La red social X –ex Twitter- presentó una demanda judicial contra el estado de Nueva York buscando bloquear la aplicación de una reciente ley, que exige a las grandes plataformas digitales revelar qué están haciendo para combatir la desinformación, los discursos de odio y los contenidos extremos.
La empresa de Elon Musk considera que la normativa Stop Hiding Hate (Dejen de ocultar el odio), en vigencia desde mediados de junio pasado, vulnera la libertad de expresión, ante lo cual la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) replica que se trata de un requisito básico para limpiar el ciberespacio.
La legislación intenta establecer un mínimo de transparencia sobre cómo operan las grandes plataformas en la gestión del contenido nocivo y les exige que informen públicamente, dos veces al año, sobre sus criterios y acciones destinados a moderar los mensajes considerados dañinos o engañosos.
X afirma que se vulnera la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión, al presionar a las empresas de redes sociales para que “restrinjan, limiten, desfavorezcan o censuren” determinadas voces y contenidos protegidos. En contrario, el responsable de la oficina tecnológica de Reporteros Sin Fronteras, Vincent Berthier, sostiene que pedirles que informen sobre sus acciones contra la desinformación “no es en absoluto un ataque a la libertad de expresión, sino lo mínimo para sanear el espacio digital”.
Desde que Musk compró Twitter a fines de 2022 y cambió el nombre por X, la empresa ha desmantelado políticas de moderación de contenidos, abandonado programas de verificación de datos y reducido drásticamente la supervisión interna, alegando una defensa irrestricta de la libertad de expresión, aunque eso ha aumentado la circulación de contenidos desinformantes y los discursos de odio, advierte el Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia (Observacom).
Aunque no se trata de imponer qué debe ser permitido o eliminado, sino de solicitar informes públicos sobre las prácticas que ya existen dentro de dichas empresas, la resistencia a aceptar ese mínimo de transparencia y rendición de cuentas, añade Observacom, refuerza la necesidad de limitar el poder concentrado que ejercen las grandes plataformas digitales.
J.F.S.
Fuente: Observacom