La Plaza de Colón de Madrid se ha convertido en el termómetro de la indignación ciudadana. Bajo un cielo encapotado y con la amenaza constante de lluvia, miles de españoles han respondido a la convocatoria de un centenar de asociaciones civiles, arropados por la presencia de dirigentes del PP y Vox, para exigir la dimisión de Pedro Sánchez y la convocatoria inmediata de elecciones generales.
Desde las primeras horas, banderas rojigualdas y paraguas con la enseñanza nacional han teñido la plaza y las calles adyacentes. El ambiente era de hartazgo, pero también de determinación. “Hay que ponerlo a merced de los tribunales”, clamaban algunos manifestantes, mientras otros coreaban consignas como “¡Sánchez, dimisión!” o “¡España no se lo merece!”.
Las críticas al presidente del Gobierno eran directas y sin matices: “Que se vaya, que está destruyendo España, hay que salir a la calle todos los días hasta que se vaya”, se escuchaba entre la multitud.
La protesta, convocada bajo el lema “Por la dignidad de España: Sánchez dimisión, elecciones ya”, ha contado con la presencia de figuras políticas como Miguel Tellado (PP), quien ha calificado al Ejecutivo de “Gobierno fallido” y ha exigido la renuncia inmediata de Sánchez para devolver la voz a los ciudadanos en las urnas. Por parte de Vox, su portavoz nacional, José Antonio Fúster, ha pedido al presidente que “tenga la responsabilidad de convocar elecciones inmediatamente”, subrayando la necesidad de “reconstruir todo lo que se ha destruido”.
El acto ha transcurrido entre discursos encendidos y la lectura de un manifiesto que ha puesto el foco en los casos de corrupción que cercan al Ejecutivo y en la “inseguridad” que, según los organizadores, vive el país. No han faltado referencias a la “deriva comunista” ya la comparación con Venezuela, reflejo del temor de muchos asistentes a un deterioro institucional irreversible.
La lluvia, lejos de disuadir a los congregados, ha reforzado la imagen de resistencia: paraguas abiertos, banderas ondeando y gritos de “¡Viva España!” han acompañado la lectura final del manifiesto y el himno nacional, que ha cerrado la jornada. Colón, una vez más, ha sido el escenario donde la sociedad civil y la oposición han querido dejar claro un mensaje: “Las cosas solo pueden cambiar si se convocan elecciones”.
Marcos de Quinto, exdiputado y portavoz de la Plataforma por la España Constitucional, subió al escenario dispuesto a no dejar indiferente a nadie.
Nada más tomar el micrófono, De Quinto lanzó su primer dardo, esta vez dirigido a TVE: “Ahora es cuando hay que hacer las tomas, no hace una hora y media, que es cuando han grabado esta plaza”, denunció, en alusión a lo que demostró una manipulación mediática de la cadena pública. El público, atento, respondió con aplausos y gestos de aprobación.
Sin perder el ritmo, De Quinto elevó el tono de su discurso y arremetió contra el presidente del Gobierno: «Sánchez nos está retrotrayendo a la Edad Media. Nos confisca el 48% del fruto de nuestro trabajo y esfuerzo. Pero, a diferencia del señor feudal que ofrecía protección a sus siervos, Sánchez nos ha traído mayor inseguridad en las calles». Las palabras resonaron con fuerza entre los congregados, muchos de los cuales portaban pancartas exigiendo la dimisión del presidente y la convocatoria de elecciones generales.

Marcos de Quinto
El exdiputado insistió en la necesidad de alzar la voz: «Estamos aquí para que se nos escuche. Tenemos la obligación moral de alzar la voz cada vez que vemos a nuestro país en peligro. España precisa menos titubeos y más firmeza. Sánchez no tiene proyecto político alguno ni presupuesto que lo respalde».
La concentración, impulsada por 129 asociaciones de toda España, no era solo un acto simbólico. Los organizadores, con De Quinto a la cabeza, articularon sus críticas en torno a la ley de amnistía, la desnaturalización del Parlamento y el uso abusivo del decreto ley. Para ellos, la situación actual supone “un deterioro inédito de la democracia en España” y una “deslegitimación del marco constitucional vigente” .
