Si es tu voluntad que ya no hable más y mi voz calle como antes de que me enseñaras a hablar, obedeceré…; callaré si es esa tu voluntad.
Solo te pido que dejes que se llenen los ríos y que resplandezcan las colinas por última vez una vez más… que dejes que se derrame tu misericordia sobre todos estos corazones que secos en sus infiernos ya no les restan lágrimas que llorar.
Que derrames tu misericordia aquí hoy, sobre todos tus hijos, esos que envueltos en harapos de luz, insultan la Luz que dicen representar.
Que derrames hoy tu misericordia sobre todos tus hijos que, vestidos para matar, pintan con sangre este apocalíptico final, en una orgía de sufrimiento y muerte que mis ojos, teñidos de rojo, ya no quieren mirar.
Por favor te pido, Señor, que aclares al mundo si es esa tu voluntad; o si, simplemente, aún no somos dignos de conocer tu verdad.

