Estimados lectores: Reanudo la publicación de este blog, suspendida por diferentes causas, todas ajenas a mi voluntad y desde luego a Periodista Digital y a su director, Alfonso Rojo.
Al amparo de la terrible pandemia del COVID-19 que padecemos, con la hórrida cifra de más de 18.500 muertos según datos oficiales, muchos golfos, desaprensivos y demás pescadores en rio revuelto pretenden, y de momento logran, hacer su repugnante y particular agosto.
Así, Mercadona, la mayor cadena de supermercados de España, ha suprimido de un plumazo la venta online y el reparto a domicilio en todo el territorio nacional, excepto en Valencia y Barcelona. Además, según queja generalizada de los usuarios en las redes sociales, particularmente Facebook y Twitter, Mercadona ha subido sus precios indiscriminadamente. Como remate, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, no admite devoluciones de ningún producto, cualquiera que sea la causa de la devolución.
Esta escandalosa vulneración de los derechos de consumidores y usuarios me ha llevado a plantear en la plataforma Change.org esta petición, que hago extensiva a todos vosotros: Pide a Mercadona que reanude la venta online y el reparto a domicilio
Asimismo, adjunto la actualización de la petición que acabo de publicar:
Actualización de la petición
18.679 muertos y Mercadona sigue sin reactivar la venta online ni el reparto a domicilio
Antonio Cabrera Salamanca
Madrid, España
15 de abr. de 2020 —
A fecha de hoy, 15 de abril de 2020, la pandemia por coronavirus COVID-19 sigue asolando a España (datos oficiales a 14/04/2020):
18.579 muertos, la mayor tasa mundial de mortalidad por coronavirus, habiéndose doblado el número de muertos en apenas 10 días.
177.633 infectados, la cifra mayor del mundo por millón de habitantes, superando a EE.UU y China juntos, con un ritmo de crecimiento medio de 5.000 infectados/día y una tasa de crecimiento del 3,9 %
No somos tan estúpidos, insolidarios y egoístas como para confundir JUSTICIA y DERECHOS con CARIDAD.
No pedimos caridad. No confundimos un servicio público, un derecho básico, vital en estas circunstancias, con el capricho o los intereses comerciales de una cadena de supermercados.
Mercadona, que no es una ONG, estableció y potenció la venta online y el reparto a domicilio para aumentar sus ventas, incrementar sus beneficios y ganar cuota de mercado. Hasta ahí, nada que objetar.
Tras fidelizar a cientos de miles de clientes online y ofrecer el servicio de entrega a domicilio, Mercadona rescindió estos servicios al inicio de la crisis, a principios de marzo.
¿Motivos? Porque a Mercadona le ha salido de la bisectriz. Porque su único objetivo es el beneficio salvaje, la búsqueda del mayor lucro, habida cuenta de la infinita demanda existente en sus tiendas físicas.
Aunque con ello haya vulnerado los DERECHOS de consumidores y usuarios online, conforme a la legislación vigente. Y eso, utilizando términos constitucionales, con independencia de su lugar de residencia, edad, sexo, religión o condición social. Una decisión sencillamente INTOLERABLE.
Así que Mercadona, aprovechando la dramática crisis por la que atraviesa la Nación, tuvo, y tiene, la desvergüenza de «elegir» a sus clientes conforme a exclusivos intereses/criterios económicos.
Con sus tiendas abarrotadas en toda España, la «elección» era sencilla: dejar tirados a cientos de miles de clientes fieles que habitualmente hacían sus compras online o elegían (y pagaban) el reparto a domicilio porque AHORA a Mercadona no le interesan.
Aunque con ello haya puesto (y ponga) en riesgo la salud pública o atente contra el interés general y pueda ser constitutivo de delito, cuando hay 47 millones de españoles bajo arresto domiciliario, más de 18.579 muertos y casi 180.000 infectados por coronavirus.
Con el terrible AGRAVANTE, además, que una actitud tan injusta y miserable afecta ESPECIALMENTE a los colectivos más vulnerables y necesitados: ancianos, minusválidos, embarazadas, dependientes, cuidadores o con problemas de movilidad.
Y todo ello cuando sufrimos la mayor catástrofe humanitaria y económica desde la Guerra Civil, con más de 18.000 muertos y miles de ancianos, abandonados a su suerte, muriendo en las residencias o en sus casas solos como perros, gracias a las mentiras, la inutilidad y la imprevisión de un Gobierno canalla que sólo busca cómo perpetuarse en el poder.
Esto es lo que hay. Adjunto el texto íntegro de la publicación en el BOE de Ley General de Defensa de Consumidores y Usuarios
