Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

Crímenes en Darfur (I): piedra de toque del mundo árabe

El Tribunal Penal de Justicia Internacional ha ordenado el miércoles 4 de marzo el procesamiento del presidente de Sudán, Omar El Bachir, por los crímenes cometidos en Darfur. Es la primera vez que se ordena el procesamiento de un jefe de Estado en ejercicio por crímenes contra la humanidad. La medida pone a prueba al mundo árabe y a la Unión Africana.

Creo que soy de los primeros que, en España, denunció los crímenes en Darfur, cuando aquí nadie decía nada sobre el asunto. El 20 de septiembre de 2004, publicaba un trabajo titulado «Implicaciones políticas del conflicto de Darfur» donde denunciaba estos hechos criminales.

El Tribunal Penal Internacional ha rechazado (muy discutiblemente) la acusación de genocidio que el fiscal del tribunal, Luis Moreno-Ocampo presentó contra el presidente de Sudán, pero ha ordenado su detención y procesamiento por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

Recapitulemos los hechos de forma sumaria:
la región de Darfur, de población negra y musulmana, se ha visto perseguida, asesinada o desplazada por la población árabe y musulmana del centro de Sudán que controla el poder del Estado.

Y ante este hecho hemos asistido a dos reacciones especialmente significativas y especialmente preocupantes: la de la Liga Árabe (y el mundo árabe en general) y la de la Unión Africana.

Detengámonos hoy en la primera.

El mundo árabe ha denunciado, con razón, lo que tiene toda las trazas de ser crímenes de guerra israelíes en Gaza (por cierto, no es casual que Israel se niegue a ratificar el tratado que establece el Tribunal Penal Internacional). Ahora bien, el mundo árabe tiene en Darfur una piedra de toque de su credibilidad. ¿Qué defiende el mundo árabe: la legalidad o «lo suyo»?
Yo aquí creo que dejo claro mi compromiso con el Derecho. Pero no se habla aquí de mis opiniones.

Los hechos cometidos en Darfur, son hechos cometidos por musulmanes contra musulmanes. No es, por tanto, una cuestión de religión.
Pero son hechos cometidos por árabes contra negros. Y aquí está la clave de la cuestión. Si los árabes quieren tener una mínima credibilidad en sus denuncias contra Israel deben tener el valor y la honestidad de hacer autocrítica. Los árabes también cometen errores, también cometen crímenes y también son responsables de muchas de las desgracias que les afligen.

El hecho de que la Liga y los países árabes respalden la actuación criminal del régimen sudanés constituye un síntoma de que el mundo árabe no ha alcanzado la madurez política. Y lo que es peor, que el mundo árabe es tan racista como el sionismo que denuncia.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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