MADRID, 9 (OTR/PRESS)
Salvo alguna anticipación de momento no prevista ni programada, para el presente año 2010 solamente figuran unas elecciones previstas y programadas: las autonómicas catalanas. Han comenzado a efectuarse apreciaciones sobre estas elecciones, sobre todo, en la larga espera en que nos encontramos de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, y sobre el modo que esa sentencia podría repercutir en los resultados de esos comicios. Todos suponen, naturalmente, que la sentencia del Estatut estará ya «sobradamente asumida y asimilada» para cuando empiece la campaña, pero nadie descarta que pudiera tener alguna clase de efectos o influencias.
A esas elecciones de 2010 hizo referencia reciente el presidente Zapatero, al hacer balance de 2009, y preguntado sobre qué previsiones o estimaciones tenía para esos comicios del presente año. Zapatero dijo que las perspectivas para el socialismo catalán serían, en todo caso, mejores de lo que algunos piensan. No iba a decir lo contrario, claro, y a tirarse piedras sobre el propio tejado.
A lo sumo, se ha dicho que esas autonómicas catalanas se producirán «el próximo otoño», sin haberse precisado mucho más, hasta el momento. El Periódico de Cataluña señalaba este viernes que «las elecciones al Parlament de Catalunya se celebrarán en el momento que corresponde por ley, el próximo noviembre». Y añadía que no se avanzarán ni siquiera un mes, según es intención declarada del PSC, y según ha expresado el secretario de organización de los socialistas catalanes, José Zaragoza. Ni siquiera en el supuesto de que el TC «produjera» un recorte en el texto del Estatut que originara una fuerte conmoción política en Cataluña. Por lo menos, eso es lo que se sostiene a estas alturas, naturalmente. Nadie se atreve a anticipar acontecimientos, y la «doctrina» de la Generalitat y del PSC es que hay trabajo por delante para agotar la legislatura hasta el final. Y para afrontar ese trabajo, el Govern cuenta con mayoría parlamentaria y con estabilidad política. ¿Qué otra cosa se puede pedir? La única incógnita es la sentencia del TC, que se sigue esperando que sea «inminente».
Es sabido que el presidente de la Generalitat tiene la prerrogativa de fijar y determinar el calendario electoral en su comunidad, por lo que se supone que es perfectamente calificada la opinión de «su número dos» en el PSC, Zaragoza. Cabe recordar que las anteriores elecciones autonómicas catalanas tuvieron lugar el primero de noviembre de 2006, miércoles. Este año, el primero de noviembre cae en lunes, y coincide con el final de un puente festivo, por lo que es improbable que se elija esa fecha. De ahí que pudieran desarrollarse el día 7 de noviembre, domingo.
Naturalmente, a estas alturas del calendario, nadie se atreve a decir que sucederá en las urnas, ni qué Gobierno saldrá de ellas. ¿Repetirá el tripartito? Es una eventualidad. Otra es que CiU, según reflejan las encuestas, gane posiciones. ¿Hasta poder gobernar, solos, con ERC o con el PP? Es otra serie de hipótesis que nadie termina de descartar, claro. Ahora mismo, todo es posible. Pero no es improbable que los partidos den comienzo ya a sus correspondientes campañas de promoción para mejorar posiciones en el futuro Parlament.
