Por todo lo alto

Brígida Gallego

El joven cocinero Juan Monteagudo eleva el nivel culinario de Castilla-La Mancha en Ababol, su primer restaurante en Albacete

Ababol: El romance de La Mancha y su despensa hortelana con la cocina francesa

Acompañado por la sumiller Laura Caparrós, Monteagudo ofrece a sus comensales dos menús degustación - Tierra, por 50€, y Ababol, por 80€, con opción de maridaje - o bien, una carta que irá cambiando cada estación

Restaurante Ababol

Dotada de una gran sensibilidad, su cocina bebe del recetario y las tradiciones manchegas con un gran protagonismo de las verduras – muchas, de su propia huerta -, sin olvidarse de sus raíces francesas

La cocina castellano-manchega vive una edad dorada gracias a la irrupción de grandes chefs que reivindican la riqueza de su patrimonio culinario, modernizándolo con su estilo propio, y que están acaparando premios y la atención de medios y público. Juan Monteagudo es uno de ellos. Inaugurado el pasado enero en Albacete, su restaurante Ababol se está convirtiendo, para los amantes de la gastronomía, en una parada obligada, tanto para los nativos, como para los que Albacete les queda de paso en su camino.

 

Restaurante Ababol

Su cocina es un fiel reflejo de su crianza y de su historia familiar: sus platos hunden sus raíces en las tradiciones de la tierra en la que ha crecido, las verduras que utiliza proceden, en su mayoría, de sus huertas, y se reafirma en sus orígenes galos, presentes en salsas y técnicas, muchas de las cuales aprendió de su padre, el pintor Philippe Monteagudo.

Restaurante Ababol

Juan (Albacete, 1991), es un cocinero vocacional que fue enamorándose de su oficio desde la niñez. Desde muy niño estuvo en estrecho contacto con la naturaleza y disfrutaba viendo guisar a su abuela materna, a la que ayudaba a recolectar hierbas y plantas de la zona que incorporaba a sus pucheros. Cazador desde joven, fue aprendiendo junto a su padre los rudimentos de la cinegética y de la cocina francesa. El campo y las verduras son especialmente relevantes en su casa, posee huertas en Fuentealbilla y en Tarazona de la Mancha – finca gestionada por su familia desde hace 400 años -. De la primera trae el aceite con el que cocina y gran parte de las verduras, auténticas protagonistas de una carta y de una región de huerta, zurrón y escopeta. En Tarazona elabora el AOVE que sirve como aperitivo, exquisito coupage de arbequina y cornicabra.

Restaurante Ababol

En 2011 dejó Albacete y se marchó a estudiar cocina en la Escuela de Hostelería de Artxanda (Bilbao), en la que, además, realizó una especialidad en cocina creativa e internacional. Como estudiante, hizo prácticas en grandes templos vascos, como Mina (una estrella Michelin), Azurmendi (tres estrellas Michelin), Zarate Jatetxea (una estrella Michelin) o Aizian. Tras completar su formación, se trasladó a Madrid durante un par de años, durante los que trabajó en Álbora, Adunia, Santerra y Lobito de Mar. Tras una temporada en su ciudad natal, se decidió a cumplir uno de sus sueños: tener su propio restaurante.

Restaurante Ababol Juan Monteagudo

Ababol – término manchego para referirse a las amapolas – es un homenaje gastronómico a la cocina manchega de temporada, pasada por el tamiz de su herencia familiar francesa y sustentada en una despensa donde las verduras de secano, que su familia cultiva o compra a pequeños productores de la zona, tienen un gran protagonismo.

Restaurante Ababol

«Ababol es un lugar para dejarse llevar, es la tradición de La Mancha con guiños a la cocina francesa en salsas y técnicas; este es un restaurante que ofrece sabores arraigados, ligados al huerto y al terruño».

Una carta de temporada para contar historias y reivindicar raíces

La carta cambiará cada estación en función de la temporada de los productos, teniendo siempre las verduras un papel relevante. Además de la carta, Monteagudo ofrece dos menús, perfectos para profundizar en su personal estilo:

Restaurante Ababol

Tierra

Cuatro snacks, tres entrantes, un pescado, una carne, un postre, café y petit fours, cuesta 50€ y tiene una opción de maridaje por 35€.

El menú Ababol

Es más amplio: incluye cuatro snacks, dos entrantes, dos pescados, dos carnes, dos postres, café y petit fours (80€) y puede completarse con un maridaje que cuesta 45€.

Restaurante Ababol

Monteagudo, un artesano de los fogones quiere, ante todo, contar pequeñas historias. Así, uno de los aperitivos es un mimético de aceituna relleno del aliño que su abuela usaba en las aceitunas, con las mismas hierbas aromáticas que el cocinero recolectaba para ella. Destacan también su bolita de queso y lavanda – flor muy típica de la comarca -, el macarron de remolacha con gel de limón y caviar – que aporta un interesante matiz marino – o la croqueta de jamón Joselito, llamada a ser una de las mejores de la comunidad autónoma.

