Isabel San Sebastián insta a los tertulianos a hablar de Ciudadanos, UPYD y Vox como alternativa a Podemos
Me suele pasar pocas veces el no dejar de asentir con la cabeza mientras leo una columna. Este 4 de diciembre de 2014 es una de esas veces y la columna que me causa el movimiento es la de Ignacio Camacho (ABC), que analiza otra de las facetas de la perversión intelectual de gran parte de los españoles. Hay un amplio sector de compatriotas para los que es más imperdonable el llevarse un millón de euros que el haber asesinado a diez personas.
Al exministro Jaume Matas, condenado a nueve meses de prisión por tráfico de influencias, le fue revocado recientemente por ejemplaridad su acceso al tercer grado penitenciario. El etarra Valentín Lasarte, 340 años de reclusión por su participación en siete asesinatos, entre ellos los de Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, acaba de disfrutar de su quinto permiso en 18 meses. El exalcalde de Jerez Pedro Pacheco cumple pena de cinco años por haber enchufado a dos funcionarios. Los terroristas Pakito, Santi Potros, Caride Simón y Plazaola, cabecillas de ETA en los más crueles «años de plomo», acaban de beneficiarse de una discrecional interpretación de la Audiencia Nacional que abrevia sus condenas la víspera de que entre en vigor una ley orgánica para impedirlo.
Una sociedad crispada hasta el grado de fobia antipolítica exige castigos ejemplares para los dirigentes públicos venales mientras se desentiende de su propia memoria reciente de la sangre derramada por un delirio totalitario. Los jueces, asfixiados por la presión ambiental o partícipes de ella, aplican las reglas según el nuevo paradigma embadurnando sus togas con «el polvo del camino».
Y el último párrafo es magnífico y tan doloroso que me lleva, como señal de luto, dejar el primer cigarrillo del día en el paquete.
Este doble rasero muestra el retrato de un cuerpo ciudadano agitado por convulsiones morales espasmódicas y de una justicia tornadiza en su afán de ajustarse a los estados de ánimo sociales. El mal ha cambiado de cara; el clamor por el abuso de poder ha cicatrizado de golpe las heridas del terrorismo cubriéndolas con un inopinado bálsamo de irrelevancia y olvido. Quién les iba a decir a todos aquellos muertos que no mucho después de su exterminio en la conciencia de los españoles acabaría pesando más la culpa de los ladrones que la de los asesinos.
La segunda mejor columna me parece la de Arcadi Espada (El Mundo), ‘La verdad subastada’, que denuncia el imperio despiadado de la corrección política.
James Watson, uno de los descubridores del ADN, pone a subasta la medalla del Nobel que obtuvo por su descubrimiento, y diversos manuscritos importantes de su vida científica. (…) Watson, justificando la subasta, ha dicho que en los últimos siete años lo han echado de la vida pública, del circuito de conferencias y honores; y que ha perdido mucho dinero. La causa es que hace siete años declaró al Sunday Times que África tenía un futuro «sombrío» porque los negros son menos inteligentes que los blancos.
Pero el gesto de este viejo incorrecto de 86 años está lleno de un sentido que rebasa lo económico. La subasta de la medalla y de los manuscritos es una afrenta precisa, ¡y pingüe!, a la comunidad intelectual y política mundial, que sigue sin dar muestras de estar preparada para determinadas discusiones difíciles, entre ellas las que afectan a la relación entre genética y talento de razas, etnias o sexos.
A pesar de los evidentes progresos contra el oscurantismo, la inteligencia oficial humana sigue teniendo problemas con la verdad y sus tantas veces indeseables, pero obstinadas, consecuencias. Obviando que, como reza esa cita de Houellebecq que abre el blog Libros de Holanda, «la verdad es escandalosa, pero sin ella no hay nada que valga».
DOS DÍAS DE ALEGRÍAS PARA VICTORIA PREGO
Victoria Prego (El Mundo) lleva unos días muy contenta. Ayer, con el nombramiento de Alfonso Alonso como ministro y hoy con las propuestas de los jueces contra la corrupción, en concreto con una.
