Cuando hablamos de costillas de cerdo adobadas al horno, pensamos en un plato sencillo, económico y con ese toque especial que solo da el tiempo y el cariño en la cocina.
Esta receta, muy popular en toda España, ha conquistado a generaciones por su sabor intenso y su textura jugosa.
Basta con un buen costillar, unos ingredientes básicos para el adobo y algo de paciencia. El resultado: una carne dorada por fuera, tierna por dentro, y un aroma que llena la casa de recuerdos familiares.
En palabras de Directo al Paladar, “solo un buen aliño y un rato de horno nos llegan para convertir esa pieza de carne en un bocado exquisito”.
Este plato es perfecto tanto para el día a día como para ocasiones especiales, porque nunca falla y siempre deja buen sabor de boca.
Ingredientes imprescindibles
Para preparar unas costillas de cerdo adobadas al horno tradicionales y sabrosas, solo necesitas:
- 1 kg de costillar de cerdo (mejor si es ibérico)
- 2-3 dientes de ajo
- 2 cucharaditas de pimentón (dulce o mezcla dulce y picante)
- 1 cucharadita de comino molido
- 2 cucharaditas de orégano seco
- 1 cucharadita de tomillo (mejor fresco)
- 100 ml de vinagre (preferiblemente de Jerez)
- 200 ml de vino blanco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra molida al gusto
Estos ingredientes aportan el carácter aromático del plato. El pimentón, el ajo y las hierbas secas son claves para conseguir ese sabor tan nuestro.
Paso a paso: cómo lograr unas costillas perfectas
1. Preparar el adobo
En un bol amplio, mezcla los ajos picados con pimentón, comino, orégano, tomillo, sal, vinagre, vino blanco y un buen chorro de aceite. Remueve bien hasta obtener una pasta homogénea.
2. Macerar la carne
Cubre las costillas con el adobo por ambos lados. Lo ideal es dejar marinar la carne en la nevera al menos dos horas; si tienes tiempo, déjalas toda la noche. Así los sabores penetran bien en la carne y el resultado es mucho más sabroso.
3. Hornear a baja temperatura
Precalienta el horno a 150–170°C con calor arriba y abajo. Coloca las costillas en una fuente refractaria o sobre una rejilla (puedes poner debajo una bandeja con agua para evitar que se resequen). Asa durante 2 a 3 horas si buscas una carne que se deshaga en la boca; si tienes prisa, puedes subir a 190°C y hornear durante una hora aproximadamente.
4. Dorar al final
Si te gusta un acabado más dorado o caramelizado, sube la temperatura a 200°C durante los últimos 15 minutos. Puedes pincelar las costillas con su propio jugo o incluso añadir un toque extra de salsa barbacoa casera.
Consejos clave para triunfar
- Retira la membrana blanca del reverso del costillar antes de adobar; así la carne quedará aún más tierna.
- Usa papel de aluminio si quieres que la carne conserve todos sus jugos.
- Añade patatas cortadas en rodajas gruesas bajo las costillas: absorberán los sabores del adobo y serán el acompañamiento perfecto.
- Si prefieres menos grasa, opta por costillas magras.
Acompañamientos para unas costillas irresistibles
Las costillas de cerdo adobadas al horno combinan genial con muchos acompañamientos típicos:
- Patatas asadas o patatas hasselback
- Ensalada fresca (lechuga, tomate y cebolla)
- Cebollitas caramelizadas
- Pan crujiente para mojar en los jugos
Como recomienda Directo al Paladar, “acompañadlas con una cerveza bien fría o una copa de vino blanco”.
Variante moderna: adobo con toque picante o barbacoa
Si te gusta experimentar, prueba añadir un poco de cayena o paprika picante al adobo. Otra opción es mezclar parte del jugo del asado con miel y mostaza para pincelar en los últimos minutos: conseguirás ese efecto caramelizado tan apetecible.
Preguntas frecuentes
¿Puedo dejar preparado el adobo con antelación?
Sí. De hecho, cuanto más tiempo repose la carne en el adobo (hasta 24 horas), más intenso será el sabor.
¿Se pueden congelar las costillas ya marinadas?
Por supuesto. Congélalas crudas tras marinar; así solo tendrás que descongelar y hornear cuando lo necesites.
¿Cómo consigo que queden tan jugosas como en los restaurantes?
Hornea lentamente a baja temperatura y usa una bandeja con agua para generar vapor dentro del horno; eso evita que se resequen.
En resumen: tradición, sencillez y sabor
Las costillas de cerdo adobadas al horno son uno de esos platos que nunca pasan de moda en España: sencillos pero llenos de matices. El secreto está en elegir buena materia prima, preparar un aliño sabroso y no tener prisa durante la cocción. Así lo confirman portales gastronómicos como Lecturas, Directo al Paladar o El Comidista, donde coinciden en recomendar cocciones lentas para disfrutar al máximo del producto.
Como suele decirse: “en la sencillez está el gusto”. Atrévete a prepararlas este fin de semana… ¡y verás cómo no sobra ni un hueso!