El peronismo oficial fracasa de forma estrepitosa en su intento de ganar en primera vuelta y pierde la provincia de Buenos Aires
Vuelco total en una larguísima noche electoral argentina. El opositor Mauricio Macri dio una enorme sorpresa que ninguna encuesta pronosticó y se quedó cerca de ganarle a Daniel Scioli, el candidato oficialista apoyado por Cristina Fernández de Kirchner.
Scioli lograba el 36,6%, frente al 34,5% de Macri. Casi un empate técnico que supone una enorme derrota para el peronismo oficial, que confiaba en ganar en primera vuelta y ahora ve cómo lo más probable es una derrota en segunda vuelta el 22 de noviembre de 2015.
El golpe para el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es durísimo. Macri se convierte ahora, por sorpresa, en el favorito para hacerse con la presidencia de Argentina, lo que supondria un giro radical después de 12 años de kirchnerismo.
La victoria de Macri tendría consecuencias regionales muy importantes porque Argentina era un puntal del auge de la izquierda latinoamericana, que construyeron los Kirchner, Lula Da Silva, Hugo Cháves y Evo Morales con incorporaciones posteriores como la del ecuatoriano Rafael Correa.
DOS NIÑOS BIEN, RICOS Y DEPORTISTAS
Daniel Scioli y Mauricio Macri están enfrentados políticamente, y en estos 12 años, el primero apoyó todas las medidas de los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y el segundo prácticamente no ha apoyado ninguna. Sin embargo, ambos comparten un recorrido de vida parecido: provienen de familias de empresarios y, hasta que irrumpió el kirchnerismo en 2003, eran liberales.
Scioli nació en 1957 en Buenos Aires, hijo del dueño de una famosa casa de electrodomésticos y accionista minoritario de un canal de televisión.
Macri lo hizo dos años después en el seno de una familia más rica. Nació en Tandil, municipio de la provincia de Buenos Aires en el que su madre tenía tierras. Su padre es un poderoso empresario de la construcción que también hizo negocios en la industria del automóvil y el correo oficial.
Scioli se hizo famoso en las décadas de los ochenta y los noventa como campeón mundial de lanchas, una disciplina que interesaba muy poco a los argentinos pero que la cadena de televisión de su padre difundía día y noche. Macri se hizo conocido en 1991, cuando trabajaba en las empresas de su padre y fue secuestrado por una banda de delincuentes y policías. Estuvo 14 días en lo que él define como «un ataúd» hasta que su padre pagó el rescate. Scioli había negociado en 1977 la liberación de su hermano, secuestrado por la guerrilla peronista Montoneros.
El principal candidato opositor también cobró fama por el deporte. En 1995, entre recelos con su padre por la gestión de las empresas, emprendió una carrera aparte: se postuló a presidente del Boca Juniors y ganó las elecciones. En 12 años logró que Boca obtuviera dos de sus tres títulos mundiales.
En 1997, el entonces presidente argentino, Carlos Menem (1989-1999), un peronista transformado en neoliberal, invitó a Scioli a sumarse a su partido y ese año fue elegido diputado. Macri anunció su ingreso en política en 2001. En 2003 creó su propio partido, Propuesta Republicana (PRO), y perdió los comicios a alcalde de Buenos Aires. Ese año Scioli fue elegido vicepresidente de Argentina, como número dos de Néstor Kirchner, que hizo girar el peronismo a la izquierda.
Desde hace ocho años, Macri gobierna la capital argentina, donde vive el 7% de los argentinos, y Scioli administra la provincia de Buenos Aires, distrito separado del primero, tan extenso como Italia y que concentra al 39% de los habitantes de este país. Macri, ingeniero de toda la vida, está procesado por presunto espionaje. Scioli, graduado en mercadotecnia hace menos de un mes, casi al mismo tiempo se libró de una causa sobre supuesto enriquecimiento ilícito en la que no llegó a estar imputado. El kirchnerismo los separó en estos 12 años, pero vienen de mundos similares y se definen como buenos amigos.