Moratinos, mano a mano con los dictadores

(PD).- Se presta a hacerse fotos con todos los sátrapas del panorama internacional. Y es que al ministro de exteriores parece que le va la marcha. La última de Moratinos ha sido su contribución a una operación de exaltación de Gaddafi, pese al recibimiento dispensado por éste a Abdel Basset al-Megrahi, el principal condenado por el atentado de Lockerbie. En las gradas estará el presidente de Sudán, Omar al-Bachir, en busca y captura por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad contra los cristianos de Darfur; el jefe de los piratas somalíes Mohammed Abdi Hassan Hayr, … Otros líderes internacionales han dicho que con ellos no cuenten.

Miguel Ángel Moratinos ha protagonizado en sus cinco años al frente de la cartera de Exteriores numerosas actuaciones que han recibido sonadas críticas.

Según recuerda Luis Ayllón en ABC, la más reciente ha sido su presencia en los fastos del 40 aniversario de la revolución libia, a los que la mayoría de los países europeos y occidentales han enviado un representante de escaso rango, A Muammar el Gaddafi se le ha readmitido en el concierto internacional, porque ha dado señales de querer volver al redil y porque, después de todo, las reservas petrolíferas del país y las oportunidades de negocio existentes es algo que nadie quiere despreciar.

«No se olvide el viaje que a comienzo de este año hicieron a Libia Sus Majestades los Reyes, con un claro componente económico. Ni tampoco, que el anterior jefe del Ejecutivo, José María Aznar, con el respaldo de George Bush, fue de los primeros en viajar a Trípoli para abrirle las puertas a Gaddafi.

Pero de ahí a contribuir con la presencia de un ministro de Exteriores a una operación de exaltación del líder de la Yamahiriya revolucionaria libia, va un trecho. Sobre todo, tras el recibimiento dispensado por Gaddafi a Abdel Basset al-Megrahi, el principal condenado por el atentado de Lockerbie, y teniendo en cuenta que en las gradas reservadas a las personalidades extranjeras estaban personajes como el presidente de Sudán, Omar al-Bachir, en busca y captura por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad contra los cristianos de Darfur; y el jefe de los piratas somalíes Mohammed Abdi Hassan Hayr, alias «Afweyne», invitado personal de Muammar el Gaddafi, que siempre ha salido en apoyo de las actividades de estos modernos corsarios».

Pero esta es sólo la última. Si miramos su trayectoria se pueden recordar otros momentos estelares de la actividad del ministro de Exteriores en países donde el respeto de los derechos humanos deja bastante que desear.

Así, en abril de 2007, argumentando que era el momento oportuno tras la enfermedad de Fidel Castro, sorprendió con un precipitado viaje a Cuba para hablar con su hermano Raúl, mientras dejaba de lado a los disidentes, sin que hasta la fecha ese acercamiento haya arrojado grandes resultados.

Más recientes son sus viajes a Guinea Ecuatorial y Venezuela. Moratinos ha sido el gran valedor de Teodoro Obiang. Propició su visita a España, en medio de un gran polémica y, en julio, se desplazó a la antigua colonia española, con la esperanza de que el dictador ecuatoguineano decida incluir a España entre los beneficiarios de la prosperidad que auguran las reservas petrolíferas.

Con Venezuela, se dio por superado el famoso incidente del «¿por qué no te callas?» del Rey a Hugo Chávez, y, también con la vista puesta en posibles negocios en el país, se pasan por alto las prácticas del mandatario venezolano que recortan cada vez más los espacios de libertad para sus conciudadanos.

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