Alguien dijo que el elemento más abundante del Universo no es el hidrógeno; es la estupidez humana. Estoy de acuerdo
La estupidez humana es monumental, pero está mal repartida entre los seres humanos; unos tienen una cantidad razonable mientras a otros se le desborda hasta por las orejas.
En el caso del espionaje del PP contra sí mismo – que hay echarle bemoles – la estupidez de Pablo Casado y Teodoro García Egea ha marcado un récord difícil de superar.
La chapuza del espionaje a Isabel Díaz Ayuso solo es comparable a las chapuzas de Mortadelo y Filemón, con la diferencia de que estos acertaban en ocasiones.
No se puede ser más burdo, más basto, menos pulido que lo que han sido estos Mortadelo y Filemón que aspiran a gobernar España. Su falta de inteligencia solo puede ser explicada por su sobreabundancia de estupidez trufada con unos toques de envidia y celos, propios de comportamientos infantiloides.
España, esta España que vuelve a ser de charanga y pandereta, si es que ha dejado de serlo en alguna ocasión; se debate entre una oposición estúpida y un gobierno podrido presidido por un personaje de cine negro norteamericano.
Mientras, los ciudadanos, poseedores del poder del voto, lo ejercitan estúpidamente fraccionando cada vez más la España política, para alcanzar un marco político tan atomizado que hará que este pobre país, en manos de mortadelos y filemones en la oposición por un lado y delincuentes mafiosos en el gobierno por otro, termine por ser ingobernable.
