Fr. Pablo hace su paso del período de postulantado al año de noviciado canónico

La comunidad benedictina del Valle de los Caídos cuenta con dos nuevas vocaciones

La comunidad benedictina del Valle de los Caídos cuenta con dos nuevas vocaciones
El noviciado de la Abadía de la Santa Cruz está viviendo la afluencia de nuevas vocaciones. EP

Ingreso de dos postulantes. El acceso al Valle de los Caídos, en la carretera de Guadarrama al Escorial sigue cerrado para los turistas tras decretarlo el Gobierno de Pedro Sánchez.

Mientras, a la sombra de la Cruz, la comunidad benedictina con la escolanía y la hospedería tratan de vivir con cierta normalidad a pesar de que en la basílica se ha suspendido todo culto.

A la espera de que comiencen los trabajos para la exhumación de Francisco Franco, en la Abadía, por ejemplo, se han cruzado las figuras de san Antonio María Claret y de Isabel II, encarnados por unos actores para una película de época.

Pero no solo los personajes del pasado recorren los claustros, el noviciado de la Abadía de la Santa Cruz ha recibido una buena noticia para su continuidad, la incorporación de dos nuevos candidatos dispuestos a adoptar la Regla de san Benito.

Según informa la página web del monasterio, «el viernes 2 de agosto y el sábado 14 de septiembre, respectivamente, hicieron su ingreso en la abadía Fray Jesús Á., de 29 años de edad, y Fray José A., de 23, como nuevos postulantes».

Estos nuevos candidatos vienen tras dejar «una prometedora carrera en su campo profesional» o tras haber concluido los estudios de Filosofía y cursar el Master que habilita para impartir clases de la materia.

Mientras, otros hermanos en formación van siguiendo su proceso, ajenos o no al debate público sobre el enterramiento de Franco.

El 14 de agosto, «Fray Pablo hizo su paso del período de postulantado al año de noviciado canónico, en la sencilla y hermosa ceremonia que tiene lugar para la ocasión según nuestro ritual».

Para el prior, Santiago Cantera, este paso es un recuerdo de que «el fin esencial de la vida monástica es la búsqueda de Dios mediante la configuración con Cristo y bajo la acción del Espíritu Santo».

«Así es como el Señor quiere obrar contigo: en lo oculto del monasterio, en una entrega silenciosa cada día, en un diálogo constante de amor a través de la oración, del trabajo, de la ‘lectio divina’ y del estudio; así quiere que le ofrezcas tu vida, día a día», le recordó. De la misión reconciliadora del Valle o del traslado de los restos de quien fuera jefe del Estado, nada de nada.

Otros jóvenes más están discerniendo en estos momentos su vocación.

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