¿Qué tal probar unos suculentos y mullidos pancakes, realizados en 10′, cocidos en 5 y devorados en mucho menos? Es tarea fácil, aparte son deliciosos, tiernísimos, retrotraen a la dulzura de los postres infantiles y ocuparán a los niños durante esos lluviosos días primaverales, ya que la cocina resulta siempre un grato ejercicio lúdico y creativo.
Se hacen mezclando 250 gr. de harina con un sobre de levadura química, otro de azúcar glas, 80 gr. de azúcar blanco, una pizca de sal y otra de canela, 2 cucharaditas de ron. A continuación, agregar 2 huevos gordos, 60 gr. de mantequilla fundida, 10 cl. de leche desnatada y trabajar bien la masa.
Añadir poco a poco 40 cl. de leche y mezclar hasta que todo esté bien ligado. Cocer sus pancakes en una sartén pequeña, calentita y bien enmantequillada, a fuego muy moderado. Verter medio cucharón de masa en la sartén, cocer unos 3′. Cuando aparecen unas burbujitas en la superficie, dar la vuelta con la ayuda de dos espátulas (muy importante) y proceder a la misma operación del otro lado durante 2′.
Se sirve caliente, rociado de tibia mantequilla fundida. Con miel o jarabe de arce resulta delicadísimo, con mermeladas, nata, nutella, mantequilla de cacahuete genial o simplemente a secas, divino. Su simpático nombre deriva del inglés «pan» (cacerola o sartén) y cake (postre). Esa receta, clásica de los desayunos norteamericanos, fue probablemente un legado de los emigrantes alemanes dieciochescos, ya que a la sazón, se conocía como «Plannkuchen«.
El pancake no debe confundirse con la famosísima crêpe francesa, realizada sin levadura, aunque igual de sabrosa, dorada y nutritiva, de un diámetro más considerable y notable delgadez (ciertos panqueques lucen unos apetitosos 10cm de anchura).
EE.UU. clasifica el pancake, a veces llamado hotcake, griddlecake o flapjack, entre sus «savory» (sabrosos) inventos. Ciertos países como Australia y Nueva Zelanda lo conocen como pikelet. En todos casos y latitudes, el pancake es siempre exquisito y muy nutritivo. Intente variar la receta, jugando con los ingredientes y añadiendo unas pepitas de chocolate, fruta seca o fresca a la masa. Cúbrelo de nata, de Nutella, de caramelo, de crema de cacahuete, de lo que tu quieras, el resultado final siempre te deleitará.