Corea del Norte está muy inquieta por el estado de salud de su dictador.
La televisión estatal norcoreana emitió un comentario de un ciudadano sobre el estado “demacrado” de Kim Jong-un, algo muy inusual en un país donde hablar en público sobre la salud y la vida personal del líder siempre estuvo prohibido.
Según los analistas los comentarios demuestran que las autoridades quieren utilizar el cambio de peso de Kim para reforzar la lealtad al régimen.
El país está más aislado que nunca por las medidas contra el coronavirus y este mes admitió que estaba afrontando una crisis alimentaria.
Conocido por ser un fumador empedernido, Kim Jong-un sufría obesidad y su peso parecía aumentar de forma constante en los últimos años.
Sin embargo, en las últimas imágenes publicadas por la agencia de noticias oficial de Pyongyang, KCNA, y en la televisión estatal se le ve más delgado.
La vida personal de Kim es un tabú para los medios estatales de Corea del Norte pero KCTV emitió la semana pasada un clip de un residente no identificado de la capital que afirmaba que todo el mundo en el país estaba “destrozado” por su estado “demacrado”.
“Ver a nuestro respetado secretario general con un aspecto demacrado es lo que más rompe el corazón de nuestra gente”, dijo.
Los analistas afirman que Pyongyang está utilizando la apariencia de Kim como una forma de glorificarle, presentándole como un líder “devoto y trabajador”, mientras el país lucha por hacer frente a la crisis alimentaria.
Corea del Norte cerró sus fronteras en enero del año pasado para protegerse de la pandemia y, como resultado, el comercio con Pekín, su principal salvavidas económico, se ha ralentizado, mientras los cooperantes internacionales abandonaron el país.