EL PROFESOR Y LA POLÍTICA

Jorge Verstrynge: «Yo he sido fascista y por eso sé que VOX no lo es»

Jorge Verstrynge: "Yo he sido fascista y por eso sé que VOX no lo es"
Jorge Verstrynge, Santiago Abascal, España y VOX. EP

De Jorge Verstrynge se pueden decir muchas cosas, pero no que se muerda la lengua (José Manuel Soto se harta de las burlas de Verstrynge hacia los andaluces: «Gilipollas, vete al carajo»).

Tampoco que se corte o calcule las consecuencias de lo que dice. Es, mal que les pese a muchos, un ‘espíritu libre‘, a lo que contribuye sin duda su acomodada posición económica -es propietario de una docena de apartamentos y tiene casa en París y Madrid- y no resiste casi nunca la tentación francesa de ‘epatar‘ al personal (Carta ‘navideña’ de Santiago Abascal a Pablo Iglesias: «Lo tienes crudo»).

Verstrynge, quien se define como ‘nacionalcomunista‘, da una larga entrevista a la web Kamchatka y habla a fondo de VOX, en la que insiste -a diferencia de su amigo Pablo Iglesias, su conocido Pedro Sánchez y muchos de los periodistas que le llaman a sus tertulias, en que no es en absoluto un partido fascista (La última barrabasada de Verstrynge le causa tanto bochorno a Ferreras que se ve obligado a grabar un vídeo para que la audiencia no le condene).

Habra que hacerle caso, porque conoce el paño:

¿Hay extrema derecha en parlamentos democráticos actualmente? 

El único que podría ser de extrema derecha es Jair Bolsonaro, el que será nuevo presidente de Brasil. Pero la extrema derecha prohíbe partidos políticos, cosa que el populismo no hace. El populismo es el heredero directo de Jean-Jacques Rousseau, sea populismo de izquierdas o de derechas. Desde 1945 se ha instaurado un sistema, que es el parlamentario liberal. 

¿Y en España hay extrema derecha? 

En España sí que hay extrema derecha, serían desde Fuerza Nueva o todos aquellos que tienen como postulado ir hacia un régimen autoritario o suspender las libertades (VOX les desea feliz año a los ‘progres’: «Este año no ha sido bueno para vosotros y 2019 tampoco lo será»). 

Entre las 100 medidas de Vox se habla de «Ilegalización de los partidos, asociaciones u ONGs que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía».

Yo a Vox no le considero extrema derecha, sino populismo. Los partidos populistas son partidos cuya esencia es que el pueblo «es Dios en su país» (cita del índice de su libro). No es fascismo, no es extrema derecha y no es autoritarismo. No es racismo, ni tampoco comunismo. Desde luego, no es izquierda ni derecha «de gobierno». Lo que pasa es que los países son diferentes. Marine Le Pen es populismo, si se quiere de derechas, pero estatalista y es contraria a la mundialización. También es partidaria de un grado elevado de reparto social. Vox es populismo «a la española». España tiene una maldición, se llama Iglesia Católica. Por eso en Vox son contrarios al aborto o al divorcio y en el Frente Nacional no. Francia es un país laico de verdad. En Vox no se parecen ni a Alternativa para Alemania, ni a Matteo Salvini tampoco.

Sin ser Vox, a su juicio, extrema derecha, sí que tiene postulados racistas. Entre sus 100 medidas: «Copago sanitario para los inmigrantes legales que lleven menos de 10 años en España», «deportar a todos los inmigrantes ilegales», etc.

Deportar a los ilegales no es racismo («Voy a votar a VOX porque estoy hasta los cojones de que me insulten cada día»). 

Hay propuestas de Vox que se contraponen con tratados europeos, como el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que prohíbe la discriminación por nacionalidad. El partido de Santiago Abascal propone primar el trabajo para los españoles ante personas de otras procedencias. 

Eso responde a un planteamiento que todos los partidos populistas defienden, que es: «mi gente primero». En el caso de Podemos, que también es populista, defiende que primero «los de abajo», independientemente de qué color de piel tengan. 

En Vox no hablan mucho de la corrupción, que según usted dice, se podría arreglar haciendo una especie de Revolución Francesa, cortando algunas cabezas…

Yo no me he leído sus medidas. Pero creo que lo intrínseco a un partido político no es la corrupción, sino la financiación ilegal, no hay forma de evitarla. Lo sé porque yo he sido Secretario General de un partido (el Partido Popular). Si un tío viene y te pone encima de la mesa un maletín con 40 millones de las antiguas pesetas para tu campaña, ¿qué le vas a decir? ¿que no? Si no pide nada a cambio, no veo por qué hay que decirle que no. Él tiene derecho a gastarse su dinero como le dé la gana. Eso sí, los comunistas no han visto llegar un maletín con 40 millones en la vida. Sí que les mandaban, en su época, barcos enteros desde Albania con tripas de cerdo, que vendían en España para financiarse. 

