Lo del PSOE en este inicio de año no tiene nombre.
Y es que no paran de crecerle los enanos. Y lo que tampoco deja de crecer en el «circo» socialista son los escándalos de corrupción y de casos opacos.
Al mediático escándalo de El Mediador, que de momento se ha cobrado a un diputado socialista, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, conocido como Tito Berni, y las presuntas mordidas por más de ocho millones en el Gobierno de Cantabria del incombustible Revilla, se suma el secuestro de una concejala del PSOE del municipio de Maracena (Granada) por parte, presuntamente, del novio de la alcaldesa socialista, Berta Linares, que deja de momento, más preguntas que respuestas.
La localidad de unos 22.000 habitantes se despertó la semana con la chocante noticia de que la entonces pareja de la regidora -ha roto con él a raíz del incidente- había retenido en contra de su voluntad durante unas horas a la edil Vanessa Romero, que pertenece al mismo partido que Linares, el PSOE.
El presunto agresor, Pedro Gómez, que era novio de la alcaldesa desde «hace año y medio o dos», según Linares, a punta de pistola, maniató y dejó encerrada en el maletero de un coche por unas dos horas a la titular de Maracena 2030, hasta que ella pudo escapar por sus propios medios.
Lo opaco del asunto es el móvil que estaría detrás del hecho. Entre las hipótesis que se manejan destaca la que el agresor habría cometido el delito debido a que Romero tenía información que perjudicaba a Linares por un presunto caso de corrupción. Sin embargo, el supuesto agresor no se llevó los documentos que estaban en el vehículo, ahora en manos de las autoridades, ni el móvil de la víctima.
La alcaldesa de Maracena, Berta Linares
EUROPA PRESS
En la rueda de prensa al día siguiente, la alcaldesa señaló que el hombre de 44 años, se encuentra bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico por una depresión, y estimó que esta sería la causa. Sin embargo, todavía nadie sabe cuál fue el motivo que lo llevó a cometer el delito porque el culpable no ha declarado nada.
Se espera que Gómez sea juzgado por detención ilegal, un crimen que establece penas de entre cuatro y seis años de cárcel. El delito que se le imputaría no es secuestro porque no se realizó ninguna solicitud de rescate. El caso se encuentra bajo secreto sumarial, lo que impide a los involucrados a dar más detalles. Estará en esta condición, al menos hasta el 24 de marzo.
El pleno extraordinario
Respecto a cuánto sabía la información municipal o la forma en que encontró a la edil, Linares afirmó que su ahora expareja sabía que las hijas de Romero estudian en el mismo colegio que las suyas y por esa razón la pudo encontrar con facilidad.
Sin embargo, y pese a asegurar que tanto el Ayuntamiento como ella estarían con «su compañera», en el pleno extraordinario que se celebró el pasado 1 de marzo, no faltaron las solicitudes de dimisión y de que aclarara qué documentos podría tener la edil secuestrada.
En esta sesión no participó Vanessa pero sí que estuvo Esperanza Romero, concejala por el grupo mixto y tía de la víctima. En su turno de palabra solicitó la dimisión de la regidora «hasta que se aclare todo». Además, la afeó al exigirle que deje de hacerse la víctima.
Por si fuera poco, le preguntó si había hablado «con el secuestrador» ya que afirmó que Gómez realizó dos llamadas telefónicas durante los hechos «y una de ellas fue a una mujer».
Por su parte, el resto de las formaciones, además de mostrarse empáticos con la víctima, preguntaron a la alcaldesa sobre los documentos que llevaba Romero en su coche, y que serían evidencia sobre la posible corrupción dentro del consistorio. Del lado del PSOE, la estrategia fue clara: mostrarse solidaria con Romero y desestimar la relevancia de esos documentos.
A las afueras del parlamento local, Luis, el marido de la edil, indicó que no sabía qué papeles tenía su mujer en el coche, aunque sí aseguró que su pareja temía por su integridad.
Era sabido que Romero se encontraba en un momento tenso con su partido debido a que aseguraba que tenía en su poder un expediente sobre una concesión ilegal de una gasolinera, lo que dejaría mal parado al Ejecutivo local.
El secuestro
El pasado martes, 21 de febrero de 2023, la concejal del Ayuntamiento de Maracena, Vanessa Romero, llevó a sus hijos a un colegio ubicado en Atarfe, una localidad cercana.
A las puertas del instituto se encontró con Pedro Gómez, persona que conocía por ser la pareja de la alcaldesa de Maracena, Berta Linares. Ambas pertenecen al Partido Socialista.
El hombre le pidió que lo llevara a una gasolinera cercana, ya que su coche estaba averiado. Romero, aceptó pero una vez dentro del vehículo, Gómez habría sacado una pistola con la que la amenazó. De acuerdo al relato de familiares, el agresor el dijo «Ni se te ocurra hacer nada raro, o atente a las consecuencias».
Valiéndose del arma, que posteriormente la Guardia Civil ha determinado que es falsa, el hombre logró maniatar a la concejala, atando los pies y las manos de ésta con bridas. Si bien fracasó en un primer intentó, posteriormente logró meterla en el maletero del coche, un Hyundai Coupe de color gris.
Con Romero en el maletero del coche, se dirigió a Armilla, otra localidad de la periferia de Granada, donde alquiló hace unos meses un local donde tenía pensado establecer un negocio. Ahí dejó el vehículo aparcado en el estacionamiento con la edil dentro para irse en tren hasta Maracena. En esta localidad habría comprado un cuchillo de carnicero y cinta americana en una ferretería.
Sin embargo, en las dos horas que pasaron durante el trayecto de ida y vuelta entre Armilla y Maracena, Romero logró escapar dando patadas a los asientos traseros. Pese a las heridas que se hizo, logró salir del habitáculo de su coche y ya en la calle, se encontró con personas que le ayudaron a liberarse de las ataduras y a llamar a la policía. Al llegar las autoridades, la trasladaron al Parque Tecnológico de la Salud de la provincia de Granada, ante el estado de ansiedad de Romero
Por su parte, el presunto secuestrador al encontrar el vehículo vacío abandonó la escena del crimen. Fue apresado, sin oponer resistencia, cerca de las cinco de la tarde, junto a las vías del tren en Maracena.
