Nadie dudaría de la relevancia de la relación sexual de un obispo
El cenit, el momento álgido, ha estado sin duda la madrugada de este 9 de septiembre de 2012, en los estudios de Telecinco, donde debatían a ‘calzón quitado‘ -y pocas veces la expresión ha sido más acertada, Cuca García de Vinuesa, Lucía Etxebarria, Pilar Rahola, Jaime González, Fernando Sánchez Dragó y Alfonso Rojo, pero el asunto levanta polémica en todos lados.
Frente a Cuca Vinuesa, quien puso el acento en el calvario que deben estar pasando y pasarán los dos hijos pequeños y en el marido de la concejal Olvido Hormigos, la escritora Lucía Etxebarria rompió una lanza en defensa del sexo de autoservicio y el vídeo erótico:
«Prefiero que me gobierne alguien bien follado, porque el mal follado cumple el dicho popular de que ‘el que no folla te jode'».
Pilar Rahola también argumentó por el lado de la ‘paja‘, alegando que todo el mundo lo hace, lo que evidentemente no era el tema.
Sánchez Dragó, que es hombre de largo recorrido placentero, restó importancia al asunto y exculpó a la conceja.
Jaime González hizo hincapié en que la clave es si la socialista Olvido miente cuando dice que su masturbación ha sido difundida por el alcalde popular de Los Yébenes, Pedro Acevedo:
«Lo esencial es que ha intentado convertir en cuestión política lo que era inicialmente una masturbación para calentar a su amigo y uno de los dos, el alcalde o ella, se tendrá que ir».
Más o menos en esa línea estuvo Alfonso Rojo, quien tras subrayar que si pensara que el ‘amor propio‘ es delito, toda su generación estaría en la cárcel de Alcatraz, comentó que lo de la concejal es como lo del tipo al que expulsan de la piscina y pregunta por qué y le dicen que por hacer pis en el agua.
«Todo el mundo lo hace»
Y el que lo empuja hacia la salida, replica:
«Si, pero sólo usted desde el trampolín».
Al margen de lo que pasa en los platós de televisión, donde nos esperan incontable sesiones de ‘masturbación y Olvido‘, el debate prosigue enconado en los periódicos de papel, que han visto en el escabroso asunto una gancho ideal para subir ventas.
En el diario ‘ABC‘, Jon Juaristi publica este domingo una columna, titulada «Ejemplaridades«, en la que sostiene que la censura pública de los comprotamientos imprudentes de las autoridades en su vida privada, no sólo es legítima, sino necesaria.
«»Si la víctima de un abuso de confianza semejante hubiera sido nuna adolescente traicionada por un novio sinvergüenza y granujiento, lo menos que podría exigirse moralmente a los padres de la criatura sería un buen rapapolvo a la niña, acompañado de un castigo práctico como la retirada del móvil».
Añade Juaristi que lo censurable del proceder de la concejal, a efectos publicos, no radica en el contenido de la grabación, sino en la imprudencia demostrada al ponerla al alcance de quien la colgó en internet.
«La imprudencia de un concejal no es tan grave como la de un ministro, pero su responsabilidad personal es la misma».
«Ningún vecinos de Los Yébenes puede imponer a doña Olvido Hormigos la dimisión de su puesto, lo que no quiere decir que no tenga derecho a pedirla».
Isaias Lafuente, en una columna titulada «La intimidad’, que publica en Periodista Digital, admite que la intimidad de los responsables públicos puede estar sometida al escrutinio ciudadano, pero sólo cuando la vida privada entra en contradicción con sus cometidos o con los postulados que predica.
«Nadie dudaría de la relevancia de la relación sexual de un obispo, de la hipotética esterilidad del príncipe heredero, del olvido fiscal de un ministro de Hacienda o de la escena de un político antiabortista entrando en una clínica de interrupción del embarazo con su hija. Pero no es el caso. Es más, puestos a buscar circunstancias obscenas cabría preguntarse qué es más turbador ¿un político que se sobe en la intimidad o un político que nos robe en la oscuridad?»
