ANÁLISIS

Antonio Sánchez-Cervera: «La Reina Sofía, ejemplo político e institucional»

Antonio Sánchez-Cervera: "La Reina Sofía, ejemplo político e institucional"
La Reina Sofía. EP

La Monarquía, como forma de gobierno  que adopta un Estado en función de la relación existente entre los distintos poderes, ha ido desprendiéndose de poder político a favor del ciudadano y de la justicia, respetando valores esenciales de la Comunidad y trasladando al Parlamento que es de todos los verdaderos valores de la democracia. Tal es el caso, por ejemplo, del Reino Unido y España, que a través de sus monarcas, han mostrado la sensatez y estabilidad de sus reinados. Como monarquías parlamentarias, los Parlamentos regulan no sólo el funcionamiento del Estado sino también la actuación y funciones del propio rey o de la reina en su caso.

Así pues, son monarquías que conservan sus valores más tradicionales sin la necesidad de estar preconizando una ideología populista,, muy rancia y caduca, decimonónica, que solo habla de diálogo y soluciones políticas sabiendo que es imposible alcanzar acuerdos incumpliendo la Ley, y, en definitiva, olvidando al ciudadano.
Sofía de Grecia y Dinamarca dejo de serlo desde el 22 de noviembre de 1975, para convertirse en  reina consorte de España, por su matrimonio con el rey Juan Carlos I, ostentando de forma vitalicia la dignidad de Reina

Como consorte constitucional del Rey de España, ha sido partícipe y compañera, esposa del marido, permaneciendo unida y formando una sola parte en la Corona, asumiendo prudentemente sus funciones y brillando siempre la educación propia de su condición de Majestad porque no ha tenido que aprender el oficio a marchas forzadas. Para doña Sofía solo existe una única España a la que hay que respetar, defender y proteger, igual que hace cotidianamente la sin igual y muy respetable monarca Isabel II del Reino Unido.

Por otro lado, doña Sofía, es madre y abuela además de Reina, quizá por esto, recordando a  Concepción Arenal pensara aquello de que «Odia el delito y compadece al delincuente», en relación a sus visitas a su hija Cristina cuando el affaire del marido de esta. También, sería ilógico y hasta desnaturalizado, no aceptado socialmente en la colectividad en la que vivimos, que como abuela no quisiera ver y pasar tiempo con sus nietos, aspectos estos compatibles con su doble condición de Reina emérita y madre del Rey, que en absoluto conculca su responsabilidad institucional, llevada a cabo con primor desde el año 1975. Por ello, a las hijas de su hijo, El Rey Felipe VI, doña Sofía, siempre fiel a su compromiso, desea hacer de forma más natural la vida más agradable a sus nietas, que no dejan de ser unas niñas a pesar de su privilegiada condición. Lo contrario, sería impropio de una abuela y más propio de una simulada advenediza con aires sobrevenidos de grandeza.

En tiempos convulsos, la Reina Sofía siempre antepuso su deber a cualquier otra circunstancia, siempre ha sido la Reina de todos los españoles y siendo hija de reyes, hermana de rey, esposa de rey y madre de rey, Sofía de Grecia ha desempeñado un importante papel institucional junto a quien ha sido su marido durante más de medio siglo. Su sentido de la responsabilidad y su compromiso con la Corona han imperado en estos años de luces y, a veces, sombras. Una trayectoria vital  que ha estado siempre marcada por sus obligaciones con la institución. Ha sabido capear, educada y responsablemente, la relación personal de su matrimonio con la institucional. Ha sido un baluarte importantísimo en la unión de la Corona. Ha mantenido el sentido de la responsabilidad y una aparente timidez, que no es otra cosa que una educación recibida desde sus primeros biberones.

Doña Sofía siempre ha sabido que la Monarquía es una institución que ha de servir al país, por lo que ha defendido a ultranza la Corona con un sentido político incontestable de ser útil a la sociedad española, pues como comentara Felipe González a la Monarquía hay que apoyarla puesto que no hay que jugar con las cosas de comer.
Doña Sofía ha tenido mucho que ver para que las encuestas digan que más del 76% de los españoles están a favor de la Monarquía y de nuestro Rey y que la Reina emérita sea la más popular desde 2014. Por algo será.

Nuestro agradecimiento y respeto, Majestad.

Antonio Sánchez-Cervera

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