En los países sudamericanos, al igual en Europa, se palpa la preocupación por el triunfo de Donald Trump y más concretamente por el efecto contagio de sus posiciones políticas.
Por ejemplo en Panamá empieza a aflorar rechazo hacia los emigrantes venezolanos huidos de su país a causa del régimen chavista. En los últimos días ha ido manifestaciones contra los emigrantes venezolanos pero justo es decir que ha habido otras en favor de que Panamá sea un país de acogida y no se dejen contagiar por la xenofobia. En Panamá son muchos los que creen que estos brotes xenofobia tienen mucho que ver con que se esté produciendo un contagio de las posiciones de Trump ya que al fin y al cabo este país mira hacia Norteamérica. Lo cierto es que el rechazo a los inmigrantes empieza a ser un problema preocupante en muchos países y en algunos de ellos, quienes ahora se atreven a mostrar ese rechazo lo hacen sin complejos contagiados por la reciente campaña electoral norteamericana donde Trump ha puesto voz a los sentimientos de xenofobia que muchos mantenía agazapados. Me parece urgente hacer frente al problema de la xenofobia antes de que se convierta en un tigre imposible de cabalgar. En el mundo actual el problema de la emigración se ha desbordado a causa de los conflictos bélicos, por ejemplo Siria, pero también por razones tan antiguas como el mundo, que no son otras que el deseo legítimo de millones de personas de escapar de la miseria e intentar buscar un lugar donde vivir mejor. La crisis económica hace que muchas personas abandonen sus países buscando en otros trabajo y mejores condiciones de vida. El reto por tanto todo no es levantar muros, sino dar respuesta a los problemas que tienen quienes no les quede otra opción que emigrar. Por eso es urgente que la Unión Europea y los países más desarrollados inviertan en países poco desarrollados pero también que tengan una política de acogida que sea comprendida y secundada por la mayoría de la sociedad a fin de evitar brotes de rechazo y xenofobia. También es urgente poner fin a conflictos bélicos como el de Siria que han provocado una auténtica catástrofe. En definitiva se trata de abordar el problema de la inmigración con más que buenas palabras para evitar estos sentimientos de rechazo que empiezan a aflorar con fuerza. En Estados Unidos muchos inmigrantes incluidos los que tienen «papeles» empiezan a sentirse rechazados. Es especialmente preocupante el rechazo que sufren algunos niños en la escuela y es que el triunfo de Trump ha hecho que se envalentonen todos aquellos que procuraban disimular sus sentimientos xenófobos. Lo dicho hay que poner remedio antes de que continúe el contagio del efecto Trump.