¿Es posible que en España los partidos de izquierdas empiecen a decir que hay que poner cotas a la migración? Hay líderes como Sahra Wagenknecht, del partido izquierdista alemán Die Linke, que ya coquetean con la idea…

Aquí el PSOE no lo dice, pero sí lo hace. La frontera abierta es la muerte de la democracia. Una frontera es lo que nos permite decidir nuestro destino. Si no hay frontera, nuestro destino lo puede decidir cualquiera. 

Otra propuesta de Vox es una especie de muro (metafórico) en Ceuta o Melilla.

Lo de Melilla y Ceuta es una barbaridad, estamos pagando el precio del imperio, de mantenerlas como españolas. Hay que poner una valla cada vez más alta (Luis del Pino: «VOX o el fin de la indefensión aprendida»). 

¿Una valla cada vez más alta hará que venga menos gente?

Las llegadas se han disparado porque Italia ha cerrado, Malta ha cerrado y Francia ha cerrado en parte. El que les ha cobrado por venir llama a la comandancia de la marina para informar de que llegan. En Algeciras les dan 70 Euros y un billete de tren hacia Irún, porque quieren ir a Francia. En Irún está la Gendarmería esperando y no les dejan entrar. Hay un conflicto entre ambos países porque ninguno se quiere quedar a todos. Mientras tanto, Italia se parte de risa. Pero Marruecos colabora en que no lleguen, porque si no esto sería una avalancha. Aun así, la frontera es un coladero. 

¿Qué decisiones políticas cree que tomarán los países en el futuro respecto a este tema? Recuerdo a Merkel, hace un par de años, yendo a Túnez y prometiéndoles una fábrica de Volkswagen a cambio de acoger a deportados. 

Pues Marruecos dirá que les den dinero para que no dejen pasar a gente o a cambio de acoger a otros. Lo de Merkel es porque el obrero tunecino es mucho más barato que el obrero alemán. Para finales de este año, China será miembro de pleno derecho de la Organización Mundial del Comercio (OMC), así que en Europa necesitan mano de obra más barata. 

¿Significa eso que algunos países acogieron a refugiados con la idea de provocar un «dumping» salarial entre trabajadores, es decir, que los refugiados cobren menos por el mismo trabajo y así rebajar las condiciones laborales de todos, debido a esta presión de «competitividad»?

Sin duda alguna. Al poco tiempo del pico de llegadas de 2015, la patronal ya dijo que estos que viniesen cobrarían, durante un año, un salario inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). 

¿Cree que los votantes de Vox se irían a recoger tomates a El Ejido por el sueldo por el que lo hacen los migrantes? 

Cuando se habla de que los inmigrantes vienen a hacer los trabajos que nosotros no queremos hacer, falta otra parte de la frase. Y es: «Los inmigrantes vienen a hacer los trabajos que nosotros no queremos hacer, por el salario de mierda que pagan por hacer esos trabajos». Cuando se oye que no se están tirando los salarios a la baja, nos toman por imbéciles. El otro día me paró un señor por la calle y me dijo que tenía contratada a una española para que cuidase de su madre, pero que ahora la había sustituído por una colombiana a la que le pagaba 200 euros menos y que ese dinero se lo gastaba en cerveza. Mucha gente quiere que lleguen inmigrantes para explotarles. 

Si no se puede acoger a todos, ¿cómo se puede lidiar con el tema migratorio?

Tú puedes tener la mano medio abierta, pero sin decir que la abres. Entonces, me fastidia mucho decir esto, pero tiene razón Marine Le Pen. No darles las ventajas de venir. En Francia se están pagando hasta tratamientos de blanqueo de la piel. 

También se han ido muchos españoles a trabajar a Alemania y a otros países. En una entrevista antigua en ‘Salvados’, la sobrina de Marine Le Pen, Marion, dijo que en su partido no tendrían problema en que viniesen migrantes africanos, por ejemplo, si éstos fuesen ricos. ¿Lo de los problemas con la migración es un tema de clasismo? 

Marion es mucho más radical que Marine y representaría lo que hoy representa Vox. Su postura en temas como aborto o divorcio es la misma que los de Santiago Abascal. Aunque lo que dice no es clasismo, tiene su lógica. Si viene un inmigrante que es rico significa que viene un inmigrante que no va a ser un cargo para el estado francés, en ese caso. 

