En La Retaguardia de este martes 17 de junio, Eurico Campano analiza con Mario Garcés, Vicente Gil y Milagros Marcos la comparecencia de ayer de Pedro Sánchez.
La política española ha vivido semanas de vértigo. Santos Cerdán, hasta hace unos días mano derecha de Pedro Sánchez y secretario de Organización del PSOE, ha pasado de ser el hombre fuerte del partido a símbolo de una crisis que amenaza con erosionar la imagen del Gobierno. Su dimisión, tras ser señalado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el marco del llamado “caso Koldo”, no solo ha puesto a prueba la cohesión socialista, sino que ha desencadenado una ola de preguntas incómodas sobre quién da realmente las órdenes en Ferraz y Moncloa.
Pedro Sánchez intenta capear el temporal desde la finca toledana de Quintos de Mora, donde se refugió para meditar su estrategia tras la salida abrupta de Cerdán. Desde allí, el presidente ha reiterado su intención de agotar la legislatura y ha anunciado una auditoría externa sobre las cuentas del partido, así como una inminente reestructuración interna. Sin embargo, la presión no amaina: aliados y opositores le exigen respuestas contundentes y depuración total de responsabilidades.
Cerdán: ejecutor o cerebro
¿Era Cerdán un simple ejecutor de directrices o alguien con margen propio en las tramas investigadas? La respuesta se dibuja difusa. Su perfil siempre fue el del negociador discreto, el hombre leal a Sánchez que tejía alianzas estratégicas con Junts o el PNV y mantenía las costuras internas del PSOE bien apretadas. Sin embargo, los informes policiales le señalan como pieza clave en la supuesta trama de mordidas vinculada a contratos públicos.
Según recientes investigaciones, Cerdán exigía hasta un 30% de ciertas obras públicas adjudicadas para sociedades aliadas con grandes empresas como Acciona, lo que lo sitúa en el centro neurálgico del escándalo. Las grabaciones entre él y Koldo García han sido determinantes para precipitar su caída y para reforzar la impresión —dentro y fuera del partido— de que las decisiones no se tomaban en solitario ni sin conocimiento superior.
La reacción socialista: entre la contención y el pánico
El PSOE ha reaccionado con una mezcla de contención institucional y nerviosismo palpable. Sánchez, por primera vez en siete años, parecía “noqueado” durante su última comparecencia pública. Reconoció la gravedad del momento, aunque mantuvo su confianza en Cerdán hasta que la evidencia policial fue insostenible. No faltaron críticas internas: desde los socios parlamentarios —Sumar exige un “giro radical” y ERC pide extender la auditoría al Ministerio de Transportes— hasta voces históricas socialistas que hablan ya abiertamente de “punto de inflexión”.
Mientras tanto, el Partido Popular califica las explicaciones oficiales de “decepcionantes”, aunque descarta una moción de censura inmediata. Por su parte, Vox insiste en que “están pringados casi todos”, empujando el debate público hacia la desconfianza generalizada.
El impacto sobre Sánchez: ¿control absoluto o crisis terminal?
La tesis más extendida entre los analistas es que Sánchez mantenía un control férreo sobre las decisiones clave, incluidas las relacionadas con Cerdán. Los informes indican que el presidente no solo nombró personalmente a su secretario de Organización sino que lo sostuvo hasta el último momento, pese a las sospechas previas. La caída del navarro es interpretada por muchos como un intento desesperado por ganar tiempo y evitar un final abrupto para la legislatura.
En paralelo, afloran nuevas informaciones sobre supuestas irregularidades patrimoniales vinculadas a Cerdán y conexiones con grandes empresas, lo que eleva aún más el coste reputacional para Moncloa y alimenta rumores sobre posibles nuevas dimisiones en cascada.
Un panorama abierto: consecuencias inmediatas y a medio plazo
La salida de Cerdán abre múltiples incógnitas:
- ¿Habrá una purga más profunda dentro del PSOE?
- ¿Podrá Sánchez mantener la estabilidad parlamentaria sin su principal hombre fuerte?
- ¿Resistirá la coalición ante la presión creciente por parte de Sumar y otros aliados?
A día de hoy, lo único seguro es que Ferraz vivirá semanas intensas: auditorías, cambios orgánicos e intentos por recomponer puentes con unos socios cada vez más exigentes. La sombra del adelanto electoral sigue descartada oficialmente, aunque nadie apuesta ya por escenarios tranquilos.
Curiosidades y datos llamativos
- Santos Cerdán nació en Milagro (Navarra) en 1969; antes fue concejal local y diputado autonómico.
- La finca toledana donde Sánchez medita sus movimientos políticos es conocida por haber albergado otras reuniones estratégicas clave durante su mandato.
- El caso Koldo —llamado así por su principal investigado— amenaza con convertirse en uno de los mayores escándalos internos sufridos por el PSOE desde los años 90.
- En redes sociales se multiplican los memes sobre “quién manda realmente” en Moncloa: algunos ironizan con que ni Siri responde ya si se le pregunta si Cerdán actuaba solo
