Escritor de El hobbit y El señor de los anillos

2 de septiembre de 1973: Muere J. R. R. Tolkien, el creador de la Tierra Media

J. R. R. Tolkien, uno de los autores de literatura fantástica más importantes de todos los tiempos, moría a los 81 años el 2 de septiembre de 1973. El salto a la meca del cine de sus historias catapultó su fama y de manera magistral nos envolvió en su mundo

2 de septiembre de 1973: Muere J. R. R. Tolkien, el creador de la Tierra Media

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La película «El señor de los anillos» popularizó la gran obra de J. R. R. Tolkien, en donde creó un mundo poblado por hombres, elfos, hobbits y enanos, enfrentados en combates épicos contra las malvadas huestes de Sauron, el Señor Oscuro.

Durante el verano de 1911, Tolkien viajó a Suiza con otros doce compañeros y la experiencia en los Alpes le sirvió de inspiración para contar de manera magistral la travesía de Bilbo Bolsón a través de las Montañas Nubladas en su obra El hobbit.

«En un agujero en el suelo vivía un hobbit». Esta frase marcó el inicio de la que es, para millones de personas en el mundo, la mejor saga fantástica que nunca se haya escrito.

John Ronald Reuel Tolkien

John Ronald Reuel Tolkien murió el 2 de septiembre de 1973, cuando una neumonía que contrajo durante un tratamiento para la úlcera gástrica que padecía acabó con su vida a los 81 años.

Tolkien nació el 3 de enero de 1892 en la ciudad de Bloemfontein, actual capital judicial de Sudáfrica.

En 1895, cuando tenía tres años de edad, partió con su familia hacía Inglaterra. Su madre Mabel ya no aguantaba el riguroso clima sudafricano.

Mientras, Arthur, su padre, se quedó en Sudáfrica al cargo de su negocio de venta de diamantes y otras piedras preciosas al Banco de Inglaterra.

Pero, el 15 de febrero de 1896 falleció a causa de una fiebre reumática. Tras la pérdida de su marido y sin ingresos, Mabel tuvo que refugiarse con su familia en Birmingham y posteriormente a la vecina localidad de Sarehole, donde la gran belleza de la campiña inglesa cautivó a John desde el primer momento y que posteriormente, reflejaría en su obra.

Mabel enseñó a su hijo las bases del latín cuando apenas tenía cuatro años. A esa edad el pequeño ya sabía leer y poco después escribir de forma fluida.

John sintió fascinación desde muy temprana edad por la mitología y por los idiomas.

Llegó a aprender griego, latín, francés, inglés, galés, gótico, finlandés, islandés, noruego antiguo y alto y alemán antiguo. No conforme con eso, se dedicó a inventar sonidos y nuevas lenguas.

Cuando John apenas tenía 12 años, su madre falleció a causa de algunas complicaciones de la diabetes que padecía.

Tolkien y su hermano pequeño, Hilary Arthur, quedaron entonces al cuidado del padre Francis Xavier Morgan, un sacerdote católico del Oratorio de Birmingham.

A los 16 años, John conocería a quien iba a ser el amor de su vida: Edith Mary Bratt. Pero, el padre Morgan consideraba que una relación amorosa distraería a John de sus estudios. Así que le prohibió a John que mantuviera contacto alguno con Edith hasta que cumpliera los 21 años.

Durante su adolescencia John continuó demostrando sus aptitudes lingüísticas. Durante una clase de inglés antiguo descubrió el poema Crist del poeta anglosajón Cynewulf. Tolkien quedó tan asombrado por una de sus coplas: «Eala Earendel engla beorhtastofer middangeard monnum sended» (Salve Earendel, el más brillante de los ángeles, enviado a los hombres sobre la tierra media), que inspiró el primer personaje de la Tierra Media creado por Tolkien, Eärendil el Marinero, que viajaría a lo ancho del mar para salvar a los hombres y a los elfos.

El poema puede leerse en el segundo volumen de la colección Historia de la Tierra Media: El Libro de los Cuentos Perdidos 2, páginas 340-342:

“Hoy hace un siglo, las fuerzas rusas iniciaban el asedio de Przemyśl, que duró 133 días, y el ejército alemán tomaba Péronne. Mientras tanto, en una graja de Nottinghamshire, un joven escribió un poema sobre un marinero que navega fuera de la tierra hacia el cielo. El Viaje de Éarendel, la Estrella Vespertina merce ser destacado junto a las conmemoraciones bélicas. Era el momento fundacional de la Tierra Media.

