Aplicar una almohadilla térmica durante la noche puede ayudar a las personas con hipertensión supina, una condición que hace que su presión arterial aumente cuando se acuestan incluso durante el sueño, según los resultados preliminares presentados en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de Hipertensión 2019, según recoge sciencedaily y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
La hipertensión supina está presente en aproximadamente la mitad de las personas con insuficiencia autónoma, una enfermedad degenerativa crónica que afecta la parte del sistema nervioso que regula las funciones involuntarias, como la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Los incrementos nocturnos en la presión arterial están asociados con daños al corazón y los riñones. También puede aumentar la producción de orina, lo que puede empeorar una condición en la que la presión arterial de una persona cae rápidamente al ponerse de pie, como al levantarse de la cama por la mañana.
Los investigadores estudiaron a 10 pacientes con insuficiencia autonómica e hipertensión supina. La edad promedio de los participantes del estudio fue de 76 años, con una presión arterial sistólica (número superior) de 168 mm Hg medida en posición acostada. Durante el estudio de dos noches, los participantes recibieron calor a 100 grados Fahrenheit de una almohadilla térmica de grado médico colocada debajo de su torso en una noche, y una almohadilla sin calefacción en la otra. La presión arterial supina se controló cada dos horas a partir de las 8 p.m. a las 8 a.m., y la terapia de calor se aplicó a partir de las 10 p.m. a las 6 a.m.
Los investigadores encontraron que la terapia de calor aplicada durante el sueño disminuyó la presión arterial sistólica, con una reducción máxima de 30 mm Hg después de cuatro horas de calor. A pesar de reducir la presión arterial sistólica durante la noche, la terapia de calor no disminuyó la producción de orina durante la noche ni mejoró la caída repentina de la presión arterial por la mañana.
«En muchos pacientes con insuficiencia autonómica, la exposición al calor disminuye la presión arterial al trasladar la sangre a los vasos de la piel», dijo Luis E. Okamoto, MD, autor del estudio y profesor asistente de investigación en medicina en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee. «El uso de la terapia de calor local controlada puede ser un enfoque novedoso y simple para tratar la hipertensión supina en estos pacientes sin usar medicamentos; sin embargo, se necesitan estudios adicionales para evaluar la seguridad y la eficacia a largo plazo de este enfoque».