Un grupo de concejales de EA se rebelan por los pactos con ANV: «No en nuestro nombre»

(PD).- Un grupo de cargos electos de EA en Guipúzcoa critica, en un artículo de opinión enviado a este periódico, la actitud de compañeros de su partido, como los ediles de Azpeitia, que han «conformado gobierno» con ANV porque esta actitud es «inaceptable, debilita las instituciones y menoscaba la democracia». Entre los firmantes del escrito se encuentran destacados cargos de la formación nacionalista como el alcalde de Zarautz, Jon Urien, la portavoz en el Ayuntamiento de San Sebastián, Jaione Arratibel, el edil de Hondarribia Jon Elizalde o el ex alcalde de Oiartzun y actual concejal Martin Beramendi.

TEXTO ÍNTEGRO

Somos concejales de diferentes municipios de Euskadi que pertenecemos a Eusko Alkartasuna y no compartimos ciertas actitudes y decisiones de nuestros compañeros en Azpeitia y otros municipios. Aun siendo la menor de las opciones, EA gobierna junto con ANV en algunos municipios, cuestión que nos parece a todas luces inaceptable y totalmente reprobable. Siendo legítima la representatividad obtenida por ANV en todos los municipios en los que se pudo presentar según la ley, desde un punto de vista político, nos parece inaceptable conformar gobiernos municipales con aquellos grupos que justifican la conculcación de derechos básicos de toda persona. Cada pueblo es un mundo y siempre hay que trabajar por la integración y la convivencia con todas las opciones políticas que representan a sus vecinos. Sin embargo, otra cosa muy distinta es compartir gobierno con quien no respeta los derechos fundamentales de sus vecinos.

No vale que los concejales de ANV reconozcan el «dolor y tristeza» que causan las acciones de ETA y luego lo justifiquen en nombre del «conflicto vasco». No vale que los concejales de ANV quieran justificar que la existencia de un problema político también tenga que dar lugar a un «problema armado». No vale que los concejales de ANV quieran justificar el asesinato de ninguna persona como un acercamiento a la solución por cuanto «deja al descubierto la necesidad y urgencia de solucionar el conflicto». No vale que los concejales de ANV reclamen un futuro en el que «se respete todos los derechos de toda la ciudadanía de Euskal Herria, para que así se garantice el derecho a decidir» y mientras tanto justifiquen la conculcación de los mismos derechos que quieren defender. Estos argumentos esgrimidos por algunos alcaldes de ANV ante la moción de censura presentada por una mayoría de concejales de Azpeitia, son los argumentos que una y otra vez ha esgrimido históricamente la «izquierda radical» en los ayuntamientos. Por tanto, nos parece que los concejales de ANV en su ejercicio municipal, lejos de apostar por la política y proponer nuevas soluciones y nuevos espacios de encuentro en la construcción de nuestros pueblos, repiten viejos esquemas de «confrontación y lucha».

Sin embargo, algunos compañeros de partido pretenden justificar que, cueste lo que cueste, una alternancia en los gobiernos municipales (u otras instituciones) es siempre saludable para la democracia. Muy al contrario, a nuestro parecer, cuando miembros de nuestro partido conforman gobierno o listas electorales con la «izquierda radical» en cualquiera de sus versiones, están compartiendo responsabilidades institucionales con quien justifica la violencia y la estrategia del miedo que condicionan la propia actividad municipal. Este hecho es inaceptable, debilita las instituciones y por tanto, menoscaba la democracia.

En Arrasate al igual que en otros municipios donde gobierna ANV en minoría y en solitario por ser la primera fuerza, lo hace porque por diferentes circunstancias, el resto de grupos municipales no fueron capaces de conformar una alternativa para el gobierno de sus municipios en junio de 2007. Por desgracia, poco o nada ha cambiado en aquellos que justifican la estrategia del miedo desde entonces. Además, tampoco ahora, aun siendo deseable, parece que hayan cambiado esas circunstancias entre los demás grupos municipales que permitan conformar alternativas de gobierno. Sin embargo, son ayuntamientos constituidos conforme a unos resultados electorales. Por lo tanto, la promoción generalizada de mociones de censura, orquestadas desde fuera del ámbito municipal, no debe ser la línea ética de separación que algunos intentan imponer. Esta iniciativa junto con la de querer sacar de los ayuntamiento a ANV con el objetivo de debilitar un entorno legitimador de la violencia de ETA, supone en realidad un debilitamiento de las instituciones y por tanto de la democracia. Quien constantemente intenta desestabilizar las instituciones de este país con leyes sustentadas en bases jurídicas endebles o induce a la justicia a la toma de decisiones «extraordinarias», está corroyendo la democracia y por tanto, empobreciendo a la sociedad que dice representar. Se promulgan estas acciones con el objetivo formal de acabar con ETA y la violencia, sin embargo, lo único que consiguen es debilitar las instituciones y a los grupos municipales que trabajamos en ellas. Como representantes institucionales reprobamos toda acción impulsada desde las instituciones españolas que persiga el menoscabo de las instituciones vascas.

Como concejales que somos sabemos de la labor diaria que desde los ayuntamientos debemos desarrollar para mejorar la calidad de vida y la convivencia de nuestros vecinos. Por ello miramos al futuro con ilusión ya que los tiempos que han de venir siempre son oportunidades de mejora, de responsabilidad y de acuerdo que debemos trabajar en la búsqueda del bien de la mayoría. Los ayuntamientos junto con la sociedad a la que representamos nos encontramos en tiempos de cambio que exigen nuevas formas de hacer política. La crisis económica a nivel local y mundial, los retos de autosuficiencia energética, la protección medioambiental a nivel local y mundial, la sostenibilidad de la protección social y las nuevas exigencias de formación y aprendizaje del conjunto de la sociedad, son entre otros, los retos que debemos trabajar y liderar desde las instituciones, así nos lo demanda la sociedad a la que representamos.

Para ello, hace falta una nueva cultura política donde el acuerdo debe ser también entre diferentes para la irrenunciable búsqueda del bien común (de la mayoría). En esta labor diaria, los Derechos Humanos son un medio por el que debemos caminar todos y ante el cual no caben medias tintas. El no cumplimiento de estos derechos fundamentales de las personas por un lado y las políticas de bloqueo y enfrentamiento por otro, nos llevan al agotamiento, debilitan las instituciones, pierde la democracia y empobrece a la sociedad que representamos.

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