¿ESTAMOS ANTE UNO DE LOS TELÉFONOS MÁS RESISTENTES DEL MERCADO?
Momentos únicos y sorprendentes fueron los vividos hace unos días por unas jóvenes en Tailandia, cuando disfrutaban de una visita turística a un grupo de elefantes.
Sin temor a lo que pudiera pasar, una joven se acercó demasiado y el elefante, aprovechando un momento de despiste, se engulló, en cuestión de segundos, el aparato.
La desesperación se apoderó de la dueña del teléfono que acudió sin dudarlo al guía para pedir ayuda.
El hombre escucha estupefacto las explicaciones de la muchacha y tocaba la garganta del paquidermo buscando sin éxito alguna huella del móvil. La cara del guía lo decía todo… No había nada que hacer.
Pero las chicas no se dan por vencidas y cuando parece que el teléfono se ha perdido para siempre, corren en busca de los excrementos del animal, muy bien custodiados por el guia.
Las jóvenes observan espereranzadas las heces del elefante y una de ellas llama al teléfono desaparecido. Entre los excrementos se oye un tono. De la tragedia al júbilo desbordante. Y es que una cagada de elefante puede guardar tesoros sorprendentes.