Bokabulario

Moa, AntiMoa; Historia, Antihistoria

La fijación del Imperio Progre con Pío Moa es tal que Alberto Reig Tapia, cuyo padre dirigió el NO-DO, ha publicado un libro titulado Antimoa. Después del Anticristo y la Antiespaña, el Antimoa. ¿Han enloquecido los intelectuales orgánicos?

Los académicos que se han enseñoreado de las universidades y de las editoriales no admiten ninguna discusión de la versión oficial sobre la Segunda República, la guerra y el franquismo. Su furia con quienes refutan sus dogmas y su negativa a debatir con ellos nos lleva apensar que hay en juego algo más que la verdad: el prestigio, el dominio de las cátedras y dinero, toda una industria.

Y la verdad es que los historiadores que reaccionan ante Pío Moa como vampiros ante un crucifijo no pasan de meros fabricantes de consignas y repetidores de frases hechas. A Paul Preston, traído a España por el editor Rafael Borrás, lo destrozó Ricardo de la Cierva, pero ha conservado las rentas y los chollos que le han concedido los españoles paletos que se licuan ante un inglés que se interesa por ellos; por ejemplo, desempeña la cátedra Príncipe de Asturias de Estudios Hispanos de la London School of Economics. ¡Los Borbones pagándole un sueldo al hijo de la Gran Bretaña que denigra el bando por el que lucharon y murieron muchos de sus familiares y al gobernante que les entregó un trono!

Acabo de hojear Historia de la República española en guerra, de Helen Graham, que es catedrática de universidad. Mi método para saber si un libro de historia merece la pena es ver qué dice de algún episodio que yo conozca bien. La tal Graham sostiene que el número de personas reunidas en Guernica antes del bombardeo rondaba las 100.000 personas. Por supuesto, mantiene la mentira de los 1.654 muertos, sin mencionar el estudio del general Salas Larrazábal, que los establece en torno a 120. En un asalto a las cárceles de Bilbao cometido el 4 de enero de 1937 por las izquierdas con la colaboración del PNV se asesinaron a casi 230 personas, el doble.

En una librería inglesa encontré la versión original de La guerra civil española, del elogiado Anthony Beevor. Como Preston y Ian Gibson, éste es también partidario de que los españoles hurguemos en las fosas comunes, a ver si estalla otra guerra y así pueden venir a contarlo a sus compatriotas. En uno de los primeros capítulos de su libro, para explicar el origen de los problemas de España, vincula la pobreza de Extremadura con la Reconquista, que es como si nosotros quisiéramos entender el apaciguamiento de los británicos ante Hitler en la cobardía y la sumisión del pueblo y la élite inglesas ante los caprichos y el despotismo de Enrique VIII. Beevor también mete la pata a modo en su libro.

Por fortuna, toda esta pirámide de mentiras e intereses empieza a desmoronarse. Modestamente, el otro día La Razón me entrevistó sobre mi comunicación dedicada a la censura de prensa por Manuel Azaña.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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