En una entrevista con NBC, el capitán argentino habló con la serenidad de quien ya lo ganó todo, pero con el fuego aún encendido de quien no se resigna al adiós. A sus 38 años, el futbolista más querido del planeta volvió a dejar una puerta entreabierta: la posibilidad de estar en el Mundial de 2026.
“Las ganas las tengo todas”, admitió, con esa mezcla de modestia y pasión que lo caracteriza. El hombre que tocó el cielo en Catar todavía siente el llamado de la camiseta albiceleste, aunque prefiere la prudencia antes que la promesa. “Lo voy a valorar en el día a día, cuando empiece la pretemporada con el Inter Miami y vea si puedo estar al 100%. No quiero estar por estar”.
Messi vive un presente pleno en la Major League Soccer. Tras su renovación hasta 2028, el Inter Miami lo mantiene como su emblema y máximo goleador. “Me gusta todo de vivir aquí”, contó. “Miami nos permite disfrutar la vida, ver crecer a los chicos tranquilos”. Sin embargo, ni el confort ni los títulos locales borran de su horizonte el rumor del Mundial que, esta vez, se jugará en su propia casa deportiva: Estados Unidos, junto a México y Canadá.
Al hablar de su pasado, el recuerdo se impone: aquel diciembre de 2022 en Catar, el sueño cumplido, la tercera estrella sobre el pecho argentino. “Era lo único que me faltaba”, reconoció. “Ser campeón del mundo era el sueño de mi vida, y de todos los jugadores”.
El 10 no esquivó tampoco la mirada crítica cuando se le consultó sobre el crecimiento del fútbol en Norteamérica. “Hay una base muy importante, pero hacen falta cambios”, dijo. “Los equipos deberían tener más libertad para fichar, sin tantas limitaciones.” Lo dijo como quien conoce de cicatrices y caminos.
Y, como si la charla pidiera una pincelada final de humanidad, recordó a sus ídolos: Maradona, Jordan, Federer, Nadal, Djokovic. “Diego trascendía todo, como Jordan lo hizo en su deporte. Y los tres tenistas hicieron de su competencia algo extraordinario.” Quizás, sin decirlo, Messi hablaba también de sí mismo.
Mientras los playoffs de la MLS siguen su curso, la incógnita flota en el aire: ¿volverá el capitán a colgarse la cinta celeste y blanca en el Mundial de 2026? Solo él lo sabe. Pero si algo quedó claro en su tono y en su mirada, es que el fuego sigue vivo, y que la historia podría tener un último capítulo de leyenda.