Hay muchos ilegales que no reciben ayudas del estado, precisamente por no estar reconocidos por éste. 

Eso es imposible. Francia no tiene mucho que ver en ese aspecto con España. Pero sí que es injusto que se diga en España que la mayoría de las ayudas las reciben los inmigrantes. No es así exactamente.

¿Es la izquierda el problema? Se oye mucho esto y la situación política está muy globalizada. ¿Sería entonces la izquierda mundial el problema?

No, el problema es otro. En mayo del 68 los estudiantes se sublevan. Eran hijos de papá en su mayoría. Parecía una revolución de izquierdas, pero fue ultraliberal. Todos los dirigentes de mayo del 68 están ahora en partidos ultraliberales. Como los estudiantes se dieron cuenta de que solos no podían hacer la revolución, llamaron al pueblo. Acudieron a los obreros, por ejemplo en fábricas inmensas de Renault. Pero los obreros les rechazan y les dicen: «Fuera de aquí, niñatos». Así fracasa mayo del 68. Hubo un proletariado de sustitución. Creyeron que los argelinos iban a votar por los socialistas en Francia. Esto se produjo durante un tiempo, pero luego, según se iban islamizando, se iban absteniendo de votar. 

¿Es la Unión Europea, con sus medidas económicas recesivas, una fábrica de populismos?

Sí, es un desastre. Se podría haber hecho un proyecto muy bonito, porque la gente de verdad quería una Europa unida, pero lo han estropeado. De pequeño, cuando íbamos grupos de chavales de excursión a la frontera, rompíamos los carteles porque estábamos hartos de tanta frontera que había dejado la II Guerra Mundial. En Bruselas sólo hay casta, señores que cobran por no hacer nada. 

¿Qué ocurrirá si en mayo el Parlamento Europeo se llena de populistas?

El Parlamento Europeo no sirve para nada. Sirve para mandar a la gente que te molesta en el partido y que no quieres ver aquí en Madrid. 

Por un lado el auge de Vox y por otro lado Pablo Casado abrazando a migrantes en Algeciras. 

Es un gesto de corrección política. Vox ha obligado a partidos como el Partido Popular que digan alto y claro lo que ya pensaban antes en bajo (VOX se querella contra el tertuliano Antonio Maestre por calumnias). 

¿Serviría para algo el frente antifascista que propone Podemos? 

No creo. Esto no es Francia o Alemania en 1930. Vox no es fascista, ya quisieran. Yo he sido fascista y por eso lo sé. Franco tampoco era fascista, sino un perfecto iletrado, no llegaba ni a fascista. Hay una carta del embajador alemán en Madrid de aquella época, que llega a manos de Hitler, en la que decía: «Estamos apoyando a un loco. En lugar de ganarse al proletariado, como hemos hecho sistemáticamente nosotros, se está dedicando a masacrarlo». No estamos en la crisis del 29. El fascismo ya está gobernando desde hace tiempo. No el fascismo histórico, sino el rigorismo. Bastante rigor en cuanto a normas sociales y ultraliberalismo en lo económico. Un país que admite la doctrina Botín es un país en el que el que manda es el señor Botín. Es triste que tenga que decir esto, pero sigue mandando Franco, aunque han cambiado cosas. En la época de Franco no podías echar a una persona de una vivienda si ésta tenía una cama. Ahora no hacen viviendas sociales porque entonces no se podría especular. 

Franco decía: “Usted haga como yo y no se meta en política”.

Muchos españoles se han quedado con esa canción: «No somos ni de izquierdas, ni de derechas», se oye. Si dices eso, es que eres de derechas. No se ha cerrado ninguna herida del Franquismo. La política que se intentó es la de perdonar mediante el olvido. La extrema derecha se metió al Partido Popular. Pero no creo que en España pudiese surgir un partido realmente fascista, porque el Fascismo es laico. A los partidos fascistas no les gusta el ejército. Cuando llegan al gobierno crean sus propios ejércitos y milicias y los arman. 

¿Usted prohibiría un partido fascista? El fascismo parece estar triunfando a través de la democracia.

El fascismo lleva instalado en toda Europa muchos años, sólo que se blanquea. Un día Ernest Mandel dijo una frase genial: «¿Qué es el Mercado Común? El sistema fascista alemán menos el autoritarismo». Y tenía razón. El Capitalismo no existe, existen los capitalismos, en plural. 

¿Votaría alguna vez a Vox?

No puedo, porque yo soy laico y republicano. 

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