Mientras la Plaza de Colón se llenaba de consignas y banderas, la voz de De Quinto se erigía como una de las más combativas de la mañana, reclamando un cambio de rumbo y la defensa de lo que, a su juicio, está en juego: la dignidad y el futuro de España.

Esperanza Aguirre
Esperanza Aguirre exige la dimisión de Sánchez: “Por la dignidad de España, elecciones ya”
La tribuna se llenó de expectación cuando Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, tomó la palabra. Su discurso, directo y cargado de reproches, no dejó indiferente a nadie: Aguirre se arremetió contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y defendió con vehemencia la petición de su dimisión. «Le pedimos la dimisión por la dignidad de España. Le molesta España porque España somos todos y solo quiere a los que le votan; porque la historia no la conoce, porque el cristianismo es importante para España», arrancó la exlíder popular, en un tono que mezclaba indignación y nostalgia por un país que, a su juicio, el actual Ejecutivo no representa.
La exmandataria madrileña no se quedó ahí. Aguirre subrayó la urgencia de un cambio en la Moncloa y reclamó elecciones inmediatas: «Es urgente que Sánchez se marche. Elecciones ya. Para que los españoles volvamos a abrazarnos aunque tengamos ideas diferentes. ¡Viva el Rey. Viva España!», concluyó ante los aplausos de los presentes, dejando claro que, para ella, la convivencia y la unidad nacional pasan por un relevo en el Gobierno.
Durante su intervención, Aguirre también criticó la gestión del Ejecutivo en otras materias, acusando a Sánchez de utilizar a los pensionistas como “escudos humanos” y de “chantajear” a la oposición con la inclusión de múltiples medidas en un solo decreto ley. “Es una vergüenza de Gobierno”, sentenció, en línea con sus recientes declaraciones en televisión, donde ha reiterado que el presidente “toma por tontos” a los españoles y gobierna solo para quienes le votan.
El discurso de Aguirre, cargado de referencias a la historia, la religión y la identidad nacional, resonó como un llamamiento a la movilización de los suyos y una advertencia al Gobierno: la oposición no piensa ceder ni un palmo en la batalla política y social que se libra en España.
Andrea Llopart, presidenta del movimiento juvenil S’ha Acabat!, subió al escenario con voz firme y mirada desafiante. Su intervención no dejó indiferente a nadie: «España está gobernada por un Gobierno mentiroso, corrupto y cautivo de unos socios que quieren destruir nuestra nación. Cada día somos más parecidos a las dictaduras comunistas llenas de corrupción», denunció ante un público expectante.
Llopart, que se reivindica como catalana y defensora de la unidad de España, no dudó en señalar al PSC como «un partido separatista más». En su relato, la situación en las aulas catalanas fue uno de los focos principales de su crítica: «Se sigue sin defender el español en las aulas y se impone el catalán. Además, se ofrece con igual trato que al español de clases árabe», lamentó, mostrando su preocupación por lo que considera una deriva identitaria y educativa que margina al castellano.
¡La líder de S’ha Acabat! no se limitó al ámbito educativo. Su discurso se extendió a la política nacional, acusando al PSOE de haber «acercado cada día más a los partidos separatistas» y de haber traicionado a quienes esperaban una defensa firme de la unidad nacional. «El separatismo lleva años avanzando, y el PSOE ha contribuido a ello», afirmó, en sintonía con otros portavoces de la derecha catalana que advierten del auge de la inseguridad y la pérdida de identidad en ciudades como Tarragona, donde, aseguran, «los comercios locales han sido sustituidos por locutorios y peluquerías con carteles en árabe».
El clima de crispación se ha trasladado también a las redes sociales, donde la propia Llopart ha sido objeto de amenazas por parte de aficionados radicales, un episodio que la presidenta de S’ha Acabat! no ha dudado en denunciar ante la policía catalana.
Mientras tanto, el panorama político catalán sigue en plena transformación. El PSC, bajo el liderazgo de Salvador Illa, ha logrado arrebatar la victoria a los partidos independentistas en las últimas elecciones, aunque el debate sobre la identidad y la convivencia sigue más vivo que nunca. La intervención de Llopart es un reflejo de la fractura social y política que atraviesa Cataluña, donde la normalidad, según sus propias palabras, «brilla por su ausencia».
PP y VOX se unen para exigir la dimisión de Pedro Sánchez
Estamos ante el peor Gobierno de la historia reciente de España.
