(PD).- Un guardia civil ha sido asesinado a tiros y otro ha resultado herido grave al ser tiroteados cuando participaban en una operación de vigilancia contra ETA en Francia. El agente fallecido es el Raúl Centeno Pallón mientras que el herido es Fernando Trapero Blázquez, según ha informado Zapatero, al expresar su condena al tiroteo.
Los criminales huyeron en un primer momento en un Volkswagen Golf de color gris conducido por una mujer, pero más tarde cambiaron de vehículo, secuestrando a una madre y su hijo.
Los dos agentes españoles se encontraban desarmados y participaban en un dispositivo contra ETA junto con más efectivos de la Guardia Civil y de los servicios de información franceses.
En el momento en que han sido tiroteados, se dirigían a coger un automóvil que tenían estacionado junto a un centro comercial, cuando fueron sorprendidos supuestamente por miembros de ETA que han abierto fuego contra ellos causando la muerte de uno de los agentes y dejando gravemente herido al segundo.
EN EL SUR DE FRANCIA
El suceso ha ocurrido este sábado en Cap Breton (Francia) cuando los agentes participaban en un dispositivo de vigilancia junto con agentes de los servicios de información franceses.
Los hechos ocurrieron hacia las 9.00 horas (8.00 GMT) en la localidad de Cap Breton, en las Landas, a unos 60 kilómetros al norte de la ciudad vascofrancesa de Bayona.
Tiroteados por la espalda
Los guardias civiles, que acababan de tomar un café en una cafetería de la localidad junto a un centro comercial, estaban a punto de entrar en su coche cuando aparecieron por sorpresa por detrás dos asesinos etarras que les dispararon causando la muerte de uno de los agentes y dejando gravemente herido al segundo. El herido ha sido trasladado en estado crítico a un centro hospitalario de Bayona.
En el momento en que han sido tiroteados los dos dos agentes se encontraban distanciados del resto del dispositivo policial establecido en la zona por lo que dos demás efectivos de Rensegnement Generaux y de Guardia Civil no se han percatado del atentado ni han podido evitar que los agresores se dieran a la fuga.
LA GENDARMERÍA FRANCES BUSCA A LOS ASESINOS
Un amplio despliegue policial busca a los autores de los disparos que han acabado esta mañana con la vida del guardia civil Raúl Centeno y que han herido graveMente al compañero de éste, Fernando Trapero.
Los estarras, dos hombres y una mujer, huyeron del lugar del ataque en un coche modelo golf color gris metalizado. Posteriormente, en la localidad de Mont Marsan, secuestraron a punta de pistola a una mujer y a un menor, y consiguieron cambiar de vehículo.
Los rehenes han sido liberados hacia las 14.00 sanos y salvos. Los etarras, que siguen huídos, se han dividido en dos grupos. La mujer ha partido en dirección a España en un Golf gris metalizado. Los dos varones han marchado hacia la zona de Burdeos en un vehículo Peugeot modelo 307.
LA ACTITUD DE LOS FRANCESES
Fuentes de la policía francesa consideran que si lo sucedido este sábado no fue, como aparenta, un encuentro imprevisto sino una emboscada planeada y deliberada contra los dos guardias civiles, el hecho «marcaría un salto cualitativo gigantesco» por parte de la organización terrorista.
Sarkozy llamó ayer por teléfono al presidente español para transmitirle sus condolencias «en nombre del pueblo francés y del suyo personal» y para «insistir» sobre el hecho de que «España puede contar con la determinación de Francia para continuar, a su lado, la lucha contra el terrorismo».
La colaboración entre las autoridades españolas y francesas, y entre los servicios de policía de uno y otro lado de los Pirineos, nunca ha sido tan estrecha como ahora.
Los Renseignements Généraux (RG), los servicios de información franceses, trabajan junto a la Guardia Civil, y otro tanto sucede entre la policía judicial francesa y española.
A nivel judicial, hay una coordinación muy fluida, dirigida por el juez de enlace Manuel García Castellón, que permite la entrega de etarras detenidos o condenados en Francia para que sean juzgados en España gracias a las euroórdenes.
