La Beni, animal fogoso,
Suelto en el bosque de la Izquierda,
Cuando la oigo, me recuerda,
¡Coño!, el abrazo del oso,
Que te deja hecho una mierda;
Repuesto de afecto tan bruto,
Despido enseguida el luto,
Que causa tanto espaviento
De este ampuloso elemento,
Fatuo y más hueco que un canuto;
Tal cual ésta con la sin hueso
Ventea hojarasca como heno,
Quien esparce auténtico cieno,
Sagaz como perro sabueso,
Es la carcamal Pepa Bueno;
Cuanto ésta escribe o larga,
Tiene el filo de la adarga;
Si lo camufla con olor
A pera en dulce, su sabor
Es el de la almendra amarga;
Son del Rojerío, que ahora
Se ve con al agua al cuello,
Una el último destello
De su ocaso, y de la aurora
La otra el echarse al degüello
A quien, sólo haciendo uso
De un temple, -a ellas incluso
Sin palangana-, que las tiene
Que dar lecciones de higiene
Política … ¡Nada confuso!:
En español, francés o ruso:
¡Doña Isabel Díaz Ayuso!.