La neblina mental que se apodera de los bebedores excesivos de “calimocho”, como se denomina a la mezcla a partes iguales de vino tinto y Coca-Cola que suelen beber con profusión y en grupo tantos adolescentes en nuestro país, parece haberse apoderado de la propia esencia de esta sencilla combinación, que además es considerada por la mayor parte de los bebedores refinados como una auténtica “aberración”.
Por ello, investigar sobre sus orígenes y composición es una ardua tarea. Dada la mala fama que tiene esta bebida, por asociarse a la “cultura de la litrona” (la canción de Platero y Tú, Tras la barra, donde se habla del camarero Gorka Limotxo, es un posible origen de la denominación actual que denota su raíz vasca) y a los aspectos menos estimables de los comportamientos de ciertas “tribus” juveniles, puede resultar difícil de creer que la combinación original, el “Wine Coke”, fuera inventada por los italianos a principios del siglo XX, siendo consumido en refinadas zonas de veraneo provistas del mayor glamour, mezclando el refresco con el exquisito vino Chianti de la italiana región de Toscana. 
Se puede tomar así en Tanga World, en la playa de Casteldefels, donde disponen del mayor museo europeo privado relativo al mundo de la Coca-Cola.
No sé si sabrán este dato los simpáticos miembros de la Federación de Bebedores de Calimocho (geocities.com/fbcpain) cuando me advirtieron: “oye, que tus artículos son todos de bebidas de mucho nivel, que con el calimocho vas a destrozar todo el glamour que tenían”. Y luego, como entre dientes, concluían el E-mail diciendo: “Joder, nos ha escrito el tío que hace la página de bebidas de XL Semanal. Cuando se lo cuente a la peña no se lo va a creer”.
¿Que por qué he puesto el cartel de una peli al principio? Porque me volví loco buscando una película en donde saliera el calimocho durante un tiempo. Por eso me dirigí a los que creí más doctos, los chicos de la Federación de Bebedores de Calimocho, pero ni por esas. Y al final encontré ésta.
En la película de Miguel Albadalejo “El cielo abierto” (España, 2000) hay una de las pocas referencias al calimocho en el cine, dice la actriz Mariola Fuentes (creo que era ella) “ponme otro calimocho, Miguelín, que me ha dado el punto”. Ha llegado antes a una mesa familiar donde estaban tomando champán en copa alta. Primero pregunta si tienen vinillo y luego pide que se lo mezclen con Coca-Cola para hacer un calimocho. Cuando termina la primera copa, dice la referida frase.
