Se trata de los vinos de alta gama de la bodega Hermanos Hernáiz, que, tras agotarse la añada 2016 hace meses, salen al mercado dentro de la categoría de más alta calidad de la D.O.Ca. Rioja, después de haber pasado el proceso de calificación que exige una valoración de excelente. Hablamos de Finca La Emperatriz Tinto 2017 y Finca la Emperatriz Blanco 2017, pero empecemos hablando de la bodega y del proyecto de los hermanos Hernáiz.
La trayectoria de los hermanos Hernáiz en Finca La Emperatriz, su emblemática propiedad de Rioja Alta, ha estado siempre jalonada por la trascendencia que le han dado al viñedo como elemento principal en sus elaboraciones. No es de extrañar que los Hernáiz estuvieran, por tanto, entre los primeros elaboradores en circunscribir la nueva clasificación aprobada por el Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja, que acredita los vinos según la singularidad de su origen y complementariamente a los conocidos plazos de crianza en bodega.
Así, en 2019 Finca La Emperatriz se convertía en uno de los primeros Viñedos Singulares de Rioja, con 32 hectáreas -de las 85 de viñedo que tiene la propiedad- oficialmente reconocidas dentro de esta sistematización, la de más alta calidad de la Denominación. Una restrictiva categoría que exige, entre otras condiciones, una edad mínima del viñedo de 35 años, prácticas de cultivo sostenibles, rendimientos un 30% inferiores al resto de la Denominación, vendimia manual, cultivo sostenible, y un largo etc. Unos rigurosos criterios, que, hasta el momento, solo han permitido reconocer 203 hectáreas de las más de 65.000 que ampara la Denominación. Y en términos porcentuales, las cifras dimensionan la realidad: Finca La Emperatriz supone casi el 15% de todos los Viñedos Singulares de Rioja.
Pero el camino no terminaba ahí, porque tener un Viñedo Singular reconocido, no implica poder distinguir tus vinos como tal. Para ello, tienen que pasar un proceso de calificación con dos evaluaciones en las que el vino debe ser valorado como excelente por un panel de cata independiente. Y desde que esta figura entrara en vigor, un tercio de los vinos no han pasado esta dura evaluación.
Este reconocimiento llegó el pasado mes de julio para los Finca La Emperatriz Tinto y Blanco y los acompañó en su salida al mercado el pasado 15 de septiembre. Un criterio que parece compartir también la crítica especializada del sector si consideramos los 95 y 93 puntos que le otorgan al Finca La Emperatriz Blanco 2017 Tim Atkin y Luis Gutiérrez para Robert Parker, respectivamente. El Finca La Emperatriz Tinto no se queda atrás con 95 puntos de Andrés Proensa, 94 de Atkin y 93 de Gutiérrez que, además, destaca de él que “combina madurez y potencia con elegancia y sutileza”.
Palabras que recogen justamente el perfil que Eduardo y Víctor Hernáiz buscaban con la elaboración de estos dos Reservas de Rioja Alta, y que estrenan con esta nueva añada 2017 la saga de vinos de Viñedo Singular elaborados en Finca La Emperatriz, la histórica finca de viñedo que en tiempos perteneciera a la emperatriz de Francia Eugenia de Montijo.
El Finca La Emperatriz Tinto 2017 se elabora con tempranillo (76 %), garnacha (22%) y viura (2 %) y se cría durante 14 meses en barricas de roble francés nuevo (60 %) y de roble americano de segundo uso (40 %), alcanzando un grado alcohólico del 14,6% vol.
Por su parte, el Finca La Emperatriz Blanco 2017 se elabora al 100 % con viura, fermentando la amitad del vino en depósito de hormigón y la otra mitad en barricas de 225 litros, criándose 4 meses con sus lás. Posteriormente se realizó una crianza de 87 meses en barrica y 10 meses en depósitos de hormigón, alcanzando un grado alcohólico de 13,5 % /Vol.
Los Hermanos Hernáiz ampara todos los proyectos vitivinícolas de la familia Hernáiz, originaria de Cenicero (La Rioja). En 1996 la familia fundó Finca La Emperatriz a raíz de la compra de una finca histórica de Rioja que había pertenecido antiguamente a Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia. En 2017 se lanzó El Pedal, un tempranillo elaborado con uvas procedentes de varias fincas propiedad de los Hernáiz en cinco pueblos de Rioja Alta (Fuenmayor, Cenicero, Navarrete, Hornos de Moncalvillo y Baños de Rioja), con un perfil fresco y juvenil. En 2018 le sigue Las Cenizas, el proyecto más personal de los hermanos Hernáiz ya que se elabora con las uvas de las parcelas familiares de viñedo Puentarrón, Los Hundidos y Sanchisnal en Cenicero, su pueblo de origen.