Pero de entre todas ellas hay una que me ha llamado especialmente la atención: la que se bautiza en su sugerencia como una «ley de segunda oportunidad». Lo que los decanos proponen es que se les permita «recuperar el futuro» a aquellos ciudadanos que, por causas ajenas a su voluntad, lo han perdido todo. En definitiva, se trata de que la crisis económica ha dejado fuera del sistema a miles de españoles honrados que han perdido su trabajo, se han visto sobreendeudados, y se ven condenados a una muerte civil de por vida porque según el Código Civil tienen que responder con sus bienes presentes y futuros, de absolutamente todas sus deudas. En esas condiciones jamás saldrá de su condición de deudor y se verá imposibilitado de enderezar de nuevo su vida poniendo en marcha nuevos proyectos o impulsando nuevas iniciativas. No le queda otra salida, si es que le queda alguna, que entrar de cabeza en la economía sumergida para poder siquiera comer. Pero en muchos casos, es verdad que esa persona pasará a ingresar «en el lado oscuro de la vida y en la exclusión social».
Raúl del Pozo (El Mundo) tiene el detalle de citar una idea de su compañero del viejo Pueblo, Antonio Casado, que éste expuso ayer. Frente a los intentos de Rajoy y de la alta empresa de persuadir al PSOE a integrarse en una coalición con el PP, Pedro Sánchez se opone porque teme sufrir la suerte del Pasok.
Comenta mi Marco Aurelio bético: «Desde hace meses, las relaciones entre los Reyes, Rajoy, Rubalcaba, González y los del Ibex son constantes y cordiales. Felipe González recibe frecuentemente en su cortijito de Extremadura a Susana Díaz. No les llega la camisa al cuerpo y quieren evitar el proceso constituyente, recauchutar al Rey, urdir una ley de punto final sobre la corrupción, además de privatizar la sanidad y las pensiones y redactar una ley electoral descaradamente mayoritaria».
Yo no creo que los dientes de los tiburones sean tan largos. Pero mientras el PSOE se desangra en las arterias de Podemos, Pedro Sánchez, o no está en el secreto, o teme que con ese ligoteo el PSOE salga de la cama convertido en un partido bisagra, en un Pasok, como ha escrito Antonio Casado. Por eso, César Luena, secretario de Organización, ha negado tres veces: «No, no y no».
José María Carrascal, autor de un interesante libro sobre la reclamación de Gibraltar en la ONU y la victoria de España en los años 60, celebra en ABC la buena noticia de que el Gobierno español ha conseguido la exclusión del aeropuerto de la colonia del llamado cielo único europeo.
Lo más importante es que se ha detenido la expansión por tierra, mar y aire que ingleses y gibraltareños venían haciendo desde que los primeros ocuparon arteramente el Peñón aprovechando un pleito dinástico español y violando luego no sólo el Tratado de Utrecht, que se lo adjudicó, sino también numerosas resoluciones de Naciones Unidas. Expansión que alcanzó su cúspide durante el mandato de Zapatero, al ceder no sólo derechos, sino también dignidad, con el tristemente célebre Foro Tripartido y la visita de Moratinos a la Roca.
Eso se ha acabado y España, al tiempo que encuentra eco a sus legítimas demandas en los foros internacionales, recupera la iniciativa en el contencioso. Soy el primero en saber que me moriré sin ver resuelto ese contencioso. Pero con ver que no seguimos retrocediendo e incluso recuperamos posiciones perdidas por ignorancia, incuria o razones doctrinales, me doy por satisfecho, y espero que a la mayoría de los españoles les ocurra lo mismo.
CAROL COMPARA A ANTONIO LÓPEZ CON DA VINCI
Ayer me reí mucho con la catarata de elogios volcada sobre Alfonso Alonso, tantos y tan hermosos fueron que me pregunté cuántos almuerzos y cuántas copas había pagado el diputado del PP a los opinadores. Hoy me río con los elogios al cuadro de la familia real pintado por Antonio López.
