con el director, ejerció de anfitriona, enfureciendo a un Abadillo que tenía que tolerar en sus propias narices ver que cómo Pedrojota le dedica provocaciones y agravios.
Pedrojota parece obsesionado en sacarle de quicio. Cuando Casimiro tuvo su encontronazo corinnesco con Ana Romero, la hija de Pedrojota, María Ramírez y su marido Eduardo Suárez (corresponsales en Nueva York de El Mundo) se le subieron a la chepa a Abadillo acusándole por Twitter de ejercer la censura con Romero.
Todos en la redacción de la primera planta de la Avenida San Luis vieron en ese tuit la mano negra de su padre. A Casimiro no le tembló el pulso y castigó a la hija de Ramírez con una suspensión de empleo y sueldo por un mes. Harto de sus de sus provocaciones y de tragar inquina, Casimiro se la devolvió donde más duele.
AMENAZAS CON MARCHARSE
Si hasta ese momento Pedrojota se había dedicado a ningunearle, a partir de ahora no se detendría hasta clavarle un artero arponazo. Lo hizo a finales de junio de 2014 donde hizo tronar las paredes de El Escorial anunciando que promovería, «tan pronto como sea posible y junto a aquellos compañeros que quieran sumarse a ese empeño, el lanzamiento de una nueva cabecera que garantice la continuidad de nuestra manera de entender el periodismo».
Como bien explicó Manuel Ortega desde El Semanal Digital, «con el fantasma de lo sucedido en Diario 16, donde la creación de El Mundo vació la redacción, el cuartel general de la Avenida de San Luis es un hervidero de rumores a los que Pedrojota ha metido más presión». Aviso a Casimiro y a navegantes.
Un mes después de sus admoniciones en El Escorial, Pedrojota disparaba a traición contra Abadillo por su entrevista «con alfombra roja» a una de sus bestias negras, María Dolores de Cospedal, a quien Ramírez puso el socarrón mote de ‘María Dolores de las Mentiras’ y acusa de haber estado detrás de sus destitución.
Y por Twitter seguía cachondeándose de Abadillo: «Lo raro es que en mi ejemplar falta una parte de la entrevista. No sé qué ha podido pasar. Bajaré a comprar otro a ver si sale entera».
Los rumores sobre la estrategia de Pedrojota seguida durante este mes de agosto de 2014 corrieron como la pólvora por la redacción, sobre todo, los que alimentaba él mismo desde Twitter anunciando que meditaba comprar el periódico si los italianos lo ponían en venta.–Pedrojota Ramírez: «Daré un paso al frente cuando los italianos de RSC elijan una de las tres opciones que barajan con ‘El Mundo'»–
FORZAR SU SALIDA
Pero más allá de los tuits de Pedrojota y las calenturientas informaciones sobre sus sondeos a Carlos Slim y Rupert Murdoch, –rápidamente desmentidas por el propio Ramírez– en El Mundo ven la estrategia de Pedrojota como una forma de forzar su salida, cobrar su millonaria indemnización (se habla en torno a unos 19 millones de euros), y así marcharse a fundar un nuevo periódico.
Pedrojota tiene pactado con los italianos de RCS una moratoria de dos años en las que no puede mover ficha fuera de El Mundo porque no cobraría un euro a menos que ocurran dos cosas:
1) La cabecera se vendiera o fusionara; 2) Que la línea editorial impuesta por García-Abadillo cambiara por completo respecto a la suya.
De ahí aquel incendiario tuit del mes de julio en el que decía que «el luto por su destitución solo había durado seis meses». Empecinado por marcharse, Pedrojota podría estar dinamitando la línea editorial de Abadillo no ya por sus rencillas personales sino para tener razones de peso para poder cobrar la ‘pasta’ acordada con los italianos, pese a que Abadillo ha seguido apostando por temas como el Faisán, Gürtel o Casa Real.
El destino de El Mundo dependerá del duelo que mantengan Abadillo y Pedrojota porque el tercero en discordia, el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, uno de los pocos que todavía apostaban por la supervivencia del periódico, ve como el poder se le diluye de las manos. Los italianos, hartos de pringar dinero, le han pasado la factura despidiendo a sus dos asesores más cercanos: Eva Fernández, directora general de El Mundo y sustituta de Luis Enríquez tras su marcha a Vocento y el histórico Alejandro de Vicente, vicepresidente de Unidad Editorial.