Desde el atentado de Barajas del 30 de diciembre de 2006, más de una docena de etarras han sido arrestados en Francia. La policía francesa nunca bajó la guardia, pese al alto el fuego porque, según insistían los servicios franceses, la banda terrorista también mantuvo su actividad durante este tiempo, como demuestra el número de coches robados, concretamente 71, el récord de robo de coches por ETA en Francia en 2006, según desveló el responsable de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), Frédéric Veaux, en un juicio contra etarras
El último golpe importante que recibió la banda a manos de la policía francesa fue a principios del pasado junio, cuando los agentes galos descubrieron la fábrica de explosivos situada en una discreta casa de la localidad de Cahors, en la que había más de 400 kilos de explosivos.
«Francia condena con el máximo rigor este cobarde asesinato y le asegura su voluntad de proseguir juntos el combate contra el terrorismo», decía el mensaje enviado ayer por el primer ministro francés, François Fillon, al presidente español.
En nombre del Ejecutivo, Fillon expresaba su «solidaridad en esta prueba cruel, su emoción y su consternación». Las autoridades francesas temen que, finalmente, el conflicto vasco acabe por salpicarles.
En los últimos años se ha desencadenado una campaña de terror contra objetivos turísticos e inmobiliarios en el País Vasco francés, esencialmente promociones de segundas residencias, restaurantes propiedad de no vascos, proyectos de restauración de viviendas, similar en muchos aspectos a la que desde hace décadas se viene produciendo en Córcega, cuyo objetivo es evitar la entrada de capital y residentes de otros lugares.
CAÍDOS EN UNA «OPERACIÓN HABITUAL» DE VIGILANCIA
La investigación está a cargo de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) y del servicio regional de la Policía Judicial de Burdeos. La Fiscalía Antiterrorista de París investiga también el caso.
Rubalcaba ha señalado que ETA «llevaba tiempo intentando matar desde la ruptura de la tregua y hoy lo ha conseguido» y ha advertido a los terroristas que tienen que tener claro que «no les espera otra cosa que la cárcel durante mucho tiempo». El ministro de Interior ha informado de que se trasladará hoy mismo en avión a Francia.
El ministro compareció conjuntamente con su colega francesa, quien expresó su solidaridad con los familiares de los agentes españoles y reiteró su cooperación con España en la lucha antiterrorista. Alliot-Marie dijo que el tiroteo se produjo en una operación «clásica y típica de cooperación entre nuestros países«.
La Policía francesa busca a dos hombres y una mujer que huyeron de la escena en un Volkswagen Golf gris con matrícula de Gironde.
El asesinato ha tenido lugar dos meses depués de que ETA intentase matar, sin conseguirlo, al escolta privado del concejal socialista de Galdakao Juan Carlos Domingo, Gabriel Ginés, de 33 años.
Tres agentes asesinados en Francia desde 1976
El 3 de abril de 1976, los inspectores de policía José Luis Martínez Martínez, de 31 años, y José María González Ituero, de 25, cruzaron la frontera de Irún para dirigirse a Hendaya, tras dejar sus armas en el puesto de control de aduanero.
Los policías habían comido en una pizzería de la capital guipuzcoana y después decidieron ir a ver una película en el cine Varietés, de Hendaya. A las puertas de este establecimiento fueron vistos con vida por última vez. Los agentes no acudieron a recoger sus armas, por lo que de inmediato se dio la voz de alarma. La policía francesa llevó a cabo una operación de gran envergadura para localizar a los dos agentes, pero sin demasiados resultados. Hubo unos cuarenta detenidos, algunos de los cuales fueron confinados en la Isla de Yeu, pero la única pista que se encontró fue el hallazgo de la documentación de los policías en el domicilio de un miembro de ETApm.
Los dos inspectores estuvieron desaparecidos durante todo un año, hasta que el 19 de abril de 1977, tres adolescentes que estaban jugando en la playa Chambres D’Amour, de Anglet, se introdujeron reptando en un búnker construido por los alemanes durante la segunda Guerra Mundial. En el lugar, enterrados en arena, los jóvenes encontraron dos cuerpos en avanzado estado de descomposición, por lo que salieron corriendo abandonando una pala con la que habían entrado en el lugar.
Los cuerpos, que luego serían identificados como los pertenecientes a los dos policías, estaban maniatados y presentaban mutilaciones en los dedos. La autopsia reveló que uno de ellos había muerto de dos disparos efectuados a quemarropa con una pistola del 7,65 contra el cráneo de las víctimas. Su compañero presentaba un impacto.
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