En 1996 el catedrático de la Universidad de Princeton, Alan Sokal, publicó un artículo, con una retórica empalagosamente posmodernista, en una revista “SOCIAL TEXT”; publicación esta, símbolo y referente del postmodernismo neoyorkino. El pomposo y rimbombante título del artículo en cuestión era:
«TRANSGREDIR LOS LÍMITES: HACIA UNA HERMENÉUTICA TRANSFORMADORA DE LA GRAVEDAD CUÁNTICA». El escrito de Alan Sokal era una payasada de principio a fin, en el que no decía nada mínimamente coherente, y sin embargo sus líneas fueron acogidas con grandes elogios y alabanzas por parte de la “crítica especializada”, provocando las risas del propio Sokal, ya que su escrito no era más que una burla satírica hacia el auto llamado “mundo de la cultura”.
En el caso de Pedro Sánchez, sus homilías también son acogidas con grandes elogios y alabanzas, por parte de la “crítica especializada”; estómagos agradecidos, colocados como tertulianos, asalariados sin pudor ni vergüenza, estratégicamente repartidos y enchufados a dedo, en los medios de comunicación, tanto públicos, como privados enganchados a la teta.
Alan Sokal decía que no importaba que las palabras no dijeran nada coherente, siempre y cuando las parrafadas “sonasen” bien al oído. Sin embargo, en el caso de Sánchez, amén de no decir nada, sus insoportables sermones suenan mal a cualquier oído medianamente cultivado, amén de ser un claro insulto a la inteligencia de los ciudadanos, a los que parece tomar por tontos del “bulo”.
Bien se trate de pregonar que “hemos acabado con el virus”, como mintió a bombo y platillo “el líder supremo” hace más de un año, o, miles de muertos después, para justificar lo injustificable, como en el caso de los indultos a quienes apoyaron su investidura y ahora le tienen que aprobar los presupuestos, “por razones humanitarias”, lo cierto es que la empalagosa y cursi jerga sanchista, almibarada por el redondo, o el Bolaños de turno, ha pasado de dar risa a producir vergüenza ajena; amén de vómito por sobredosis de tanto “Aló Presidente” en vena y sin anestesia, del incombustible Tostado de la Mareta.