El expresidente de Castilla-La Macha, del Congreso y exministro de Defensa, el socialista José Bono, anda esto días de medio en medio, de redacción en redacción, promocionando su nuevo libro Se levanta la sesión donde recoge los años en los que fue presidente del Congreso.
A pesar de que se supone que era la tercera autoridad del Estado, la realidad es que mandaba poco, más bien nada. Pero te enterabas de todo y ahí empieza el interés del libro, que es despiadadamente transparente», aseguraba recientemente el expresidente de la Cámara Baja.
Y no sabemos en Periodista Digital si catalogar como “transparente” o más bien como de “mal gusto” una de las anécdotas que airea Bono en sus memorias y que afectan directamente a la primera institución del Estado, a la Monarquía y a quien era entonces el Jefe del Estado, el Rey Juan Carlos I y a su heredero, el Príncipe Felipe.
Resulta que el exdirigente socialista relata un detalle íntimo de los Reyes, un consejo sexual que el ahora Emérito formulaba a su hijo en pleno debate sobre un cambio en la Constitución para que el derecho sucesorio al trono no recaiga siempre en el hijo varón aunque no sea el primogénito. El debate estaba abierto en ese momento, una vez que los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, habían tenido ya dos hijas, Leonor y Sofía.
Y en este contexto, cuenta el expresidente del Congreso literalmente que: “durante un almuerzo con los presidentes del Gobierno, del Senado y del Tribunal Supremo, relatan casi escandalizados por la expresión que el Rey Juan Carlos ha sido muy plástico al trasladar que, si no se modifica la Constitución, lo que tendrán que hacer Felipe y Letizia es la ‘marcha atrás’ para evitar que nazca un varón y tengamos líos sucesorios”.
Estamos sin duda alguna ante una ordinariez que el expresidente del Congreso no ha tenido reparos en revelar en su nuevo libro de memorias años después de producirse este hecho.
Desde luego que airear esta supuesta conversación off the record de algo tan íntimo y personal, además de ser absolutamente inadecuado dice muy poco a favor de un José Bono que debería guardar para él ciertos secretos, por irrelevantes que parezcan, a los que tenía acceso no por llamarse Pepe Bono sino por el cargo que ostentaba. No, no ha sido una buena tercera autoridad del Estado.