Por supuesto, ni los Elfos ni los Hobbits estaban aún en la mente de Tolkien. Pero el marinero de la estrella es recordado en El Señor de los Anillos como Eärendil, antepasado de los reyes, cuya luz en una redoma rechaza la oscuridad de Mordor. En la gran historia de El Silmarillion él llevó el último Silmaril, una joya que preserva inmaculada la Luz Edénica en busca de ayuda contra el primigenio Señor Oscuro.

En la Guerra

A pesar de los muchos impedimentos impuestos por el padre Francis, el día en que Tolkien cumplió los veintiún años escribió de inmediato una carta a Edith para preguntarle si querría casarse con él. Aunque ella ya estaba comprometida al creer que Tolkien la había olvidado, ambos jóvenes se reunieron bajo un viaducto de ferrocarril y tras renovar su amor, Edith dejó a su prometido.Tras comprometerse en Birmingham en enero de 1913, Edith se convirtió al catolicismo ante la insistencia de Tolkien, y se casaron el 22 de marzo de 1916 en Warwick (Inglaterra).

Después de su graduación, Tolkien se unió al Ejército Británico durante la Primera Guerra Mundial. Tuvo, incluso el rango de teniente segundo especializado en lenguaje de signos y fue destinado a Francia en 1916. Sirvió como oficial de comunicaciones en la batalla del Somme, hasta que enfermó de la denominada «fiebre de las trincheras», siendo trasladado a Inglaterra el 8 de noviembre.

Fue así como en la obra de Tolkien se aprecia una concepción de la guerra como fuente de desgracia para los pueblos.

Su experiencia se ve reflejada en sus obras. Él perdió a la mayoría de sus amigos en el frente y por eso no es de extrañar que sus amados hobbits fueran un pueblo profundamente pacífico.

Tras la guerra, Tolkien trabajó como lexicógrafo asistente en la redacción para la primera edición del Oxford English Dictionary. En 1920 ocupó el puesto de profesor no titular de Lengua inglesa en la Universidad de Leeds y en 1925 accedió al cargo de profesor de Anglosajón en el Pembroke College, en la Universidad Oxford.

Cuando Tolkien comenzó a escribir El hobbit lo hizo como un cuento para leer a sus hijos más pequeños antes de dormir, pero antes de terminarlo lo abandonó sin imaginar lo que ese cuento iba a suponer para él.

A mediados de la década de 1930, Elaine Griffiths, una antigua alumna de Tolkien y amiga de la familia, leyó el manuscrito de El hobbit. Elaine tenía contactos en la editorial Allen & Unwin, quienes, por recomendación suya, se interesaron por el cuento. Tolkien, terminó el relato y El hobbit se publicó en 1937. Fue un éxito inmediato y desde entonces no ha habido otro libro más recomendado en las listas de lectura para niños. Pronto la editorial pidió a Tolkien una continuación del relato.

El 29 de noviembre de 1971 Edith murió a la edad de 82 años y posteriormente, Tolkien falleció el 2 de septiembre de 1973.

El padre de los hobbits fue enterrado en la misma tumba que su mujer y quiso que en la lápida que compartían se inscribieran los nombres extraídos de una de las leyendas incluidas en El Silmarillion en la que se habla del amor eterno entre una doncella elfa, Lúthien, y un mortal, Beren: «Edith Mary Tolkien. Lúthien. 1889-1971 / John Ronald Reuel Tolkien. Beren.1892-1973».

“En este mi nonagésimo tercer año de vida, éste será (presumiblemente) mi último libro de una larga serie de ediciones de los escritos de mi padre”, anuncia Christopher Tolkien en el prefacio de Beren y Lúthien . Este romance legendario, que por primera vez sale a la luz como narración independiente, fue para el escritor británico J.R.R. Tolkien (1892-1973) “la principal de las historias de El Silmarillion”.

Fue una historia de amor inspirada en la relación que Tolkien mantuvo con su propia mujer, Edith, como demuestra el hecho de que el nombre de la elfa inmortal Lúthien conste en el epitafio de la lápida del escritor británico y su esposa en el cementerio de Wolvercote, en Oxford.

 

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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