Las relaciones entre Marruecos y Mauritania llevan años deteriorándose. Son varias las causas pero no es la menor que Marruecos proteja a criminales relacionados con el terrorismo perseguidos en Mauritania. Pero en Mauritania hay un gobierno con una fuerte determinación que ha dejado claro que no está dispuesto a aceptar ataques de Marruecos. Mauritania ha exigido a Marruecos determinadas condiciones (que no se han hecho públicas, pero sobre las que se especula) para normalizar las relaciones. Marruecos se enfrenta al dilema de acceder a esas condiciones o ver cómo Mauritania endurece su posición aprovechando el punto débil de Marruecos: su posición en el Sahara Occidental y, más en concreto, el control del paso de Guerguerat.@Desdelatlantico.
I. EL PROLONGADO DETERIORO DE LAS RELACIONES ENTRE MARRUECOS Y MAURITANIA
La relación entre Marruecos y Mauritania se halla viciada por un problema de origen que, a menudo, se oculta: Marruecos pretende, a medio o largo plazo, la anexión de Mauritania. Marruecos tardó diez años en reconocer a Mauritania pero, aunque reconociera a Mauritania, en el discurso de algunos responsables marroquíes se sigue deslizando el expansionismo marroquí en cuyo programa se incluye la anexión de Mauritania. La última vez en que un significado personaje marroquí lo hizo fue hace menos de un año, el 24 de diciembre de 2016, cuando Hamid Chabat, el líder del Istiqlal, uno de los partidos del gobierno marroquí, insistió en que Mauritania «es Marruecos».
Pero hay más. El 13 de octubre de 2012 hubo un «incidente» en el que un disparo estuvo a punto de costar la vida del actual presidente mauritano, Mohamed Uld Abdelaziz. A pesar del desmentido oficial (un reconocimiento hubiera llevado a la guerra entre los dos países) todo parece indicar que el «incidente» fue un intento de asesinar al presidente mauritano para abortar su alianza con Argelia y la República Saharaui (RASD). El hecho es que, a pesar del desmentido, después de esa fechas las relaciones con Marruecos se deterioraron progresivamente. Y como resultado de ello, Mauritania dio facilidades a las tropas del ejército de la RASD para entrar en zonas del Sahara Occidental que no había pisado desde hacía decenios, como La Güera (la ciudad -abandonada- más meridional del Sahara Occidental) o Guerguerat.
II. LA CRISIS DE GUERGERAT DESCUBRE LA DEBILIDAD DE LA MONARQUÍA MARROQUÍ
Este es el contexto en el que hay que entender la iniciativa de Marruecos de ocupar, por primera vez desde que entrara en vigor el alto el fuego de 6 de septiembre de 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario, una zona del Sahara Occidental más allá del muro de división del territorio. La zona que Marruecos ocupó con diversas excusas se hallaba en Guerguerat, desatando la mayor crisis militar en el Sahara Occidental desde el alto el fuego de 1991.
Ahora bien, Marruecos cometió un gravísimo error de cálculo. Primero, porque contra lo que se esperaba, las fuerzas armadas saharauis se posesionaron en la zona a 120 metros de los marroquíes, impidiendo que estos terminaran la carretera que tenían pensado asfaltar más allá del muro de división del Sahara Occidental. Pero el segundo error, más grave,de la monarquía fue descubrir al adversario su punto débil. Guerguerat es el único punto terrestre por el que Marruecos exporta sus mercancías en el mercado africano. Y ocurre que tras la trascendental sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 21 de diciembre de 2016, Marruecos pretende que a medio o largo plazo el mercado africano sea la alternativa a la eventual pérdida del mercado europeo. Ahora bien, dado que casi todo el tráfico comercial marroquí con el resto de África se produce a través de Guerguerat, el control de este punto permite asestar un duro golpe a la economía marroquí.
Cuando las tropas saharauis empezaron a controlar el tráfico mercantil en Guerguerat, enseguida Marruecos movilizó todos sus resortes para intentar volver a la situación anterior a la invasión de esa zona… pero había dejado ya al descubierto su debilidad.
III. LOS INSTRUMENTOS DE PRESIÓN DE MARRUECOS CONTRA MAURITANIA
Como se ha visto, es notorio que Marruecos y Mauritania tienen malas relaciones. Pero, lejos de intentar llegar a una solución amistosa, fiel a sus costumbres, optó por el chantaje y la amenaza. El hecho es que Mauritania ha acusado a Marruecos de instrumentalizar el terrorismo islamista para desestabilizar el país (nada nuevo, por cierto). Y los tribunales mauritanos han procesado a dos siniestros sujetos, Mohamed Uld Buamatu y Mustafa Limam Shafi. Ambos han sido implicados en redes de contrabando, narcotráfico y terrorismo… y ambos viven en Marruecos bajo la protección de la monarquía marroquí desde donde conspiran contra el gobierno mauritano.
IV. LA CONTRA-PRESIÓN DE MAURITANIA
Recientemente, la publicación digital arabófona Anbaa Info reveló que el presidente mauritano envió una carta al rey de Marruecos estableciendo las condiciones para una normalización de las relaciones diplomáticas y que de no ser aceptadas implicarían una «nueva posición» de Mauritania sobre el asunto del Sahara Occidental.
Poco después, la misma publicación Anbaa Info revela que está a punto de inaugurarse una nueva ruta terrestre que conectaría a Mauritania con e norte de África… pero vía Argelia… la carretera Tinduf-Zuerat que se prolongaría hasta Shum.
No se ha revelado cuáles son las condiciones que ha puesto Mauritania para la normalización de las relaciones, ni en qué consistiría exactamente esa «nueva posición» sobre el Sahara Occidental que sería comunicada al Secretario General de la ONU. Pero se especula que las condiciones serían la extradición de los citados Buamatu y Shafi para ser juzgados en Mauritania. Y la «nueva posición» de Mauritania sobre el Sahara Occidental es probable que pudiera afectar a Guerguerat….
V. EL DILEMA DEL MAJZEN
La situación para Marruecos es muy difícil. Buamatu y Shafi están al tanto de graves secretos que comprometerían a Marruecos… y es razonable pensar que tienen esos secretos a buen recaudo por si acaso. No parece que Marruecos vaya a entregarles. Pero por otro lado, un eventual cierre del paso de Guerguerat, tendría un altísimo coste no sólo económico, sino también político, para la monarquía marroquí.
¿Qué ocurrirá?
Una eventual «salida» sería que Buamatu y Shafi mueran en algún tipo de «accidente» siempre y cuando se pueda evitar que sus secretos puedan llegar a ser divulgados. Puede haber otras posibilidades, pero todo parece que el conflicto del Sahara Occidental puede conocer nuevos desarrollos.