Familia Torres amplía su gama de vinos del Priorat con un nuevo tinto amable y hedonista, que habla del paisaje y la diversidad de esta prodigiosa región vitivinícola. Secret del Priorat 2018 procede de viñedos seleccionados por todo el territorio que conforman un mosaico de viñas típicas, en pronunciadas laderas y suelos de licorella. Este es un vino que refleja las diferentes singularidades de cada variedad y de cada parcela, en una combinación de viñedos propios y de pequeños viticultores ubicados a alturas diferentes en los municipios de El Lloar, Bellmunt del Priorat, El Molar, Torroja del Priorat, Porrera y Poboleda.
El coupage lo conforman en su gran mayoría las variedades autóctonas garnacha y cariñena. La delicada elaboración y el paso del tiempo durante la crianza en botas de roble hacen de este vino un conjunto armónico y respetuoso con la tradición y la cultura local. El nombre evoca la belleza y la magia del Priorat, un lugar en el que, a cada instante, con pequeños detalles, la naturaleza nos descubre los secretos de esta tierra. La elegante etiqueta plasma las primeras flores de los viejos almendros que crecen junto a las cepas.
En la añada 2018, las temperaturas fueran ligeramente inferiores durante la primavera y se situaron en parámetros habituales durante el resto del ciclo vegetativo y en la época de maduración de la uva. En general, fue un año con más lluvias, pero con una cosecha muy sana y equilibrada.
Miguel Torres Maczassek, quinta generación de Familia Torres, dirige personalmente el proyecto familiar en el Priorat, junto al enólogo Jordi Foraster. Actualmente, la bodega, situada en El Lloar, elabora otros tres vinos con carácter propio y personalidad diferenciada: Salmos, procedente mayoritariamente de la viña en propiedad La Giberga, en Porrera; Perpetual, elaborado con viñedos de más de 80 años de cinco municipios, y Mas de la Rosa, el vino más exclusivo de Familia Torres procedente de un viejo viñedo de 1,9 hectáreas situado en el histórico paraje del mismo nombre, en el municipio de Porrera, a 475 metros de altura.
Las uvas que conforman este nuevo vino proceden de la finca de Los Olivos, situada en la zona de Rihuelo, en Alfaro. Es la viña más antigua de graciano que posee la Familia, plantada en 1995 por Amador Escudero Carra. Las uvas fueron vendimiadas de forma manual. La elaboración se llevó a cabo con uva despalillada y controlando en todo momento la temperatura durante la fermentación, que se desarrolla en torno a 25 ºC. La fermentación maloláctica se desarrolló en depósitos de hormigón, después el vino pasó a barricas de francés nuevo, procedentes de tonelerías muy seleccionadas. En ellas permanece un periodo de 12 meses.