El presidente de EEUU incinera el deshielo con Cuba

Trump compara al régimen chavista con el castrista y exige libertad en Venezuela

"No apoyaremos al monopolio militar que oprime al pueblo"

Trump compara al régimen chavista con el castrista y exige libertad en Venezuela
Donald Trump, presidente de EEUU. WH

El régimen castrista califica de "retórica hostil" el discurso del presidente de EEUU e invita al diálogo

Donald Trump ha decidido que vuelva el frío a Cuba. Treinta meses después de que Barack Obama iniciase el histórico deshielo con La Habana, el presidente de EE UU ha dado marcha atrás en el proceso de apertura ([VÍDEO] ¿Cómo serían Trump y otros líderes mundiales si fuesen ellos los refugiados?).

Limita los viajes a la isla, prohíbe el flujo comercial con el conglomerado militar (60% de la economía) y retoma la retórica del látigo.

«Ha nacido una nueva política. Doy por cancelado el acuerdo de Obama. No apoyaremos al monopolio militar que oprime a los cubanos».

En un pequeño teatro en Pequeña Habana, este 16 de junio de 2017, al anunciar modificaciones en la política de Washington hacia La Habana, el hombre más poderoso del mundo, se lo dejó muy claro a castristas y chavistas:

«Es mejor para Estados Unidos tener libertad en nuestra región, tanto en Cuba como en Venezuela».

«Abogamos por un futuro donde la gente de cada país pueda vivir sus sueños».

«El régimen de (Raúl) Castro ha enviado armas a Corea del Norte e incentivó el caos en Venezuela», agregó en referencia a las protestas contra el gobierno de Caracas que desde el 1 de abril han dejado 89 muertos.

Sobre Cuba, Trump fue lapidario. Anunció el fin del los pactado por la era Obama, nuevas restricciones a los viajes y la prohibición de hacer negocios con empresas de las FFAA cubanas.

«Prometí ser una voz contra la represión en nuestra región. Ser una voz para la libertad del pueblo cubano. Ustedes votaron por esa promesa y aquí estoy, como lo prometí».

«Sabemos lo que pasa ahí y no lo olvidamos. Cuba debe legalizar los partidos, permitir elecciones supervisadas, liberar los presos y entregar a los fugitivos. Mientras no haya libertad, habrá restricciones».

Trump hablaba en el simbólico Teatro Manuel Artime de la Pequeña Habana, nombrado en honor de uno de los líderes de la Brigada 2506 que desembarcó en Bahía de Cochinos para tratar de derrocar a Fidel.

Fue un discurso beligerante, destinado a inflamar a los anticastristas. Bajo continuas apariciones de víctimas de los Castro, el presidente lanzó todo su fuego contra el régimen castrista.

Le acusó de dar amparo a criminales y fugitivos, lo vinculó con Corea del Norte, con el terrorismo internacional y con el volcán venezolano, Trazó un aguafuerte en que hasta resucitó la crisis de los misiles.

«En la Habana siguen gobernando aquellos que mataron a miles de sus ciudadanos».

El punto nuclear del plan de Trump es desincentivar el flujo financiero con el régimen cubano y sus «elementos represivos».

Para ello se prohíbe, salvo alguna excepción aeroportuaria y marítima, toda transacción comercial con el conglomerado militar.

El principal afectado será el Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), un paraguas bajo el que las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia controlan el 60% de la economía cubana.

Mientras el jefe de Estado estadounidense hablaba, los presentes cantaban «Trump sí, Castro no».

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