Esta panda de mangantes, l incompetentes y corruptos, liderado por un tipo que no ganó las elecciones y tiene a la mitad de su familia en los jugados por corrupción, okupa ele poder contra de los ciudadanos, cuestionando incluso la integridad territorial del país.
La decadencia de los servicios públicos, los problemas como apagones, trenes averiados o la pobreza creciente, reflejan el deterioro del sanchismo.
Pero lo más grave es la pérdida de calidad democrática: un líder que se mantiene en el poder con el patrimonio colectivo, erosionando la convivencia y resucitando tensiones que recuerdan al guerra-civilismo, radicalizando a la sociedad. España, referente en su Transición, se desliza hacia una democracia de baja calidad.
Acudir este sábado 10 de mayo de 2025 a la Plaza de Colón en Madrid es un deber moral para quienes desean un futuro mejor. ¿Queremos dejar a nuestros descendientes una España de inmigración masiva, pobreza o mentiras políticas? Debemos aspirar a ser buenos antepasados, legando una sociedad de paz, donde se respeten los consensos democráticos y no se impongan intereses minoritarios frente a la mayoría.
Hoy, ejercer el derecho a manifestarnos es esencial para defender la libertad y el futuro de España.
La Plaza de Colón de Madrid volverá a convertirse mañana sábado en el epicentro de la protesta política en España.
A las 12:00 horas, más de un centenar de asociaciones civiles, con el respaldo explícito de PP y Vox, se concentrarán para exigir la dimisión del presidente Pedro Sánchez y la convocatoria inmediata de elecciones generales, en lo que promete ser una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos meses.
La convocatoria, impulsada por la Plataforma por la España Constitucional que agrupa a 129 asociaciones civiles, llega en un momento de creciente tensión política y tras meses de acumulación de malestar en amplios sectores de la sociedad. Bajo el lema «Por la dignidad de España: Sánchez dimisión, elecciones ya», los organizadores han hecho un llamamiento a la ciudadanía para «tomar democráticamente la calle» y mostrar su rechazo a lo que consideran un deterioro sin precedentes de la democracia española.
La unión de la derecha política y la sociedad civil
El Partido Popular anunció a principios de esta semana su adhesión a la protesta, sumándose así a una convocatoria que inicialmente partía de la sociedad civil. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha sido uno de los más activos en redes sociales calentando el ambiente previo a la concentración con mensajes como: «El Gobierno está colapsado. Apoyamos la concentración de la sociedad civil este sábado».
Por su parte, Vox también ha confirmado su participación, lo que supone un reencuentro simbólico entre ambas formaciones en una manifestación contra el Gobierno de Sánchez. No ocurría algo similar desde marzo de 2023, cuando 400.000 personas se concentraron en la Plaza de Cibeles para protestar contra la aprobación de la Ley de Amnistía.
La presencia de Santiago Abascal está confirmada, mientras que aún existe incertidumbre sobre la asistencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien ya estuvo ausente en la anterior gran movilización del 20 de octubre de 2024 en la Plaza de Castilla.
Los motivos de la protesta: un catálogo de agravios
Los convocantes han elaborado un extenso catálogo de motivos que, según ellos, justifican esta movilización ciudadana. En un manifiesto difundido durante las últimas semanas, denuncian que España atraviesa una situación de «deterioro democrático y político» sin precedentes, con un Gobierno inmerso en un proceso de «deconstrucción constitucional» y atrapado en «una red de cesiones y corrupción».
En el programa de Periodista Digital, 24×7, con Alfonso Rojo, desentrañamos este viernes 9 de mayo muchos de los motivos que pueden a todos los españoles motivar para salir a la calle:
Entre las principales razones esgrimidas para salir a la calle destacan:
- La aprobación de la ley de amnistía para los independentistas catalanes
- La reforma del Código Penal para suprimir el delito de sedición y rebajar el de malversación
- Los escándalos de corrupción que afectan al entorno más próximo del presidente
- La cesión de competencias de inmigración a Cataluña
- Lo que califican como «impuestos confiscatorios»
- La política energética del Ejecutivo
- La supuesta desatención a las víctimas de la DANA y del volcán de La Palma
Carlos de Palma, coordinador de la plataforma Iniciativa 2028 y uno de los portavoces de la protesta, ha declarado que «la soberanía nacional reside en el pueblo español, y ese pueblo ya está harto de un modelo de poder ajeno a los intereses reales de los ciudadanos».
