La ministra y el exvicepresidente usaron hasta a la Fiscalía con la complicididad de Sánchez

Irene Montero se inventó 64 llamadas falsas para acusar al periodista Entrambasaguas de acoso a sus hijos

El juzgado de lo Penal número 30 de Madrid considera que la actuación del reportero fue profesional y  “no constituyó un delito”

Lo más gracioso es la cara de tonto que se le ha quedado a Pablo Iglesias y el estupor de su exconsorte, Irene Montero, que se las prometían muy felices tras haber conseguido que la fiscal -en una acto que bordea la prevaricación- pidieran que al periodista Alejandro Entrambasaguas le condenaran encima a un año de cárcel. Y todo tras inventarse que se había dedicado a acosar a los hijos de la pareja-jefe de Podemos.

Durante meses, el exvicepresidente, la ministra de Sánchez y todo el aparato de Podemos ha llevado a cabo una mezquina estrategia de manipulación contra Entrambasaguas, a cuenta de una burda y falsa acusación de acoso a los hijos de Montero e Iglesias.

Vaya por delante, como ha dejado patente el juez apenas oír los cargos y apenas terminar la vista, que lo único que hizo Entrambasaguas fue cumplir con su trabajo como periodista.

Todas las gestiones del reportero de OkDiario tenían como objeto dejar patente que la guardería a la que el entonces vicepresidente y su colega ministra de Igualdad llevaban a sus hijos pequeños era ilegal.

El ‘establecimiento’ no estaba dado de alta en la Comunidad de Madrid y su responsable operaba al margen de la legalidad.

Las ’70 llamadas de teléfono’

Por supuesto que el periodista intentó hablar con la cuidadora de la guardería fantasma -era su obligación- y se personó en el lugar donde ejercía su trabajo -también era su obligación-, pero la pareja Iglesias-Montero aprovechó la situación para denunciar un falso acoso a sus hijos, argumento que fue comprado por las terminales mediáticas de Podemos para acusar a Entrambasaguas de un delito especialmente odioso.

La sentencia de 11 folios dictada no deja lugar a dudas. El periodista Entrambasaguas no acosó a los hijos de la ministra y del exvicepresidente.

Pero además en los hechos probados redactados por su señoría se destaca que la ministra podemita mintió durante la vista oral, celebrada la semana pasada, al afirmar que la cuidadora de sus hijos había recibido «70 llamadas de teléfono».

Montero sostuvo durante el juicio que la cuidadora les alertó de las visitas y llamadas de Entrambasaguas, que cifró «en más 70».

Una situación que les hizo «temer por la seguridad de la familia» y que incluso llevó a la cuidadora de los pequeños a dejar su puesto de trabajo por miedo, según argumentó la pareja podemita.

La realidad es que, como demuestra la sentencia, el periodista hizo su trabajo como informador:

«Seguidamente, en esos días, el acusado la llamó por teléfono unas cuatro o cinco veces, no logrando tampoco su propósito de comunicarse con ella por no coger las llamadas».

Es decir, que el periodista llamó en cinco ocasiones por teléfono a la cuidadora de sus hijos.

Más mentiras

La ministra de Igualdad también aseguró ante el juez Maman Benchimol que Entrambasaguas había grabado a sus hijos menores de edad y a la cuidadora. Otra mentira más, puesto que esos hechos nunca tuvieron lugar.

Los escoltas de Iglesias declararon que jamás vieron al periodista con cámara y que tampoco se acercó a los hijos del exvicepresidente del Gobierno.

Montero también aseguró que Entrambasaguas había acudido a un parque ubicado a escasos metros del portal en el que se encuentra la guardería ilegal a la que llevaba a sus hijos y que el periodista había preguntado a niños menores de edad por sus vástagos. Otra afirmación falsa que no sostuvieron ni sus propios testigos.

Lo ‘ilegal’ no era. el trabajo del periodista, sino la guardería y los sabían los progres Montero e Iglesias, que hicieron lo de siempre: tratar de desviar la atención manipulando groseramente la realidad.

La operación de denigración personal y profesional de Entrambasaguas, apoyada por una Fiscalía que, en lugar de cumplir con su obligación de defender el principio de legalidad, se dedicó desde el principio a arropar a Montero e Iglesias.

Han sido meses de una feroz campaña de desprestigio que Entrambasaguas ha soportado en el convencimiento que tarde o temprano la verdad se impondría, otra vez, a la impostura.

Acusan al juez de prevaricar

Irene Montero y Pablo Iglesias promovieron una campaña de deslegitimación contra un joven periodista, con el apoyo mediático de algunos medios y ‘colocados’ de la televisión, de los que reciben copiosas subvenciones gubernamentales.

Y ahora que la Justicia se ha pronunciado, Podemos se lanza contra el juez  acusándole de prevaricar.

Los progres y sus compadres del pesebre mediático, que van dando lecciones de falsa moral, han vuelto a quedar, otra vez, en evidencia.

¡Qué les den!

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