Siguen las reacciones ante el giro repentino de Inés Arrimadas y de su partido.
El acuerdo al que llegó el pasado martes por la noche con el PSOE –regalando una nueva extensión a Pedro Sánchez para mantener los máximos poderes del Estado– generó la huida de Juan Carlos Girauta de Ciudadanos, pero ahora se conoce que este bandazo ha sido muy aplaudido por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El señalado por tener una mina de oro en Venezuela ha dicho en una videoconferencia titulada «Pandemia y Política», organizada por Thinking Heads, que «Arrimadas ha acertado», pero esto no ha sido lo único, ha dicho también que «(Ciudadanos) ha sido importante en el proceso de diálogo y de conformación de esa mayoría para respaldar en mi opinión un estado de alarma imprescindible».
Y no conforme con esto, también ha dicho que el partido de Inés Arrimadas se «había oscurecido» en los últimos tiempos, pero que ahora «ha recuperado terreno». Es lo que podría llamarse el mundo al revés de José Luis Rodríguez Zapatero, algo que debería convertirse en un claro mensaje a la nueva líder de la tolda naranja, que por cierto fue criticada de forma indirecta por su propio exjefe Albert Rivera, quien se hizo eco en Twitter de un artículo del catedrático de Derecho Administrativo Andrés Betancor en EL MUNDO.
«La recalcitrante defensa del estado de alarma por el Gobierno lo es de una situación de anormalidad institucional, de restricción generalizada de los derechos hasta extremos insoportables, sin sostén suficiente en la legalidad constitucional», dice el fragmento citado por Rivera de la pieza titulada «Hay plan B, pero el rey está desnudo».
Por otra parte, hay que decir que algunos han sentido el frío en las piernas por este repentino bandazo, se trata de Unidas Podemos, el ala más radical del Gobierno, quienes mantienen sus planteamientos de extrema izquierda, que se encuentran en las antípodas del partido de Arrimadas y que se encontraban entre la espada y la pared por los señalamientos de Gabriel Rufián el pasado miércoles, cuando el líder de ERC mostró su «no es no» a Sánchez.
Precisamente respecto a Rufián, Zapatero ha dicho que normalmente está «bastante de acuerdo» con sus planteamientos, pero que en este caso «no es una cuestión de centralismo o no centralismo», sino de que «los poderes que hay que ejercitar» son del gobierno central «cuando se trata de una pandemia de todo el país», toda una sarta de aseveraciones que han sido desmentidas. Todos saben que ninguna de las medidas dependen del estado de alarma, pero el gobierno socialcomunista se ha acostumbrado a este inmenso poder.