Entre los entrantes, sobresalen platos como la berenjena en escabeche de mejillón y vainilla, que se acompaña de huevas de trucha y de un crujiente de la propia berenjena a la llama; los puerros tiernos con caviar Riofrío ecológico y un gazpachuelo de albahaca con bacalao desalado; la alcachofa – todavía de temporada en la comarca, pues son de una variedad tardía – confitada, con pepitoria de azafrán de Alcalá del Júcar con miso y turrón de almendra y limón o las judías a la huerta, escaldadas con un toque de brasa y acompañadas de una crema de coliflor y chocolate blanco. Destaca, en este último plato, el intenso caldo, elaborado con recortes de las judías verdes y enriquecido con manita de cerdo. También son reseñables las colas de cigala braseada, risotto de chirivía, mantequilla noisette y cebolla alimonada

Restaurante Ababol

Entre los principales, su ascendencia gala queda muy descubierta con el foie de pato asado, acompañado de un original caldo de hierbaluisa y un toque de yogur, y en el pichón de Bresse con escabeche de hinojo y ajo negro. La Mancha se abre paso en la ventresca de atún a la brasa, que se acompaña de una crema de berenjena con un caldo de zanguango con verduras – receta típica de la Sierra del Segura – y en el solomillo ibérico de bellota en adobo de matanza, jijas (carne de cerdo picada), manzana y matices de orza, que aporta con una bruma de especias con las que se aliñan los embutidos de la zona. Monteagudo, que también es cazador, ya pergeña, de cara a otoño, un menú cinegético. En temporada también habrá platos elaborados con algunas de sus propias capturas.

Restaurante Ababol

Para los golosos, sobresale la tarta de queso azul que hace con producto de La Torre, quesería del cercano municipio de la Roda muy premiada, y que acompaña con un helado de tomillo limonero salvaje. Aquellos que busquen algo más diferente, se sorprenderán con una de las novedades veraniegas: un hummus de garbanzos con vainilla y cuscús, ras al hanout y crujientes de mantequilla y de proteína de leche de oveja, con un helado de cítricos. Es un postre fresco e insólito. La cocina de Monteagudo se revela detallista y personal, incluso, en los petit fours – no cuenta con maestro pastelero, sino que todo es concebido por él -, a base de bocaditos deliciosos como la gominola de albaricoque, un bizcocho de vainilla, una nube con infusión de frutos rojos o la galleta de chocolate con naranja confitada.

Restaurante Ababol

Bodega local y cocina sin secretos

La bodega, a cargo de la murciana Laura Caparrós, tiene un gran protagonismo en la oferta de Ababol. Más de la mitad de la carta de vinos está dedicada a proyectos de la zona. Caparrós presta especial atención a las bodegas más pequeñas y personales, con producciones limitadas y embarcadas, a veces, en la recuperación de vides singulares. Entre las referencias más interesantes, destaca Finca El Molar, que ha lanzado un tinto de Tardana – variedad que intentan reimplantar en la zona -, con una producción de solo 200 botellas; GarageWine, bodega de Quintanar de la Orden que trabaja con frutos autóctonos, locales y minoritarios, o La Niña de Cuenca, un proyecto adscrito a la D.O. Manchuela y cuyos propietarios emplean barricas de barro para lograr mayor consistencia y cuerpo.

Restaurante Ababol

Juan Monteagudo se ha implicado también en el diseño del local, en pleno centro de Albacete, donde predomina la madera clara. El cocinero ha querido dejar muy patente la admiración por su padre, el pintor hispanofrancés Philippe Monteagudo, un personaje con una apasionante historia vital que incluye una juventud de bohemia en París, la insumisión ante el ejército francés, el reclutamiento voluntario que le obligó a participar en la guerra de Argelia y la vuelta a España para dedicarse por entero a la pintura, de fuerte carácter social. En Ababol hay varias de sus obras, que recogen, en su mayoría, el paisaje albaceteño.

Con capacidad para unas 30 personas, la sala está presidida por la cocina abierta.

Restaurante Ababol

«Cocinamos de cara al público, porque queremos que la de Ababol sea una gastronomía transparente, sin trampa ni cartón. Los comensales pueden ver cómo elaboramos todo lo que sale a la sala», asevera Monteagudo. 

El amor por La Mancha y el estrecho contacto con los productores de la zona están presentes en numerosos detalles. La vajilla, por ejemplo, se la ha diseñado una empresa de Fuentealbilla, y el apoya cubiertos, en forma de pequeña teja, es un homenaje a la fábrica de tejas que hay en esta localidad.

Restaurante Ababol

Ababol

Dirección: Calderón de la Barca, 14. Albacete
Teléfono: 967 02 08 82
Precio medio: 60 €
Menús degustación: 50 €/ 80 € (maridaje: 35 € / 45 €)
Horario de verano: de martes a sábado, de 13.00 a 02.00 h. Horario de cocina: de 13.00 a 16.00 h y de 20.00 a 00.00 h

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