Màrius Carol (La Vanguardia) escribe en su billete titulado ‘Ni Velázquez con las Meninas’
La capacidad de trabajar el detalle del artista de Tomelloso es infinita. Leonardo da Vinci decía que una obra no se termina nunca, sólo se abandona, y Antonio López ha ido más allá al manifestar que, en efecto, un cuadro no se acaba, pero debe llevar al creador al límite de sus propias posibilidades. Así, cuando pintó sólo se enfrentaba al óleo durante unos minutos al día -tardó casi siete años en concluirlo desde su azotea-, porque requería una determinada luz y no otra del mediodía.
Este artista ha conseguido poner de los nervios a algunas de las grandes fortunas del planeta, cuyos encargos se eternizan. En el óleo del rey Juan Carlos, sus hijos aparecen cuando no se habían casado, así que cuando se observan los peinados y los vestidos resultan realmente de otra época. Es más: incluso el soberano ha dejado de serlo. Más que un cuadro es una imagen congelada de la historia de España.
Y Marcello (Republica.com) titula la suya como ‘Un retrato genial’:
Bien está que el cuadro haya sido presentado en el marco de una gran exposición en el Palacio de Oriente en compañía de otros cuadros sobre el mismo tema de otros geniales autores sobre los Reyes de España, con un total de 114 obras, en las que aparecen las firmas de Velázquez, Goya, Rubens, Dalí y Coello entre otros muchos. Y el propio Antonio López quien ha declarado que su objetivo era el de presentar a la Familia Real como a una familia española, pero dotada del empaque y majestuosidad que López ha sabido darle al cuadro desde su aparente normalidad.
El diario cortesano El País se une a los alabanzas a Antonio López con una entrevista al pintor, cuyo titular es:
«No piensen que soy un vago»
Frase tan desafortunada que me recuerda a la de Richard Nixon cuando dimitió de la presidencia: «No soy un delincuente». Es decir, la negación afirma la idea negada.
Y sobre el nombramiento de Alfonso Alonso, Fernando Ónega expresa con su verbo florido la misión del nuevo ministro, más de Igualdad y Asuntos Sociales que de Sanidad.
Olvidaos del concepto Sanidad, que es asunto de técnicos y a los ministros sólo les sirve para que quemarse en una crisis de la colza, de las vacas locas, de la lengua azul o del ébola. Alfonso Alonso va a ser ministro de segundo apellido; segundo apellido del ministerio, que es Servicios Sociales e Igualdad. Ministro de derechas para arrebatar banderas de izquierdas. Ministro de un Gobierno conservador para que lo siga siendo, pero lo parezca menos. Ministro dispuesto a comunicar, que en su caso es disimular con palabra de oro la España de plomo, la España que se está creando y consolidando: la España socialmente dual.
En el coro de alabanzas, José Oneto (Republica.com) es escéptico
Aunque formalmente, ha sido Rajoy el que ha hecho el nombramiento, éste parece responder más a la inspiración de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría de la que Alonso era, en el Parlamento, su valioso peón y su principal colaborador. Además, su nombramiento acentúa el perfil político del Gobierno después de la dimisión del exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón. Pero habrá que preguntarse si con ese ascenso de Alonso, Rajoy cubre las expectativas que había dentro del partido, si eso es suficiente para el impulso que se está reclamando en la actual situación crítica interna y en la crisis política e institucional del país, cada vez más aguda, según todos los indicadores y si toda la operación no ha sido para vestir un santo y dejar desvestido a otro.
XAVIER VIDAL-FOCH, EN DEFENSA DEL ESTADO
El pensamiento progre es cada día más divertido a medida que se degrada. La columna de Xavier Vidal-Foch (El País), que escribe sobre el pequeño abaratamiento de los combustibles, me hace dedicarme a unas flexiones intelectuales, un ejercicio matinal que agradezco.
¿Quién se llevará crudo lo del crudo? O, en más fino, ¿quién se aprovechará del descenso del precio del petróleo?
De repente nos caen del cielo 10.000 millones y podemos relanzar más la economía. ¿Seguro? Depende. Si la ganancia de renta se aplica a amortizar deudas, o al ahorro, será positivo a largo plazo; a corto, poca cosa. Si en cambio se destina a aumentar el consumo, la tracción será mayor.
