Capta mi atención un titular de la prensa deportiva de hoy: «Un Barça sin alma naufraga en Granada».
Que la prensa deportiva evoque las interioridades del espíritu es síntoma de que algo muy gordo está pasando.
Vi el partido por televisión: Granada 2, Barcelona 0. Patético, Qué triste espectáculo. Se puede caer pero nunca debe hacerse el ridículo. Porque hay una variable que siempre depende de nosotros: la actitud.
Algo muy profundo corroe a este Barça. He llegado a pensar que Messi, el gran valedor del mayor ciclo histórico de éxitos del club, puede convertirse en una rémora. Jubilarle con dignidad, de manera honesta, pragmática y consensuada en el tiempo es uno de los grandes retos del club. Nunca un empleado debe hacer de amo. Por mucho que las circunstancias le arrastren a ello. Especialmente la pusilanimidad de algunos.
(Las instituciones siempre están por encima de personas puntuales. Toca sensatez y coraje).