En cuanto se confirmó espionaje mediante el software Pegasus a Pedro Sánchez y Margarita Robles, salió apresuradamente, casi tropezándose, el ministro Félix Bolaños a explicarse ante los periodistas. Y fue un error.
Lo cometió el representante de Sánchez por dejarse llevar por las prisas, pero no contempló de antemano quién iba a pagar el pato, esto es, a cargar con las culpas de la negligencia.
Porque si queda algo claro es que esa culpa no estaba repartida y mucho menos acordaba. Se confirma gracias a la guerra abierta a tres bandos -como mínimo- que se ha iniciado en las últimas horas entre los ministerios de Presidencia y Defensa para evitar a toda costa convertirse en los cabezas de turco. El tercer bando es el de Paz Esteban, la directora del CNI, en la que otros tantos ven la posibilidad de entregar su cabeza en bandeja como ofrenda. Y ella tiene nada menos que al CNI para defenderse…
Todo apunta a que esta batalla brutal dejará momentazos para comer palomitas y muchos sudores fríos a Sánchez, mientras, por otro lado, el Presidente tiene la papeleta terrible de haber defraudado a sus colegas de ERC y Bildu.
La defensa de Robles es su mejor ataque
La ministra de Defensa, Margarita Robles, defendió la labor del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y su propia honestidad, en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, donde acudió a comparecer por la brecha de seguridad.
Cabe recordar que según lo estipula el organigrama, la Unidad de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, ente adscrito al Ministerio de la Presidencia, es quien se encarga de supervisar todas las comunicaciones y dispositivos del Ejecutivo. Lo que señala directamente a Félix Bolaños, quien dirigía la oficina al momento en que se produjo, de acuerdo a la información oficial, el espionaje, mayo y junio de 2021.
Y es ahí donde está el pollo montado. Esta postura de Robles contrasta con el relato oficial, que ha dejado tirado al organismo de inteligencia (CNI), haciendo entender primero que han sido responsables del espionaje a los independentistas y luego, que han sido negligentes al permitir la brecha de seguridad de los móviles del presidente y de la ministra de Defensa.
Pero cabe recordar aquí que el CNI entregó un manual a La Moncloa en julio de 2021 para detectar el software Pegasus en teléfonos móviles iPhone, al mismo tiempo que avisó de que al menos dos de sus entonces ministros, Juan Carlos Campo, titular de Justicia, y Arancha González Laya, ministra de Exteriores, habían sido víctimas de espionaje con el malware.
Ruptura con ERC y Bildu
El caso de Pegasus ha desbordado las tensiones entre el gobierno del PSOE y los partidos independentistas.
ERC y Bildu se mostraron especialmente críticos hacia las declaraciones de Margarita Robles. Tanto es así, que Rufián llegó a calificarlas como «burradas». Antes de darse a conocer lo ocurrido, Podemos y los independentistas acusaron a la propia Robles y a CNI de los supuestos espionajes:
«Los indicios apuntan a la implicación del Centro Nacional de Inteligencia bajo el control, desde que Margarita Robles asumiera el cargo, del Ministerio de Defensa, sin descartar la autoría o participación de otros organismos públicos».
Habrá que ver cómo evolucionan las relaciones entre Sánchez y sus compinches, pero todo parece indicar que se entenderán cuando se necesiten por interés mutuo.