La pregunta, por supuesto, es retórica.
En el diario ‘El Mundo’, donde se dio aire al al testimonio de una vecina sin identificar diciendo que la chica también tenía relaciones con otro al que llaman El Legionario, y se ha publicado los jueves «era el día de la semana que Olvido se reservaba para tomarse un descanso de sus obligaciones familiares y relajarse», Manuel Jabois inserta una pieza titulada «No te masturbarás», que pone los puntos sobre las íes a los medios de comunicación:
«A Olvido Hormigos se le han violado muchas intimidades esta semana, y todas utilizando el sistema métrico de su masturbación».
Y añade Manuel Jabois:
«La masturbación de la concejala ha desempolvado viejos ritos y tics angustiosos. No ya por la reacción popular, que ésa está perdida desde los tiempos de María Magdalena, con la salvedad de que entonces al menos todos tuvieron la dignidad de no tirar una sola piedra, sino por la preocupación de contextualizar escabrosamente el delito más que por perseguirlo; interesarse por la víctima, siquiera tiernamente, mucho más que por el culpable».
Luis del Val, en una pieza titulada «Asalto a la intimidad», carga contra los que han permitido el hostigamiento a la Olvido Homigos:
«Que la concejal presente la dimisión le honra, que se la acepten deshonra al ayuntamiento, porque ¿qué hacen en la intimidad de las alcobas el resto de los ediles? ¿Resuelven ecuaciones de segundo grado? ¿Discuten sobre la influencia de Aristóteles en los clásicos? ¿O se dedican al sexo, en sus ingeniosas variantes? ¿Dónde está esa izquierda furibunda amante de la libertad que consiente que su concejala sea víctima de los asaltadores? ¿Dónde está esa derecha liberal que presume de que la privacidad es algo laicamente sagrado?»
Concluye Luis del Val diciendo que le gustaría cerciorarse de que todos los que cita no están viendo el vídeo de la concejala, «como han hecho miles de horteras».
Juan Fernandez Krohn, a pesar de que esgrime de salida sus creencias, insiste en «Olvido… o la masturbación» en que por lo único en lo que no se puede criticar a la concejal es por el ‘amor propio‘:
«A dios lo que es de dios y al césar lo que es del césar. Se puede criticar una figura publica por su gestión, por sus actitudes en publico e incluso por acusaciones infundadas como las que la concejala toledana parece haber lanzado en contra del partido rival haciéndoles (un poco) responsables de su infortunio».
Rafael Martínez Simancas, en «Olvido final», sostiene que en lugar de interesarnos por las palabras de Merkel, quién por cierto no pudo ser más cariñosa con el gobierno y con España, nos hemos dado al consumo de las noticias relacionadas con la concejala de Yébenes que jamás había aportado nada a la política hasta llegar la edad del móvil con 3G.
«Hay una pregunta que sobra y quizá también sobren los comentarios. La pregunta de si la concejala de Yébenes grabó el video para su marido, para su amante, para consumo interno, o para probar la cámara, sobra. A partir de ahí también sobran las alegres comadres que se dieron cita ante el Ayuntamiento para increpar a Olvido Hormigos».
Arsenio Escolar, director de 20Minutos niega, en «Olvido es tan víctima hoy como ayer», que las evidentes ‘metirijillas‘ de la concejal o su intento de implicar al alcalde popular en su tórrido affaire, tengan relevancia alguna:
“Vuelco en el sextape de Los Yébenes”, dicen algunos. Pues no, en mi opinión ha habido cambios en las últimas horas en lo circunstancial, en lo lateral, y no hay ningún vuelco en lo sustancial: Olvido Hormigos es igual de víctima si el vídeo que se grabó a sí misma lo ha difundido un amigo suyo o lo han hecho sus rivales políticos, es tan víctima hoy como ayer».