José Cavero – El Rey rebaja la tensión con Marruecos.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Cuando, el martes, el Rey Don Juan Carlos despachó con el jefe del Gobierno en Marivent, se ofreció a José Luís Rodríguez Zapatero a hacer una gestión para tratar de abortar la incipiente crisis con Marruecos, y su huésped aceptó con agrado. Don Juan Carlos quiso apagar el fuego entre España y Marruecos antes de que vaya a más, como señala El País, y por eso miércoles conversó con el rey Mohamed VI para desactivar las tensiones que se han venido registrando en la relación bilateral desde hace varias semanas. La mayor parte de los diarios destacan este jueves como primero de sus asuntos que el Rey llamó a Mohamed VI para bajar la tensión con Marruecos, que don Juan Carlos llamó a Mohamed VI por la presión marroquí en la frontera, o que la llamada del Rey destapa la crisis creada por Mohamed VI, como dicen el País, ABC y El Mundo, respectivamente.

Fuentes de la Casa real han señalado que ambos Reyes coincidieron, durante la conversación, en que los «malentendidos o pequeños problemas» entre los dos países no deben «perturbar el excelente clima» de la relación. Poco después, la agencia de prensa oficial marroquí MAP corroboró la información en términos muy parecidos aunque Rabat prefiere hablar de «incidentes» en lugar de «malentendidos». Señala además que ambos jefes de Estado «han acordado reunirse próximamente de manera informal».

Según el relato de hechos que ofrece El País, tras la cascada de comunicados -cinco en 24 días- del Ministerio de Exteriores marroquí en protesta por las supuestas agresiones racistas de las fuerzas de seguridad españolas en las fronteras de Ceuta y, sobre todo, de Melilla, el Gobierno español temía que la tirantez fuese a más durante el mes del Ramadán (ayuno islámico) que empezó este jueves en Marruecos. Aún así, el Ejecutivo no acababa de comprender, según fuentes diplomáticas, lo que de verdad subyacía tras los reproches de Rabat. Los incidentes fronterizos no son nuevos, especialmente en Melilla, pero ahora revestían especial importancia a ojos de Marruecos.

Se recuerda también que los Gobiernos socialistas -no así los que encabezó José María Aznar (entre 1996 y 2004)- han recurrido con cierta frecuencia al monarca para que haga llegar mensajes que ayuden a «apagar incendios» con Hassan II y, desde 1999, con su hijo Mohamed VI. Pero lo han hecho, generalmente, cuando el fuego estaba adquiriendo «grandes proporciones y no cuando era embrionario, como sucedió ahora», según recuerda un diplomático. Habrá que ver ahora qué consecuencias prácticas tiene sobre el terreno la buena sintonía telefónica de ambos monarcas. Esta pasada madrugada empezaba, en principio, el boicoteo comercial de Melilla por parte de varias asociaciones de Nador y del Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla con sede en Tetuán.

Mounaim Chaouki, que encabeza la coordinadora que agrupa a esas asociaciones, reiteró que sobre las seis de la madrugada (hora peninsular española) él y unos 60 o 70 militantes se apostarían en Beni Enzar, el puesto fronterizo, para «impedir la entrada en Melilla del pescado fresco» procedente de Marruecos. A partir del lunes su boicoteo abarcará a los materiales de construcción. En otros puntos de Marruecos estaban también en preparación concentraciones ante edificios diplomáticos o culturales españoles «en repulsa por las actuaciones racistas».

Señala El Mundo, estas recientes tensiones con Marruecos han puesto de manifiesto el talante muy distinto del Partido Popular (PP) en las dos ciudades autónomas. El vicepresidente de Melilla, Miguel Marín, recordó que su Ayuntamiento llevaba años denunciando los incidentes en la frontera. «El principal responsable» de lo que allí sucede es Zapatero que ha sido incapaz de atajarlo, según dijo. En Ceuta, en cambio, Yolanda Bel, la portavoz del Ayuntamiento que dirige Juan Jesús Vivas, expresó, su apoyo a la «intachable labor» de las fuerzas de seguridad, pero también la «confianza» que le inspiran las gestiones que efectúa el Gobierno español. «Lealtad institucional», recalcó.

Por su arte, Ignacio Cosidó, portavoz del Grupo Popular en el Congreso para temas relacionados con el Ministerio del Interior, ha pedido la comparecencia del titular de esa cartera, Alfredo Pérez Rubalcaba, para que explique las «agresiones» que han padecido en Melilla los policías españoles, especialmente las «agentes femeninas». En cuanto al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha restado importancia a los incidentes ocurridos las últimas semanas en la frontera con Marruecos, aunque ha asegurado que el Gobierno marroquí magnifica estos «pequeños problemas» sin saber «muy bien por qué lo hace».»El Gobierno marroquí se aprovecha de estos pequeños incidentes (…) Los magnifica porque le conviene», ha denunciado Imbroda en una entrevista en la Cadena Ser.

Para el presidente de Melilla el problema no es que «20 ó 25 personajillos» provoquen a la Policía Nacional sino que Marruecos «consienta» que corten el tráfico o que impulsen una campaña contra los productos españoles. Además, Imbroda considera que los choques en la frontera «no se pueden ver como un problema entre Estados» sino más bien como el intento de un grupo de marroquíes de desestabilizar las relaciones España-Marruecos. Aún así, Melilla cree que el Gobierno de España ha actuado tarde y que se podría haber evitado llegar a la situación de ahora. «He echado en falta una acción más contundente del Gobierno español y así no hubiéramos pasado lo que estamos pasando estos días», ha pedido Imbroda.

Lo que comenzó como la denuncia de Rabat a un grupo de policías españoles a los que acusaba de ser un «grupo racista» tras detener a un narcotraficante marroquí, según ha explicado Imbroda, se ha convertido en los últimos días en una cuestión de Estado en la que ha tenido que intermediar el Rey. La llamada del Rey es el último movimiento en una polémica que se prolonga, a ambos lados de la frontera, desde hace varias semanas. El Ejecutivo de Rabat ha emitido cinco comunicados en los que acusa a la Guardia Civil de abandonar a ocho subsaharianos en mal estado de salud en las costas del país africano y a la policía de agredir a ciudadanos marroquíes en el paso fronterizo de Melilla.

Las autoridades marroquíes condenaron que un policía español supuestamente no respetó la línea de demarcación del puesto de Beni Enzar para perseguir a un ciudadano identificado como Ibrahim Abana, y apuntaron que cuando un agente marroquí intentó interponerse, otros tres españoles ayudaron a su compañero y «agredieron a la víctima con sus porras». Sin embargo, Imbroda explicó que se trataba de la detención de un narcotraficante que Marruecos ha querido mostrar como un ciudadano ejemplar, y que la actitud de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «ha sido ejemplar».

El Ejecutivo ha contestado a Marruecos negando la veracidad de las denuncias que formulaban. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó desde el Palacio de Marivent al finalizar su encuentro con el rey, la «total disposición» a «aclarar, dialogar e informar» sobre estos casos, aunque subrayó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actúan con la «máxima corrección». Desde los Ministerios españoles de Exteriores e Interior también se expresó la intención de estudiar la posibilidad de mandar a Marruecos a un enviado para que mediase en la polémica.

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