Imagina sentarte a la mesa y, en lugar de un filete de ternera o una pechuga de pollo, encontrar una ración de grillos al ajillo o gusanos de la harina salteados.
No es ciencia ficción ni una extravagancia gastronómica: la entomofagia —el consumo de insectos— está ganando terreno como solución nutricional y sostenible frente a las carnes tradicionales.
¿Pero cuántos insectos tendríamos que comer para igualar el valor nutricional de la carne? ¿Y cuáles son los más recomendados?
La respuesta, lejos de ser simple, se esconde en los valores nutricionales.
Los insectos comestibles destacan por su alto contenido proteico, su perfil completo de aminoácidos y su aportación de minerales esenciales como hierro y zinc.
Además, su producción es mucho más eficiente: requieren menos agua, espacio y generan una huella ecológica mínima comparada con la ganadería convencional. Un dato contundente: producir un kilo de carne de res necesita hasta 15.000 litros de agua, mientras que los insectos pueden criarse casi con lo puesto.
¿Cuántos insectos necesito para sustituir un filete?
La clave está en la equivalencia nutricional. Tomemos como referencia 100 gramos de carne magra:
- Pollo: alrededor de 27 gramos de proteína.
- Cerdo: unos 26 gramos.
- Vaca: cerca de 26 gramos.
Ahora comparemos con algunos insectos populares:
- Grillos: hasta 70 gramos de proteína por cada 100 gramos deshidratados.
- Gusano de la harina (Tenebrio molitor): entre 48 y 60 gramos.
- Saltamontes: alrededor de 28 a 35 gramos.
Esto significa que, para igualar el aporte proteico de un filete de pollo (100 g), bastaría con consumir entre 38 y 50 gramos (peso seco) de grillos o gusanos de la harina. Si el producto se presenta fresco (con agua), la cantidad se multiplica por cuatro o cinco, ya que contienen entre un 60 % y un 70 % de humedad.
Para una comida estándar:
| Producto | Proteína (100g) | Cantidad equivalente para igualar proteína (27g) |
|---|---|---|
| Pollo | 27 g | 100 g |
| Grillo seco | 70 g | ~39 g |
| Gusano harina seco | 55 g | ~49 g |
| Saltamontes seco | 30 g | ~90 g |
Eso sí, no todo es proteína. Los insectos también aportan grasas saludables —incluyendo omega-3 y omega-6—, fibra dietética y micronutrientes clave como hierro, zinc y vitaminas B. De hecho, los grillos contienen más hierro que la espinaca y más vitamina B12 que muchos productos animales.
¿Cuáles son los mejores insectos para comer?
Aunque existen cerca de 2.000 especies comestibles reconocidas en todo el mundo —y subiendo—, no todos los insectos son igual de apreciados ni fáciles de criar o cocinar.
Los más populares y seguros para el consumo humano en Europa y América son:
- Grillo doméstico (Acheta domesticus): sabor suave, textura crujiente tras asado. Se utiliza en harinas, snacks y barritas energéticas.
- Gusano de la harina (Tenebrio molitor): muy utilizado en repostería y platos salados.
- Saltamontes: habitual en México; ricos en calcio y con un toque terroso.
- Hormiga culona (Atta laevigata): manjar sudamericano, con matices ahumados.
- Mosca soldado negra (Hermetia illucens): más usada en harinas para piensos, pero con potencial culinario.
La elección depende del perfil nutricional buscado… ¡y del paladar del comensal! Por ejemplo, los grillos destacan por su contenido proteico; los gusanos de la harina ofrecen más grasas insaturadas; las hormigas sobresalen por su aporte mineral.
El reto social: superar el “factor asco”
A pesar del indudable valor nutricional y ecológico, el gran escollo para su implantación masiva sigue siendo cultural. En España —como en buena parte de Europa— todavía se ve con recelo la idea de zamparse unos bichitos a la plancha. Sin embargo, la FAO ya señala que cerca de dos mil millones de personas en África, Asia y América Latina consumen insectos a diario sin pestañear.
La industria alimentaria está intentando colarlos discretamente en harinas enriquecidas o snacks crujientes para romper esa barrera psicológica. Y ojo: estudios recientes han demostrado que quienes incorporan insectos regularmente mejoran su salud intestinal e incrementan sus niveles sanguíneos de aminoácidos esenciales.
Curiosidades científicas para abrir el apetito
¿Sabías que…?
- Los insectos producen proteínas hasta veinte veces más rápido que el ganado vacuno.
- Una ración estándar (unos 40 g) de grillo seco cubre más del 100 % del hierro diario recomendado para mujeres adultas.
- Más del 80 % del mundo ha comido alguna vez bichos… aunque muchos no lo sepan porque están camuflados en colorantes naturales o aditivos alimentarios.
- En México es habitual encontrar saltamontes tostados (“chapulines”) acompañando tacos o ensaladas.
- Japón tiene una tradición milenaria con las larvas “inago” caramelizadas como snack.
- La miel es técnicamente el vómito procesado por abejas… ¡y eso no nos da asco!
En resumen, si buscas una alternativa sostenible a tu filete tradicional sin renunciar a nutrientes esenciales ni sabor (ni a unas buenas anécdotas para tus cenas), los insectos pueden ser tu próximo gran descubrimiento gastronómico. ¿Te animas a darle un mordisco al futuro?
