El lunes 19 de agosto de 2019 fue un día importante para la Comunidad de Madrid, porque Isabel Díaz Ayuso tomaba posesión como nueva Presidenta de la región más importante de España.
Y, como no podía ser de otro modo, el Presidente del Partido Popular, Pablo Casado, dio unas declaraciones que quedaron fundamentalmente en un segundo plano, eclipsadas por algo que tiene a media España en vilo: su nuevo aspecto físico, más concretamente, la barba que lucía.
En ese momento, las redes sociales, los medios de comunicación y casi hasta el Papa de Roma no podían hablar de otra cosa. Muchos decían que podría tratarse de una estrategia de marketing político, otros murmuraban que había sido aconsejado para dejársela, e incluso, que a su mujer le encanta.
Sin embargo, la explicación es mucho más sencilla. Lo que ocurrió en realidad fue que estuvo unos días de descanso en Las Navas del Marqués (Ávila), donde tiene una casa junto a su esposa, y se olvidó la maquinilla de afeitar.
El propio Casado contó a algunos asistentes a la investidura de Isabel Díaz Ayuso que podía haberse afeitado la misma mañana del lunes, pero no quiso aparecer con la piel irritada.
Sea como fuere, ¡le queda de fábula!.