Kim Jong-un quiere que Corea del Norte esté preparada para cualquier escenario posible con Estados Unidos, desde “el diálogo hasta la confrontación”.
Durante una reunión del Comité Central del gobernante Partido de los Trabajadores, el dictador norcoreano resumió su estrategia para las relaciones con Washington y la tendencia política de la nueva administración estadounidense.
En ese sentido, Kim Jong-un “destacó la necesidad de prepararse para el diálogo y la confrontación, y especialmente estar bien preparado para la confrontación a fin de proteger la dignidad de nuestro Estado” y garantizar un “entorno pacífico”, agregó la agencia noticiosa oficial.
Asimismo, el dictador “llamó a reaccionar rápida y claramente, a enfrentar la cambiante situación y a concentrar esfuerzos por tomar control estable de la situación en la península de Corea”.
El régimen de Pyongyang ya había acusado a Biden de seguir una “política hostil” y advirtió que sería un “gran error” del presidente de Estados Unidos decir que enfrentaría la amenaza del programa nuclear norcoreano “con diplomacia y disuasión”.
El antecesor de Biden, el republicano Donald Trump, provocó fuertes expectativas -aunque avanzó poco- con una serie de encuentros directos con Kim Jong-un, una política que Biden ha dicho que no seguirá a menos que los términos cambien dramáticamente.
En una visita a Washington en mayo pasado del presidente surcoreano Moon Jae-in, Biden adelantó que no se reuniría con Kim Jong-un a menos que haya un plan concreto de negociación sobre el arsenal nuclear de Pyongyang.
La Casa Blanca ha dicho que buscará un “abordaje político calibrado”, lo que en jerga diplomática se entiende como tener un bajo perfil y mantener la mente abierta. “Entendemos dónde los esfuerzos previos encontraron dificultades y hemos intentado aprender de ellos”, señaló un alto cargo de la Casa Blanca.
La nueva estrategia de Washington para Pyongyang descarta el “todo o nada” de Trump y la “paciencia estratégica” de Barack Obama, apostando por una vía intermedia que persigue el diálogo diplomático por fases y que busca reavivar las conversaciones sobre desnuclearización que permanecen estancadas desde 2019.