Pero puede suceder que quede en casi nada. El petróleo es materia prima de productos. Pero sobre todo, combustible, fuente de energía. Por tanto, la llave final de los precios de sus derivados, gasolinas y otras, la guarda el oligopolio de las petroleras, refinadoras y distribuidoras. Si ellas absorben el margen de precios, este no llega al consumidor final, y pues, tampoco a la demanda agregada.
Hay tres bolsillos en los que puede acabar el dinero de más de los combustibles: el de las petroleras, el de los ciudadanos y el del Estado. Los liberales defienden que acabe en el bolsillo de las petroleras y el progresista Vidal-Foch, al que ni se le pasa por la cabeza que la Administración baje los impuestos que gravan el combustible, prefiere que acabe en el bolsillo del Estado. ¿Por qué ambos se niegan a que vaya a los ciudadanos? Ah, misterio.
Alfonso Ussía (La Razón) se ocupa de otro asunto de interés social, que es el de los ciclistas que circulan apresurados por las aceras ante la indiferencia de los policías municipales, y lo hace con un amable sentido del humor.
Pasear por Madrid se ha convertido en un ejercicio de riesgo. Los ciclistas de acera son los culpables. Pedalean a pastilla frenética. Algunos esprintan. Avisan con el timbre cuando el viandante ya no tiene posibilidades de evitar el atropello.
En esta época previa a la Navidad, las aceras de las calles comerciales de Madrid son espacios de alto riesgo. Para intentar llegar a Nochebuena o Reyes en perfectas condiciones físicas, es conveniente realizar las compras en establecimientos comerciales situados en tramos de subida. Jamás en sectores llanos.
Y cierra su última con la primera alabanza que le leo a Podemos.
Se dice que los de «Podemos», si llegan a gobernar, están dispuestos a perseguir a los ciclistas imprudentes con severas penas de cárcel o trabajos forzados en campos de concentración. No hay mal que por bien no venga.
Mientras la mayoría de las bocas opinadoras en las tertulias hablan sólo de PP, PSOE y Podemos, y los ejecutivos sientan en ellas a diputados y demás cargos de los tres partidos citados, Isabel San Sebastián (ABC) tiene la honradez de reclamar a los medios de comunicación que citen a UPYD, Ciudadanos y Vox, practicamente excluidos del debate.
Por más que los datos económicos apunten a una leve recuperación que lucha por consolidarse, millones de españoles están convencidos de no tener nada que perder. Sólo así se explica el auge de un partido como Podemos, remedo de experimentos fallidos tan sangrientos como el comunismo soviético, el castrismo verdugo del pueblo cubano o el chavismo vigente en Venezuela.
Es obligación de los medios de comunicación dar voz y visibilidad a opciones perfectamente respetables, distintas a los ejes del bipartidismo, tales como Ciudadanos, UPyD o Vox.
Veremos si le hacen caso…
BOLAÑO EXPLICA EL TRUCO DE LOS PRESUPUESTOS CATALANES
De la matraca catalana encuentro hoy una única columna, la de Toni Bolaño (La Razón), que explica que el proyecto de presupuestos de la Generalitat no buscan administrar servicios, sino ser un arma política de Artur Mas contra ERC y el Gobierno nacional.
Para doblegar a ERC, Mas ha presentado los presupuestos. Si ERC no los vota será señalada como culpable de poner palos a las ruedas. También Rajoy será acusado sino se doblega a las exigencias de Mas. No son una propuesta de Gobierno para 2015, sólo un elemento de presión para los adversarios de dentro y de fuera de casa. Empieza, el ball de bastons.
La columna ridícula del día la firma David Garcia en La Vanguardia, donde encuentro esta perla:
Desde hace un tiempo, si algo ha aprendido Cataluña -contra los que hablan de mayorías silenciosas, de caudillismos mesiánicos y hasta de totalitarismos en ciernes- es a no callarse.
Que sí, David, que sí, que esa señora de nombre Cataluña no se calla ni debajo del agua. ¿Se referirá más bien a los catalanes el mentado periodista?, ¿y en concreto a los catalanes nacionalistas? Porque en los medios públicos dependientes de la Generalitat sólo se escuchan a los separatistas y a los pocos que disienten públicamente, Como Societat Civil Catalana o Ciudadanos en la misma La Vanguardia se les llama crispadores y neofalangistas.
