El prelado muestra su voluntad de reforzar los lazos con su nueva parroquia y fortalecer «la condición de hermanos»
El nuevo obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, volvió ayer a hacer un llamamiento a la calma y a huir de las «precomprensiones erróneas» por las que, en su opinión, se le tacha de pertenecer al sector más conservador de la Iglesia. En su opinión, las críticas que ha recibido, sobre todo por parte del PNV, «no son lógicas», según cuenta El Correo.
José Ignacio Munilla intentó lanzar un mensaje conciliador a través de una carta abierta que colgó en la página web de la diócesis de Guipúzcoa y mediante una entrevista en Radio Euskadi. En la emisora, se mostró «siempre abierto» al diálogo y prometió «hablar más todavía» con quienes se han manifestado «recelosos» con su designación.
A su juicio, no son «lógicas» críticas como las realizadas el sábado por el presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar. «Más a la derecha de Munilla no hay nada, sólo la pared», advirtió el burukide.
Para el nuevo obispo donostiarra estas interpretaciones «no parten de la realidad, sino de precomprensiones erróneas». Aún así, dijo huir de polémicas. «No tengo ninguna intención de enfrentamiento con ningún partido vasco», enfatizó. Munilla aseguró no llegar «con una idea prefijada o pensada» a la diócesis de Guipúzcoa, aunque lamentó que la sociedad de ese territorio esté «demasiado politizada».
El aún prelado de Palencia defendió también su traslado mediante un escrito que difundió por Internet. En un mensaje destinado a la feligresía, dice ponerse «incondicionalmente» a «disposición» de los fieles y subraya su pasado en la capital guipuzcoana, donde nació y se educó «en el colegio de los Corazonistas de Mundaiz». La apelación a sus orígenes donostiarras remite también a las palabras de Egibar, quien subrayó el intento de la Conferencia Episcopal de «desarraigar» a la Iglesia vasca.
Munilla explica cómo él mismo es «hijo» de la diócesis que va a dirigir -nació en San Sebastián hace 48 años y es euskaldun- y cómo su pensamiento cristiano comenzó a forjarse en la escuela «bajo la mirada del Corazón de Cristo que nos preside desde el monte Urgull».
En el escrito, el prelado muestra su voluntad de reforzar los lazos con su nueva parroquia y fortalecer «la condición de hermanos» y tiene palabras de reconocimiento para su antecesor, Juan María Uriarte. Le agradeció su «acogida paternal» y sus «sabios consejos» y reconoció que debe aprender de su «experiencia» y su «entrega abnegada».