El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha insistido en que el Ministerio fiscal «sigue al pie de la ley y no dará un paso atrás» frente a la violencia ni al «engaño» que pretenda «encubrirla».
Conde-Pumpido se ha pronunciado de esta manera durante su discurso en la toma de posesión, en el Palacio de Justicia de Bilbao, del nuevo fiscal superior del País Vasco, Juan Ramón Calparsoro, del que ha alabado su «inquietud intelectual» y «dedicación», destacando que «habla claro y de frente».
Entre otras aspectos, ha recordado sus dieciocho años de servicio en el ministerio fiscal de Guipúzcoa, «algunos, los primeros sobre todos, nada fáciles». «Aquellos tiempos de plomo en los que el desagarro diarios nos recordaba que no habían empezado a cambiar las cosas que ahora Juan invoca como incentivo para su apuesta por el futuro», ha dicho.
Asimismo, ha destacado la labor de su antecesora al frente de la fiscalía vasca, María Angeles Montes, que «pone punto y seguido a un recorrido largo, complicado, en el que el diálogo permanente y fluido con la Fiscalía general del Estado ha constituido un cauce imprescindible para la solución de problemas muy serios en los que nuestro proyecto de convivencia se jugaba bazas importantes de este futuro que hoy nos reúne».
De este modo, ha resaltado que «hoy es, sobre todo, un día de futuro» y ha reiterado, tal y como ha manifestado «una y otra vez», que «en algunos aspectos la novedad es que no hay novedad, que el Ministerio fiscal sigue al pie de la ley y no dará un paso atrás frente a la violencia ni al engaño que intente encubrirla».
«Pero al mismo tiempo abrimos paso a toda una ilusión», ha añadido Conde-Pumpido, que ha recordado a las personas que como Calparsoro o Juan Luis Ibarra, que «han hecho tanto por poner los cimientos de un futuro de paz y de justicia para el País Vasco».
Por último, ha trasladado el apoyo y respeto del Ministerio fiscal para el conjunto de los 92 fiscales de Euskadi que «hoy, pertrechados del coraje y la capacidad de sacrificio que ya conforman su seña de identidad, atraviesan también el umbral de un tiempo nuevo, de otro cambio».
