La reina Isabel II está exprimiendo hasta el final las últimas jornadas estivales, como lo hace cada año.
Y también como cada año, los duques de Cambridge, Kate Middleton y el príncipe Guillermo -junto al príncipe Carlos y Camilla-, han acudido junto a la Monarca para disfrutar en familia.
Y disfrutar incluye todas las costumbres que habitúa a hacer la familia real británica, como es ir a la tradicional misa dominical.
Kate, que acostumbra acertar con sus outfits, acudió este domingo 25 de agosto de 2019 a la iglesia de Crathie Kirk (Balmoral) con una indumentaria que no ha agradado a muchos. Vestía un Michael Kors y, como complementos, unos pendientes de oro blanco y diamantes valorados en 5.500 euros, según señala Informalia.
Pocos desplazamientos en coche tienen -y han tenido- tanto glamour como este. Por mucho que digan. Y, siendo fieles a la verdad, el look es elegantísimo e impecable, en su línea habitual.
Y, como es imposible gustar a todo el mundo, la esposa del príncipe Guillermo ha sido la diana perfecta de juicios, opiniones y críticas por parte de quienes le reprochan tanta pomposidad y ostentación. Muchos piensan consideran de «poco apropiado» este look para un evento místico.
Han sido unos días en los que se ha echado en falta a Meghan Markle y al príncipe Harry, que se encontraban en la final de la liga de rugby, celebrada durante el sábado 24 de agosto de 2019.
Los rumores de tensión con el resto de la familia comienzan a surgir y a difundirse por parte de las malas -malísimas- lenguas, si bien es cierto que el Palacio de Buckingham tiene, en estos momentos, preocupaciones más grandes en las que centrarse, como es el caso del escándalo de Jeffrey Epstein, en el que podría estar implicado el hijo de la reina Isabel II, el príncipe Andrés.