Por intentar seguir el proceso electoral a las presidenciales francesas, me he pasado el día tragándome el “24 horas” de Tve; la televisión pública ´en España´, que no ´de España´.
El resultado ha sido que al final del día, ´casi´ he acabado convencido que Pedro Sánchez es Supermán, tiene súper poderes, y ´el país´, antes llamado España, va de ´puta madre´.
Eso, amén de que esta noche seguro que tengo pesadillas con la ´ultraderecha´ violentando las puertas y ventanas de mi hogar, para terminar metiéndose en mi cama al grito de ´hemos pasao´.
Eso es lo que suele pasar cuando uno sufre una sobredosis de televisión precocinada al gusto de ´su arrobadora Sanchidad´.
Al final, tras unos minutos de reflexión, y de separar el polvo de las pajas ideológicas de locutores bien pagados, y tertulianos ´por un plato de caliente´, he podido concluir que quien ha perdido las elecciones en Francia, de una manera estrepitosa, ha sido la izquierda, y que quien ha triunfado es el centro derecha y la llamada (con mohín) ´extrema derecha´.
Mientras socialistas y comunistas, no se han comido un colín; así que no entiendo la euforia ´progre´ por los resultados. Se lo deberían hacer mirar.
Y es que a pesar de que en España, los medios subvencionados y de alquiler, hayan intentado confundir al personal, Macron y Pedro Sánchez, ni juegan en la misma liga, ni están en el mismo equipo.
De hecho Pedro Sánchez y el PSOE forman filas con los partidos de la izquierda francesa; los grandes perdedores de estos comicios.
Claro que igual es que van ´fumados´ y de ahí sus risas y alegría.
Y para concluir, Marine Le Pen es mujer, y Macron, hombre; ¿dónde queda aquello del credo de la Agenda 2030, sobre potenciar el ´empoderamiento´ de las mujeres, cuando la progresía tira cohetes para celebrar que un hombre haya vencido a una mujer, como ha sido en el caso de hoy. ¡Menudo atajo de cínicos!