Una convocatoria con amplio respaldo organizativo
La manifestación cuenta con un importante despliegue logístico. Los organizadores han habilitado canales de transporte para facilitar la llegada de asistentes desde más de 30 provincias, con autobuses organizados desde Sevilla, Valencia, Zaragoza, Valladolid, Málaga o Alicante, entre otras ciudades.
Entre las personalidades que respaldan la convocatoria figuran Alejo Vidal-Quadras, Marcos de Quinto, Inma Castilla de Cortázar, Fernando García-Capelo, Amalio de Marichalar y el propio Carlos de Palma, quienes han firmado un comunicado conjunto en el que apelan a los ciudadanos a participar masivamente en lo que definen como un «acto de resistencia democrática».
La concentración, que ha sido comunicada legalmente a las autoridades, contará con presencia de dispositivos de seguridad coordinados por la Delegación del Gobierno en Madrid. Según fuentes de la organización, el acto será «pacífico, familiar y sin recorrido», limitándose a una concentración estática en Colón, con presencia de oradores, lectura de manifiestos y música en directo.
Antecedentes: una estrategia de presión en la calle
Esta no es la primera vez que la sociedad civil y los partidos de la oposición confluyen en una protesta contra el Gobierno de Pedro Sánchez. El pasado 20 de octubre de 2024, más de un centenar de asociaciones se concentraron en la Plaza de Castilla en una manifestación similar que, según la Delegación del Gobierno, reunió a unas 25.000 personas, mientras que los organizadores elevaron la cifra hasta 400.000.
Aquella concentración transcurrió con duras consignas como «¡Sánchez dimisión!», «¡Gobierno traidor!», «¡Pedro Sánchez a prisión!» o «¡Ni olvido ni perdón, los etarras a prisión!». La cita de mañana en Colón promete repetir o incluso superar esa afluencia, en un contexto de creciente presión social y judicial sobre el Ejecutivo.
Un momento político decisivo
La manifestación de mañana podría convertirse en uno de los momentos políticos más relevantes de los próximos meses, en un contexto de creciente polarización y con una oposición que multiplica sus críticas ante lo que consideran un deterioro democrático sin precedentes.
Los convocantes insisten en que la protesta no responde a partidos políticos y está dirigida «a ciudadanos de todas las sensibilidades» comprometidos con la legalidad constitucional. Sin embargo, el apoyo explícito de PP y Vox le confiere un evidente carácter político que podría marcar el inicio de una nueva etapa de confrontación directa con el Gobierno.
El éxito o fracaso de la convocatoria será medido con lupa por todos los actores políticos, en un momento en que el Ejecutivo de coalición atraviesa serias dificultades para sacar adelante sus iniciativas legislativas, como se ha visto recientemente con el rechazo del PP al plan de protección frente a los aranceles.
La Plaza de Colón, que ya fue escenario de históricas manifestaciones contra el Gobierno en el pasado, volverá a ser testigo mañana de un pulso ciudadano que podría tener importantes consecuencias en el tablero político español.
Datos curiosos sobre las manifestaciones en Colón
La Plaza de Colón tiene una larga tradición como escenario de manifestaciones políticas en Madrid. Su capacidad para albergar a grandes multitudes (hasta 45.000 personas según estimaciones técnicas) la convierte en un lugar emblemático para este tipo de concentraciones.
La primera gran manifestación en Colón contra Pedro Sánchez se produjo en febrero de 2019, cuando PP, Ciudadanos y Vox se unieron para protestar contra el diálogo con los independentistas catalanes. Aquella imagen de los tres líderes de la derecha española juntos pasó a la historia como la «foto de Colón».
Un dato llamativo es que la organización ha iniciado una campaña de financiación para sufragar los gastos de la manifestación, incluyendo una carta dirigida a empresas que en su día apoyaron iniciativas del entorno del presidente, buscando ahora su respaldo para esta protesta.
La concentración de mañana coincide, además, con un momento de especial debilidad parlamentaria del Gobierno, que depende de socios como Junts para sacar adelante iniciativas como la recién aprobada ley de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, lo que añade presión adicional al Ejecutivo en un contexto de creciente movilización social.